De Carlos Galea reproduje en este blog hace unos días un poema dedicado a Larache, y hablé de sus inquietudes literarias. Ahora hablo de su otra faceta, la de narrador. Y es que Carlos es autor de «La casta militar africanista, 1936«, libro de un gran valor, valiente y emocionante, para conocer una etapa de la historia de Larache.
Según explica Carlos Galea en el prólogo, en él transcribe literalmente el relato que en los años setenta le llegó por azares de la vida, y cuyo autor es un capitán de Ingenieros. El texto, según este oficial, recoge los acontecimientos ocurridos en Larache, en el verano de 1936, durante el alzamiento militar…
Carlos va comentando cada capítulo de ese diario y va desgranando la catadura moral de los militares que se levantaron en Larache contra la República, la falta de valor o la cobardía de los mandos y la actuación de otros personajes. Y también la de quienes trataron de defender a la República y murieron en el intento, como el padre de Carlos, el Brigada Galea.
Siendo, como es, una crónica contada en primera persona por uno de los protagonistas de esos hechos, la réplica de Carlos convierte el libro en algo mucho más interesante, y lo cubre de humanidad y sentimiento. Los nombres son reconocibles, los hechos relatados también. Una historia que no deja indiferente, y que toca las fibras más sensibles.
Hay capítulos muy emocionantes, pero el titulado EL CUARTEL DE LA MEHAZNÍA es revelador de lo realmente ocurrido en Larache en aquellos días. El comentario que Carlos realiza al final de este episodio, es tan impresionante (y así lo vivimos cuando lo relató en Málaga al presentar su libro) que no me resisto a reproducir sus propias impresiones. Dice Carlos:
“Otra prueba de que la rebelión no triunfó en Larache por las heroicidades de los valientes, sino por la cobardía, por la pasividad de los Oficiales con mando.
Según se relata en este capítulo, el cuartel de las Mejaznías lo ocuparon sin pegar un tiro. El Jefe de la unidad, Capitán Galán, dispone sus fuerzas en disposición de combate, y desaparece, dejando a sus soldados al mando de un Sargento. Cabe la pregunta: ¿Y los demás Oficiales y Suboficiales?
Entre los <elementos peligrosos> detenidos se citan a:
-El sastre Jiménez: Masón. Me contó un aprendiz que tenía en aquellos tiempos que era tan buena persona que la gente abusaba de él. Hacía los trajes fiados a los obreros, y por una causa u otra muchos no cumplían. Cuando se juntaban demasiados impagos, cogía la libreta y se iba a buscar a los morosos. Al volver, no sólo no había cobrado nada, regresaba con menos dinero del que tenía cuando salió de la sastrería. Era muy sensible a las miserias que le contaban sus deudores. Lo fusilaron, sin juicio. Me contó el mismo aprendiz, al que también detuvieron a pesar de su corta edad, que lo sacaron de la trinchera donde estaba cavando con él y otros presos, y lo pasaron por las armas delante de ellos. Un elemento peligroso, sin duda.
-Matamala: Director del Grupo Escolar <Yudah Levy>, donde cursaban estudios los niños judíos sefarditas. Masón. Me contó su hijo Mauricio, que su padre era un hombre muy generoso, un filántropo. Tenía discusiones con su esposa porque a veces regresaba de la calle sin la chaqueta, se la había dado a un indigente. Dejó un recuerdo imborrable en la comunidad judía por su extraordinaria labor educativa. Mi abuela Dolores me contó que ella lo vio cuando lo sacaron del Hospital, donde se encontraba enfermo, y lo conducían en un coche al lugar donde fue fusilado, iba en pijama. Otro elemento peligroso.
Creo que el valor moral de estas dos víctimas de la barbarie desatada, demuestra a qué grado de sinrazón llevaron a España los militares sublevados.”
Leyendo este fragmento del libro de Carlos, que vivió en el mismo Barrio de Las Navas que mi familia y que fue compañero de trabajo de mi padre, y ambos de Mauricio Matamala (al que recuerdo con mucho cariño; aún hoy sigo en contacto con sus hijas), me emociono. Y yo no conocí obviamente esa época. Pero mis padres también sufrieron en nuestra familia esa misma sinrazón, y esa historia se está convirtiendo en parte de mi nuevo libro. Uno de los tíos de mi padre, soldado entonces en Larache, logró huir antes de ser ejecutado por sus ideas y escapó a la zona francesa. Luego, consiguió pasar a la península, pero hubo de seguir huyendo hasta que su pista se perdió en un campo de exterminio nazi, donde mi familia está convencida de que murió. Una historia paralela a la del propio Carlos y su familia.
Es vibrante por lo que Carlos Galea apunta al final de cada capítulo de ese relato escrito por un capitán con ínfulas de héroe. Un triste episodio, pero un documento imprescindible para conocer la historia de Larache en los días de la rebelión que cambió la Historia de España para siempre.
Sergio Barce, septiembre 2011.
También los avatares de la vida de Carlos, que él mismo me cuenta en una carta, merece ser reproducida:
Carlos Galea Díaz. Nacido en Larache, en 1935. Pierde a su padre, el Brigada Juan Galea Borrero, en Septiembre de 1936. Ese mismo año, Carlos, con su madre, Concepción Díaz García, viuda a los 30 años, y su único hermano, Manolo, se trasladan a Cataluña, zona republicana. Viven en Ripoll, hasta 1938 en que se marchan a Barcelona, en espera de su evacuación a Francia, ante el avance del Ejército de los Nacionales. En el barrio de la Barceloneta sufren los bombardeos de los aviones Nacionales y alemanes.
En 1939 pasan la frontera de Francia, y son conducidos a un campo de refugiados reservado a niños con sus madres, cerca de Epernay, región de la Champagne. En 1940, ante la invasión de Francia por el Ejército alemán, vuelven a Larache, donde son acogidos por la abuela ,“Mamá Dolores”, que vive en una casa de planta baja en el sector del Barrio de Las Navas, llamado de la “Fuente”, por haber en ella una fuente pública que abastece a todas las viviendas cercanas. Desde 1940 a 1949 estudia en la Escuela Francesa de Larache. En 1950 se emplea en la Sucursal del Banco Central, en Larache. En 1957/58 cumple su servicio militar en el Grupo de Regulares Indígenas de Larache nº 4, luego nº 3 de Ceuta, en Alcazarquivir. En 1958 es destinado a la Sucursal de UNIBAN (Banco creado por la fusión de las oficinas en Marruecos de todos los Bancos españoles) en Alcazarquivir, donde es nombrado Interventor-Cajero. En 1968 es destinado a Rabat, con el cargo de Subdirector. Durante su permanencia en esta capital de Marruecos, la Embajada de España lo nombra Secretario General de la Beneficencia Española. En 1975 es destinado a Casablanca, como Interventor General. Accede a estos importantes puestos en el UNIBAN por su dominio de la lengua francesa. Es elegido Presidente de la Sección en Casablanca de ADERMA (Asociación de Residentes Españoles en Marruecos). Permanece en esta ciudad hasta 1981, en que, obligado por los estudios de su hija mayor, se reincorpora a su Banco de origen, el Central, como Director de una Sucursal en Alicante.
Tras la prejubilación en 1992, comienza entonces su vida literaria.
En 2003 el Instituto Alicantino de Cultura Gil Albert, dependiente de la Diputación Provincial de Alicante, le publica LA CASTA MILITAR AFRICANISTA, 1936. En 2010 el mismo Instituto le publica el libro RECETAS DE LA COCINA NORTEAFRICANA. Además ha escrito el libro autobiográfico RELATO DE UN NIÑO DE LA GUERRA, en trámite de edición por el Servicio Editorial de la Librería Códex, de Orihuela; la novela EL CADETE, el libro histórico LA ODISEA DE JUAN RAMÍREZ, SOLDADO REPUBLICANO, y el libro RECETAS DE LA COCINA SEFARDITA, todos ellos sin editar. Ha sido finalista en varios concursos de poesía, su afición preferida, y es autor de un POEMARIO.
Tu blog está excelente, me encantaría enlazarte en mis sitios webs. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambos con mas visitas.
Por supuesto que esperaré tu nueva novela fielmente. Quizas te guste ojear la historia de mi madre. Otra niña de la guerra. Aquí te copio la direccion del blog que ha hecho mi hermano en memoria de mi abuelo, tambien «un hombre bueno» fusilado en la guerra. En las primeras entradas estan transcritas las grabaciones que le hizo a mi madre contando la historia. http://abuelotumemoria.blogspot.com/
84 años tiene mi madre y una fortaleza que solo se puede conseguir con la experiencia de esa vida. Estoy mirando el Rincon de Carlos Galea, con él he descubierto otra faceta de la Historia de Larache, la de la historia reciente de la Guerra Civil. No sé que le falta a Larache para no ser más reconocida, es que lo tiene todo.
CARMEN MATEO
Yo he leído hace un par de años el libro del capitán que no de Carlos Galea. No entiendo como alguien se puede adjudicar la autoría de lo que otro escribió por cuatro comentarios que no aportan NADA al contenido del diario. Si algún mérito tiene el tal Carlos Galea es haber publicado el diario de capitan fascista.
Estimado / a Aladini:
Supongo que el hecho de haber leído el libro de Carlos Galea hace dos años, como dice, le haga olvidar que Carlos, en ningún momento, se atribuye la autoría de nada. Al contrario, desde la primera línea él mismo advierte al lector claramente que se trata de un diario de un capitán fascista que, por ciertas circunstancias, que también explica, llegó a sus manos.
Respetando en todo momento su opinión, le diré que, al contrario de lo que usted apunta, lo que a mí personalmente me parece de gran valor en esta publicación, además de conocer los sucesos acaecidos en Larache esos días, son precisamente los comentarios que efectúa Carlos Galea en cada capítulo del diario. Porque, sin ellos, ese diario no tendría más sentido que el de «validar» una actuación militar que quebró el Estado de derecho vigente. Más aún, me atrevo a afirmar que, sin tales comentarios, sería una «apología» de la actuación de los golpistas. Dicho esto, pienso con sinceridad que Carlos Galea pone en su sitio al autor del diario.
Y una última observación. Este blog es mi blog, y en él trato de que las opiniones sean abiertas, plurales, libres, y hasta ahora no he rechazado ningún comentario que ha llegado a mí. Pero al ser mi blog, me permito establecer las normas de su funcionamiento, y la principal es la del respeto a los demás. En este sentido creo que en su comentario hay un lapsus involuntario por su parte, al menos quiero creerlo así, pues al referirse a Carlos Galea, lo hace diciendo «el tal Carlos Galea». Carlos Galea Díaz tiene nombre y apellidos, es una persona íntegra y honesta, al que respeto profundamente, y al que considero un amigo porque lo es de mi padre y porque lo es mío, y ya sólo por esta razón me iparece inaceptable usar «el tal» para referirse a él. A todos, pues, respeto. A mis amigos, la mayor consideración. Espero que no le moleste esta puntualización, pues lo hago con la mayor delicadeza, pero me parece que debía de hacerlo.
Gracias por su participación en este blog. Un saludo,
sergio barce
Retiro el comentario si ha podido parecer injurioso, y le doy la razón al señor Sergio Barce. Ahora bien, sigo manteniendo que el señor Galea por una cuestión puramente de forma, no debería haber figurado como autor de ese libro. Lo podía haber hecho poniendo simplemente : diario de un militar….comentado por CG. No creo que CG haya hecho una acto que va contra la ética voluntariamente, pero sí que ha cometido un error.
6 respuestas
http://lacomunidad.elpais.com/antoni/2011/9/14/en-larache
Tu blog está excelente, me encantaría enlazarte en mis sitios webs. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambos con mas visitas.
me respondes a munekitacat@gmail.com
besosss
Catherine
Por supuesto que esperaré tu nueva novela fielmente. Quizas te guste ojear la historia de mi madre. Otra niña de la guerra. Aquí te copio la direccion del blog que ha hecho mi hermano en memoria de mi abuelo, tambien «un hombre bueno» fusilado en la guerra. En las primeras entradas estan transcritas las grabaciones que le hizo a mi madre contando la historia. http://abuelotumemoria.blogspot.com/
84 años tiene mi madre y una fortaleza que solo se puede conseguir con la experiencia de esa vida. Estoy mirando el Rincon de Carlos Galea, con él he descubierto otra faceta de la Historia de Larache, la de la historia reciente de la Guerra Civil. No sé que le falta a Larache para no ser más reconocida, es que lo tiene todo.
CARMEN MATEO
Yo he leído hace un par de años el libro del capitán que no de Carlos Galea. No entiendo como alguien se puede adjudicar la autoría de lo que otro escribió por cuatro comentarios que no aportan NADA al contenido del diario. Si algún mérito tiene el tal Carlos Galea es haber publicado el diario de capitan fascista.
Estimado / a Aladini:
Supongo que el hecho de haber leído el libro de Carlos Galea hace dos años, como dice, le haga olvidar que Carlos, en ningún momento, se atribuye la autoría de nada. Al contrario, desde la primera línea él mismo advierte al lector claramente que se trata de un diario de un capitán fascista que, por ciertas circunstancias, que también explica, llegó a sus manos.
Respetando en todo momento su opinión, le diré que, al contrario de lo que usted apunta, lo que a mí personalmente me parece de gran valor en esta publicación, además de conocer los sucesos acaecidos en Larache esos días, son precisamente los comentarios que efectúa Carlos Galea en cada capítulo del diario. Porque, sin ellos, ese diario no tendría más sentido que el de «validar» una actuación militar que quebró el Estado de derecho vigente. Más aún, me atrevo a afirmar que, sin tales comentarios, sería una «apología» de la actuación de los golpistas. Dicho esto, pienso con sinceridad que Carlos Galea pone en su sitio al autor del diario.
Y una última observación. Este blog es mi blog, y en él trato de que las opiniones sean abiertas, plurales, libres, y hasta ahora no he rechazado ningún comentario que ha llegado a mí. Pero al ser mi blog, me permito establecer las normas de su funcionamiento, y la principal es la del respeto a los demás. En este sentido creo que en su comentario hay un lapsus involuntario por su parte, al menos quiero creerlo así, pues al referirse a Carlos Galea, lo hace diciendo «el tal Carlos Galea». Carlos Galea Díaz tiene nombre y apellidos, es una persona íntegra y honesta, al que respeto profundamente, y al que considero un amigo porque lo es de mi padre y porque lo es mío, y ya sólo por esta razón me iparece inaceptable usar «el tal» para referirse a él. A todos, pues, respeto. A mis amigos, la mayor consideración. Espero que no le moleste esta puntualización, pues lo hago con la mayor delicadeza, pero me parece que debía de hacerlo.
Gracias por su participación en este blog. Un saludo,
sergio barce
Retiro el comentario si ha podido parecer injurioso, y le doy la razón al señor Sergio Barce. Ahora bien, sigo manteniendo que el señor Galea por una cuestión puramente de forma, no debería haber figurado como autor de ese libro. Lo podía haber hecho poniendo simplemente : diario de un militar….comentado por CG. No creo que CG haya hecho una acto que va contra la ética voluntariamente, pero sí que ha cometido un error.