Acabo de llegar a mi casa después de despedirnos, y he sentido de pronto la imperiosa necesidad de escribirte esta carta. Tal vez te llegue antes de que cruces ese océano.
Hace mucho tiempo que quería darte las gracias por algunas cosas, y nunca había encontrado el momento. Pero de hoy no pasa, porque mañana sería ya demasiado tarde.
Quiero agradecerte que durante estos años hayas tenido la infinita paciencia de leer mis novelas, de destriparlas para luego darme una señorial clase de buen gusto y de sentido estético y narrativo. Ya sabes que nos hemos sentado en muchos cafés, aunque casi siempre pides una Coca-Cola o un Nestea, o bien nos hemos ido a cenar, siempre para regalarme tu valioso tiempo y tus conocimientos. Muchas veces me has orientado cuando mis libros se perdían en oscuros callejones y no encontraba ninguna salida. En ocasiones, poco después de habernos visto, me has llamado con urgencia porque habías pensado algo que podría sacarme del atolladero. Así eres, Pablo, alguien que no descansa cuando ha de echar un cable a un amigo.
Quiero agradecerte las veces que nos hemos ido a ver alguna película juntos. Y también las veces que nos hemos salido de la sala avergonzados por lo que veíamos, porque solo con mirarnos sabemos si estamos ante algo excepcional o ante una auténtica birria. Y como sueles decirme en estas ocasiones: en vez de perder el tiempo con algo que no merece la pena, aprovechémoslo charlando que seguro que lo pasamos mejor. ¿Recuerdas la de John Ford que vimos hace unos meses? Fue como si la proyectaran por primera vez. Entusiasmado, me hablabas en voz baja para que me fijara en algún matiz del diálogo o en alguna escena. ¿Y el día de <Con faldas y a lo loco>? ¡En pantalla grande en el Albéniz! Ibas con Lola y con los niños, y me dijiste que los críos disfrutaban cada vez más con el buen cine clásico. Tienen el mejor guía.
Cuando fuimos a ver <Amador> eso sí que nos dio para hablar largo y tendido, y hasta para escribir ese artículo sobre la película de Fernando León que hicimos mano a mano.
Quiero agradecerte esos pequeños detalles que tienes conmigo cuando vas a encontrarte con alguien relacionado con tu mundo. Como sabes que el cine me fascina tanto, si hay ocasión, me llevas contigo para que conozca a algunos actores o a tu productor. Me contento con estar cerca y escuchar lo que dices. Siempre aprendo de ti.
Quiero darte las gracias por tus sugerencias cuando deambulamos por el <Fnac> o por la <Librería Luces> y me descubres un autor, un libro, una película.
Quiero agradecerte que me animes a seguir escribiendo y que siempre me digas que te admira mi tesón y que siga haciéndolo contra viento y marea, porque estás convencido de que la constancia dará sus frutos.
Quiero agradecerte los consejos que le das a mi hijo Pablo, que además de llamarse igual que tú ha elegido también el cine; ya sabes que sigue en Madrid, como le dijiste un día, a punto de acabar en la ECAM.
Quiero agradecerte que confíes tanto en mí, y que me cuentes tus penas y tus ilusiones y tus problemas, igual que he hecho yo desde que nos conocemos, y también quiero agradecerte que escuches mis penas y mis ilusiones y mis problemas. Me haces sentir tan bien cuando me dices que te has desahogado conmigo…
Pablo, eres excepcional. Excepcional e irrepetible.
Te diré lo que me gusta de ti.
Me gusta verte aparecer caminando con el cuerpo echado adelante, ajustándote la correa de la cartera que llevas colgada en bandolera, mientras sonríes desde lejos. Si no lo hicieras así, no serías tú.
Me gusta la manera que tienes de saludar, abrazando con entusiasmo y besando en la mejilla, sin bajar la guardia de tu sonrisa. Nadie transmite el afecto como tú lo haces.
Me gusta que siempre digas que me encuentras bien, aunque a veces sea mentira. Eres adulador por naturaleza. Y esto te lo agradecemos todos.
Me gusta que me hables de los amigos: de cuánto te ha gustado la última novela de Miguel Torres o el borrador que te ha pasado Pedro Delgado de su libro; del guión que tienes atascado y de lo que admiras a César Martínez porque te deja trabajar a gusto y a tu aire y sin presionarte, de esa película que estáis pensando en rodar; de la exposición que José Luis Gutiérrez está montando en homenaje a su padre y que te emociona tanto; de lo cojonudo que es Pablo Aranda porque ha logrado publicar su nueva novela; del proyecto que prepara Pepe Ponce sobre el Protectorado (aquí hasta te permites sugerirle a Pepe que cuente conmigo, y él te hace caso, eres un embaucador); de lo bien que quedó la presentación que le hice a Julio Rabadán en Ámbito Cultural; de lo sugerente que es la novela de Jofran Martín Caparrós y que si tuviera un poco de suerte…
A casi todos ellos los conozco gracias a ti. Otra muestra de tu generosidad, porque solo me presentas a los que merecen la pena.
Todo esto me gusta de ti.
Pero quiero además agradecerte el cariño y la dedicación que demostraste cuando presentaste con Pedro Delgado mi última novela. Escribiste para la ocasión algo excepcional.
Y quiero agradecerte que me hagas soñar que un día tal vez logremos poner en pie esa pequeña escuela de documentales en Marruecos en la que estabas pensando (también me dices que soñar es gratis) y rodar la versión de mi novela “Una sirena se ahogó en Larache”. Tenemos además pendiente ese viaje para que conozcas mi pueblo. Siempre me dices que te ilusiona conocerlo en mi compañía, y que si no es así no irás nunca.
Hoy he visto juntos a César Martínez, Pablo Aranda, Pedro Delgado, Miki Torres, Julio Rabadán, Jofran Martín, Pepe Ponce, José Luis Gutiérrez… También han ido a despedirte. Pero lo curioso, Pablo, es que ninguno de nosotros podemos decirte adiós. Cada uno tenemos nuestros motivos. Yo te voy a dar solo tres (por no aburrirte con una carta demasiado larga): primero, porque aún tengo que llevarte a Larache; segundo, porque tienes que volver a echarme otro cable y leer el nuevo borrador de “La emperatriz de Tánger”, a ver si lo que he modificado te convence, y, tercero, porque este martes ponen <Desayuno con diamantes> en Vialia, así que tienes que acompañarme para ver a Audrey Hepburn en pantalla grande.
Tengo también que hacerte una confesión: desde que esta mañana me llamó Lola para anunciarme que te marchabas, tengo metidos en la cabeza unos fotogramas que se proyectan una y otra vez. Solo duran unos segundos. El protagonista de la escueta escena eres tú. Se rodó hace apenas unos días, la última vez que quedamos en el <Fnac>. Habíamos bajado a tomar algo a un bar, cerca del Málaga Plaza. Antonio, que nos acompañaba, se había marchado ya. Estuvimos hablando tú y yo un buen rato, y nos desahogamos de muchas cosas, eso creo al menos. Te marchabas a continuación para recoger a Lola y a los niños, que andaban cerca, e ir a almorzar al centro.
La escena en cuestión sucede en el instante en el que nos despedimos y fue así: nos abrazamos, un breve instante más de lo habitual. Te separaste de mí. Bajaste la mirada, con ese aire distraído que te hace parecer algo tímido, aunque no lo seas, te diste la vuelta entonces como para marcharte, pero en el último segundo giraste el tronco, levantando una mano, y me gritaste desde la entrada del Málaga Plaza: <¡Sergio! ¡Te quiero, tío!> Y yo, que nunca antes te había respondido a voces porque me da vergüenza hacerlo, ese día, sin saber por qué, levanté la voz como tú y te respondí: ¡Y yo a ti, Pablo! ¡Y yo a ti! Y me alegro tanto de haberlo hecho…
Ahora que ya no volverás jamás, me cuesta imaginar mi mundo sin ti. Ahora que no volverás jamás, siento que se nos ha escapado el tiempo, que debimos habernos visto más, que debí llamarte más veces…
Ya no puedo cambiar nada, pero sí decirte que a pocos amigos he querido tanto como a ti. Incluso, aunque me dé vergüenza hacerlo, volvería a gritarte: ¡Y yo a ti, Pablo! ¡Y yo a ti!
Jose Luis, no podemos dejar pasar mucho tiempo sin hacer algo, ¿no te parece?
Sé que no tienes palabras, porque sé cuánto os queríais.
Te mando un fuerte abrazo, caso tan cálido como el que nos daba Pablo.
sergio
Qué razón tienes, Pedro. Suscribo todo lo que dices.
Tú sí que eras especial para Pablo, te puedes sentir muy, muy orgulloso de eso.
Un abrazo, y te digo lo mismo que a Jose Luis, tenemos que hablar.
sergio
Deseos incumplidos, oh nunca fui a Granada/ni yo contigo al cine un jueves de estos/el próximo será e iban pasando/ajenos a la sombra de tu muerte/ajenos a mi orfandad antigua/redimida por ti serenamente.
¿Habremos explicado elegías?/ ¿Habremos con lágrimas de otros<7 acompañado el silencio que deja tras de sí la estela rota?
Contigo es que no puedo./ Contigo se me agolpan los minutos/las miradas los recreos los largos parlamentos las teorías mi pueblo deseado tuyo y mío aquella Casa Patas y tu sesgo/ de profundo ser vivo y hoy….te quiero
Se me ha helado el corazón al leer esto. Tuve la suerte de ser su alumna en el instituto Isaac Albéniz hace ya más de 10 años. Sufrió como tantos profesores mi orgullo adolescente pero siempre supo como encaminarme. Fue uno de los que me apoyó y me impulsó para que hoy en día hiciera lo que hago: amar el teatro. Cuando me lo encontraba en la calle, después de muchos años, siempre tenía una sonrisa para mí y buenos deseos.
Hoy me ha entristecido leer esta noticia porque se va un apasionado de su trabajo. Buen docente y cineasta pero aún mejor persona. Mis condolencias a la familia y amigos. Cintia.
Muchas gracias, Cintia. Sí, Pablo ponía pasión en todo lo que le gustaba, y como profesor debió de ser fantástico, solo hay que leerte.
Un beso,
sergio
Al igual que ha dicho mi buen amigo Cristian, una persona así nunca muere. Al igual que Cintia, yo tambien fuí alumno suyo hace 3 años. Desde el primer momento conecté muy bien con el y sino recuerdo mal, fue gracias al Real Madrid. Desde ahí comenzó esos abrazos antes de entrar en el aula y las despedidas. De sus frases míticas cuando sin querer apagabamos la luz en el aula (¿Alguien baila?, siempre decía). De las incursiones en medio de una explicación de algo relacionado con el Real Madrid y le hacía alguna que otra imitación de Mourinho que tanto le gustaba. Una sonrisa siempre al verme y un abrazo. Tuve la gran suerte de poder «despedirme» de él y hablarle hace ya 3 semanas y comentarle que estudiaba lo que me gustaba y hablar de el Festival de Cine en la cual por esas fechas trabajaba. De verdad Pablo, muchísimas gracias por ese amor tuyo por la literatura y el cine y por enseñarme bien la Lengua Castellana, por esas risas, por ser así.
Fernando: estoy leyendo los comentarios que hacéis sus alumnos, y de verdad que uno siente envidia de no haberlo sido.
Me estoy dando cuenta de que Pablo ha dejado una semilla fascinante. Qué lujo haberlo conocido.
Gracias.
Te conozco Sergio porque Pablo hablaba mucho de ti…y tú no me conoces personalmente pero seguro que sí de oidas. Soy la mujer de César, al que mencionas en tu carta. Leyendo tu carta, con los ojos llenos de lágrimas (llevo así desde el lunes que me enteré), he recordado tantos momentos pasados con Pablo…el vacío que deja en mi corazón es inmenso y al no tener palabras, me sumo, si me permites, a todo lo que tú dices…Un fuerte abrazo, Sergio…Hoy me siento más huérfana que nunca…
Yo también te conozco, Charo, y por el mismo motivo que tú a mí. Pablo siempre tenía una palabra para vosotros. Bueno, César era para él como un hermano. A menudo me decía que había tenido una suerte inmensa al haberlo conocido, me contaba los proyectos que tenían juntos y todas esas ideas que ahora se han quedado en alguna parte. Os quería muchísimo.
Ese vacío del que hablas lo llevo incrustado, comno si tuviese en el estómago un bloque de hielo que ardiera.
Hablamos con César de que deberíamos hacer algo entre los amigos para recordar a Pablo, reunirnos, y celebrar que fuimos los privilegiados de conocerle; supongo que José Luis y Pedro andarán ya pensando en algo, así que espero tener la suerte de poder conocerte si podéis venir para esa ocasión.
Dale un beso a César. Y otro para ti.
sergio
Pablo siempre fuiste el mejor profesor que tuve. Y no sabes lo mucho que me duele que te hayas ido sin poder verte una ultima vez. Estaba leyendo la carta tan hermosa que te a escrito tu amigo Sergio Barce y nada de lo que yo diga o haga estará a su altura, pero mi corazón roto sabe cuanto llegue a apreciarte y a quererte. Si es verdad que existe un cielo tu estas en el y algún día nos volveremos a encontrar. Nunca te olvidare…
Yo no te conozco, pero si conocía a Pablo. Fui la maquilladora de «Imaginario» y gracias a la película, pude conocer a tan sencilla y maravillosa persona que era. Recuerdo un día rodando la peli, coincidimos en el mismo coche, yo estaba pasando un momento no muy bueno y me desahogué con él. Cuando salí del coche, tenía otro ánimo. Él había conseguido con sus palabras, sinceras y llenas de cariño levantarme el ánimo. Y curiosamente a penas nos conociamos. Así era Pablo, cariñoso, amable, generoso y muchas más. Feliz viaje Pablo. Un saludo Sergio
Yo también tuve la suerte de conocer a Pablo, fue mi profesor de lengua y literatura durante mis dos años de bachillerato. Ahora estoy en la universidad y profesores he tenido muchos, él será sin duda el mejor, parece que fue ayer cuando en los exámenes me ayudaba a saber los «se» en la sintaxis, si hubiera suspendido a él le habría dolido más que a mí. Él era así. Aún siento los abrazos y besos que tú mencionas, siempre me los daba cuando iba a verlo al dejar el instituto, y recuerdo como ir a verle acarreaba tener tiempo, puesto que siempre nos quedábamos hablando un buen rato ya que el quería saber de mí,como me iban los estudios, la vida… no se conformaba con verme.
Y también recuerdo la última vez que le ví, yo iba conduciendo y me paré en un paso de cebra por que él iba a cruzar, me vió y me lanzó una de sus sonrisas efusivas que tanto le caracterizaban. Ahora lo pienso y creo que debería haber parado el coche y saludarlo, pero la vida es así, nunca se sabe nada.
Me quedo con todos los recuerdos, con las clases de lengua en las que me sentía como una de sus preferidas, con los ratos en la biblioteca en los que me intentaba inculcar la lectura aunque a mí no me interesara demasiado. Me quedo con sus palabras, las que entendía y las que no, porque a veces me perdía un poco ante tanto saber, y es que con 17 o 18 años no daba para mucho más, pero ahí estaba él, para enseñarme.
Pablo, te quiero, estés donde estés. Y Lola, no sé si leerás esto, pero… yo sé que eres fuerte, y que la vida te tiene muchas cosas buenas preparadas.
Gracias profe, por participar en crear la persona que soy-.
Sergio, he vuelto a releer la carta, no tengo el gusto de conocerte, pero no estaría tranquila sino te agradezco estas palabras que tanto me han hecho sentir…
Un fuerte abrazo, como los que Pablo daba.
Gracias Pablo por tus abrazos. Gracias Sergio por tu agradable visita, disfrutamos mucho de vuestra complicidad en aquel bonito encuentro entre escritores Jofran y Sergo.
Supongo que eres José Manuel. Acabas de hacer que se me salten las lágrimas al recordarme ese día inolvidable. Pero te agradezco que me lleves de regreso hasta aquellos instantes.
Sé que Jofran también lo está pasando mal, como vosotros. Esto es un mal trago.
Como diría Pablo: las gracias siempre a vosotros.
Un abrazo,
sergio
Hermosa tu carta, Sergio, una persona así, como describes a Pablo, es imposible de olvidar. Quiero -al menos intento- hacer las cosas hoy como si fuese la última vez que las hago, que las digo, que las escribo… por eso si hoy he de pronunciar un mensaje lleno de amor quiero hacerlo hacia todos los que me rodean, hacia aquellos que se sienten tristes por la marcha de Pablo.
De todo corazón, un fuerte abrazo.
Y para mi otra maravillosa profesora. Lola, se que nada de lo que haga o diga ara que el dolor que hoy sientes sea menor pero quiero que sepas que lo siento con todo mi corazón.
Sergio no tengo el gusto de conocerte pero ayer me tocaste el corazón en la distancia y las lágrimas brotaron mientras leía esta preciosa carta a Pablo. Soy una actriz madrileña que ha tenido la suerte de participar en un cortometraje que dirigió Pablo y produjo César Martínez ‘Gato por Goya’. Tan sólo he coincidido un par de veces más con Pablo después del rodaje del corto. La última fue en Madrid en la presentación de la película documental de César ‘Apuntes de realidad’. Me encantó volver a verle y charlar sobre lo que estábamos haciendo pero, lo que más me gustó, fueron los muchos abrazos que nos dimos al vernos y al despedirnos. Y es que, como les dije a Charo y César al enterarme de la triste noticia, Pablo desde el primer momento me transmitió, cariño, bondad, humildad, generosidad. Adoro que le gustase tanto los abrazos. Son curativos y tan necesarios… Y también que fuera del tipo de persona que no le avergüenza gritar ‘Te quiero’ públicamente. Me alegra que le contestases en aquella ocasión 🙂 Seguro que le hizo muy feliz escucharlo aunque ya lo supiera.
Tenía el deseo de compartir más momentos con él y conocerle mejor. Estar cerca de alguien así es un regalo. Me quedo con su bonito recuerdo
Os acompaño en el sentimiento a todos los que le queréis
Sergio, recibe pues como pequeño homenaje a Pablo un fuerte abrazo y mis mejores deseos
Y a ti, lindo Pablo, te mando un abrazo largo y cálido. Ya ves lo mucho que se te quiere
Gracias por ser
Hasta siempre
Pilar, qué puedo decirte además de agradecerte estas palabras tan llenas de afecto y cariño. Sí, como muy bien aventuras, debió de hacerle feliz que le respondiera aunque ya lo supiese. Como tú, la suerte ha sido que nos lo encontráramos en nuestro camino.
Quizá un día, camino de Oz, vuelvas a verle.
Un beso,
sergio
Me ha emocionado muchísimo esta carta de despedida, eso es verdadera amistad, ha hecho además que suelte algunas lágrimas.
Nunca he sido alumno de Pablo pero si había hablado varias veces con el e incluso estuvo en algunas clases de guardia y era un hombre excepcional y muy simpático, su mujer Lola fue mi profesora de Lengua durante 2 años y recuerdo que siempre teníamos broncas por tonterías, pero siempre le admiré mucho, me quedé un poco extrañado al enterarme de que este gran hombre se había ido, un gran palo para su familia, amigos y conocidos.
Un fuerte abrazo a su familia y Pablo descansa en paz.
Querido Sergio, muchas gracias por esta preciosa carta. Perdona si no te escribo mucho más. Ando muy emocionado tras leerlo. El pasado sábado 27 de abril, el último del Festival de aquí de Málaga, Pablo también me llamó a gritos, me dio un abrazo de los suyos y un beso en la mejilla. Luego me presentó otra vez más a César Martínez y estuvimos hablando de cine. Es de las personas más cariñosas que conozco. Permítenme que como tú escriba en presente. Aunque no te conozco, un abrazo enorme
Querido Cristóbal: ya compartimos algo excepcional.
Y por supuesto hay que hablar en presente.
Te agradezco mucho este comentario tuyo.
Otro abrazo para ti,
sergio
cuando comencé a leer la carta..describiendo a la perfección como es pablo.. dude…pero algo muy dentro de mi me decia que esto no podia estar pasando..que esto no puede ser..se me encogio el corazon….mis recuerdos con pablo ..son muy bonitos..siempre hablando..preguntandome de mi pais (chile) de los politicos …de mil cosas…estuve con el cuando escribio imaginario… echandole un mano en casa con los niños y lola…siempre fui una mas en casa…era como la mia…y cada vez que veia una bici..me acordaba de el..con su bici negra ..que me encantaba..de su pluma de tinta y de mil detalles que lo hacien unico….siempre pense : pablo es como de otro mundo..con sus anotaciones y el cine ..que era algo que amaba… yo le decia..pablo alguna vez tendras que hacer una peli de mi…se echaba a reir ….mil detalles que lo hacian especial…desde lo mas profundo de mi ser…siento su perdida…como amigo, ejemplo de padre y excelente compañero para lola….uno no sabe que decir en estos casos…solo esperar que todos los que sentimos su perdida…tengamos fuerza
Llevo días leyendo esta carta, (que más bien la llamaría una obra de arte), desde que se publicó y leo los comentarios, no me atrevía a comentar, porque por desgracia no lo conocía a él personalmente, pero creo que no me hizo falta, vosotros me estáis demostrando como era verdaderamente. Pero hoy al ver de nuevo esta obra y más comentarios ya no podía contenerme más y decidí dar el paso y escribiros lo que pensaba. Esta bonita carta, emociona tanto que lo que más es ese final de esa despedida: ¡Y yo a ti, Pablo! ¡Y yo a ti!
Es increíble como todos los fanáticos y profesionales como tu Sergio y Pablo y muchos más, a la escritura, cine, o similar escriban tan bien y atraigan al lector de una manera tan peculiar. Ojalá yo, desde hace poco fanática a la lectura pueda escribir tan bien en un futuro. Que se me vengan a la cabeza esas palabras que sólo le salen a las personas cultas y personas con talento. BRAVO!
Yo soy una alumna que hace unos añitos dejé ese gran instituto. No tuve el privilegio de que Pablo me diera clase, pero me llevé de allí uno, el más importante para mi, que su mujer Lola me enseñara Lengua Y literatura en 4º eso. Eso no lo cambio por nada. Era una profesora por la cual no tengo ninguna queja, al contrario, agradecerle tantos buenos ratos que ella sabe que teníamos. Se te pasaba la hora de clase en nada, y lo peor de todo, que no quería que se acabara. Creo que con ningún profesor/a me había pasado.
Ahora mismo es el momento de enviarle la máxima fuerza posible, por poca que parezca. El tiempo es la mejor medicina en estos casos, muchas veces ni eso pero llegará el momento de pasar página. ¡Mucho Ánimo!
Otra cosa que quería comentar, es lo cierto en lo que decís, de esos abrazos y saludos que daba Pablo, una pequeña anécdota y acabo: a una antigua amiga mía, en mi último año allí, todas las mañanas recibía dos besos de Pablo, y a muchos compañeros un abrazo, pero el caso de mi amiga era todos los días, yo me quedaba atónita, era un cariño que recibía diario que me daba envidia, sinceramente. Jamás había visto una cosa igual entre alumno y profesor. Ahí se demostró toda la buena persona que era, también lo saludaba cuando me lo encontraba por mi barrio en la hora del recreo si me pillaba de vuelta del instituto actual o en la ida.
Un abrazo o dos besos a ti Pablo, nunca te los dí, sólo el saludo, pero ahora tengo el momento de dártelos. Gracias por darme esa oportunidad. Y otro a Lola, quisiera verte pronto.
Sinceramente esta mención a una persona tan grandr como fue Pablo me ha conmovido bastante … Bravo x ti Sergio por poder sacar todo tu cariño hacia él en un momento tan duro. Yo lo he tenido como profesor y lo saludaba todos los días aunque ya no estuviera en sus clases. Un Saludo!
Soy Pablo Cervantes, el compositor de la música de «Imaginario». Hoy he sabido del fallecimiento de Pablo. Lo lamento profundamente, fue un placer trabajar con él.
Querido Pablo: Puedo imaginar tu estupefacción. Ya han pasado varias semanas, y aún sigo sin creérmelo.
Tal y como lo conocí, sé que trabajar con él debió de ser estupendo.
Un abrazo
sergio
Hola. Mi nombre es Manuel. Soy un antiguo compañero de facultad de Pablo. Estuve muy unido a él y a otro compañero llamado Nono, durante aquellos ya lejanos años de la carrera. Estudiábamos muchos exámenes en el garaje de su casa en Pedregalejo; también preparamos juntos las oposiciones en la academia Ipao de Granada y compartimos muchas experiencias. Hoy, buscando por curiosidad algún rastro suyo en internet he entrado en la wikipedia y he leído la fecha de su fallecimiento. No sabía nada y llevo todo el día pensado en ello. Sé que cumplió su sueño y, aparte de profesor de Lengua, gremio al que también pertenezco, llegó a ser director de cine. Era muy obstinado y al final alcanzó lo que se propuso. Perder a alguien de mi generación, que estudió conmigo y que fue mi amigo, me ha impactado; así que quiero aprovechar este blog para expresar mis condolencias a su familia y al mundo del cine. Todos los mensajes que he leído coinciden en una cosa: que más allá de lo que hiciera en el mundo del cine o de la docencia, fue un buen hombre. Y eso es lo más importante. Descanse en paz.
Pablo y Lola se cruzaron en mi camino hace ya varios años. Compartí con ellos hermosos momentos incluidos nacimientos, corto de Ángel, cambios de casa..
Por eso no puedo describir como me sentí ayer cuando viendo los Goya vi su nombre entre los fallecidos este año.
Creo que la última vez que lo vi fué a finales del 2007.Iba con su bici y su maleta cruzada por la Fuente de Colores de Teatinos. Creo que venía de dar unas clases y estuvimos hablando un rato de su vida, de Lola, de los niños.
Siento no haber sabido de su fallecimiento antes y de no haberme podido despedirme de él y poder estar al lado de Lola.
Gracias por haber formado parte de mi vida.
Gracias Sergio por tus bellas palabras, ha sido como volver a verlo otra vez.
Gracias a ti, Nuria.
La verdad es que ayer, cuando vi en la pantalla su imagen y su nombre, me emocioné muchísimo. Mi hijo estaba en la gala, y me mandó un mensaje al segundo de que apareciera, y solo me ponía: Papá. ¡Qué bonito! Todos le queríamos.
Un beso
Tuve a Pablo como profesor de Lengua en COU. Nuestra relación fue difícil, porque por aquel entonces yo lidiaba con mi adolescencia y porque él no estaba para mis tonterías de niño chico.
Poco antes de terminar el curso, y porque le insistimos muchísimo, nos puso su corto «Ángel». Al terminar se hizo un gran silencio y sólo un amigo y yo aplaudimos. Nos miró con rabia. Pensaba que nos estábamos mofando, que los aplausos eran de compromiso o, peor, que lo hacíamos para subrayar más el silencio del resto de clase.
Cuando saqué un 10 en selectividad me felicitó y me dijo que sería un placer no volver a verme. Aproveché el momento de honestidad para decirle que, pensara lo que pensara, su corto me había gustado. Me miró con una sonrisa de medio lado, me dio la mano, y sellamos las paz.
Ojalá me hubiera enseñado su corto el primer día de clase. Ojalá yo hubiera sido menos imbécil.
41 respuestas
Gracias Sergio. Por decir lo que tantos amigos sentimos. Yo ahora no tengo palabras.
Te quiero Pablo.
Jose Luis, no podemos dejar pasar mucho tiempo sin hacer algo, ¿no te parece?
Sé que no tienes palabras, porque sé cuánto os queríais.
Te mando un fuerte abrazo, caso tan cálido como el que nos daba Pablo.
sergio
Pablo ya forma parte de nosotros. Siempre estará a nuestro lado, viviendo en nuestros corazones.
Qué razón tienes, Pedro. Suscribo todo lo que dices.
Tú sí que eras especial para Pablo, te puedes sentir muy, muy orgulloso de eso.
Un abrazo, y te digo lo mismo que a Jose Luis, tenemos que hablar.
sergio
Una persona así nunca muere
Gracias, Cristian.
Así es.
Deseos incumplidos, oh nunca fui a Granada/ni yo contigo al cine un jueves de estos/el próximo será e iban pasando/ajenos a la sombra de tu muerte/ajenos a mi orfandad antigua/redimida por ti serenamente.
¿Habremos explicado elegías?/ ¿Habremos con lágrimas de otros<7 acompañado el silencio que deja tras de sí la estela rota?
Contigo es que no puedo./ Contigo se me agolpan los minutos/las miradas los recreos los largos parlamentos las teorías mi pueblo deseado tuyo y mío aquella Casa Patas y tu sesgo/ de profundo ser vivo y hoy….te quiero
Elena, muy hermoso el poema. Gracias.
sergio
Se me ha helado el corazón al leer esto. Tuve la suerte de ser su alumna en el instituto Isaac Albéniz hace ya más de 10 años. Sufrió como tantos profesores mi orgullo adolescente pero siempre supo como encaminarme. Fue uno de los que me apoyó y me impulsó para que hoy en día hiciera lo que hago: amar el teatro. Cuando me lo encontraba en la calle, después de muchos años, siempre tenía una sonrisa para mí y buenos deseos.
Hoy me ha entristecido leer esta noticia porque se va un apasionado de su trabajo. Buen docente y cineasta pero aún mejor persona. Mis condolencias a la familia y amigos. Cintia.
Muchas gracias, Cintia. Sí, Pablo ponía pasión en todo lo que le gustaba, y como profesor debió de ser fantástico, solo hay que leerte.
Un beso,
sergio
Al igual que ha dicho mi buen amigo Cristian, una persona así nunca muere. Al igual que Cintia, yo tambien fuí alumno suyo hace 3 años. Desde el primer momento conecté muy bien con el y sino recuerdo mal, fue gracias al Real Madrid. Desde ahí comenzó esos abrazos antes de entrar en el aula y las despedidas. De sus frases míticas cuando sin querer apagabamos la luz en el aula (¿Alguien baila?, siempre decía). De las incursiones en medio de una explicación de algo relacionado con el Real Madrid y le hacía alguna que otra imitación de Mourinho que tanto le gustaba. Una sonrisa siempre al verme y un abrazo. Tuve la gran suerte de poder «despedirme» de él y hablarle hace ya 3 semanas y comentarle que estudiaba lo que me gustaba y hablar de el Festival de Cine en la cual por esas fechas trabajaba. De verdad Pablo, muchísimas gracias por ese amor tuyo por la literatura y el cine y por enseñarme bien la Lengua Castellana, por esas risas, por ser así.
¡Hasta siempre grande!
Fernando: estoy leyendo los comentarios que hacéis sus alumnos, y de verdad que uno siente envidia de no haberlo sido.
Me estoy dando cuenta de que Pablo ha dejado una semilla fascinante. Qué lujo haberlo conocido.
Gracias.
Te conozco Sergio porque Pablo hablaba mucho de ti…y tú no me conoces personalmente pero seguro que sí de oidas. Soy la mujer de César, al que mencionas en tu carta. Leyendo tu carta, con los ojos llenos de lágrimas (llevo así desde el lunes que me enteré), he recordado tantos momentos pasados con Pablo…el vacío que deja en mi corazón es inmenso y al no tener palabras, me sumo, si me permites, a todo lo que tú dices…Un fuerte abrazo, Sergio…Hoy me siento más huérfana que nunca…
Yo también te conozco, Charo, y por el mismo motivo que tú a mí. Pablo siempre tenía una palabra para vosotros. Bueno, César era para él como un hermano. A menudo me decía que había tenido una suerte inmensa al haberlo conocido, me contaba los proyectos que tenían juntos y todas esas ideas que ahora se han quedado en alguna parte. Os quería muchísimo.
Ese vacío del que hablas lo llevo incrustado, comno si tuviese en el estómago un bloque de hielo que ardiera.
Hablamos con César de que deberíamos hacer algo entre los amigos para recordar a Pablo, reunirnos, y celebrar que fuimos los privilegiados de conocerle; supongo que José Luis y Pedro andarán ya pensando en algo, así que espero tener la suerte de poder conocerte si podéis venir para esa ocasión.
Dale un beso a César. Y otro para ti.
sergio
Pablo siempre fuiste el mejor profesor que tuve. Y no sabes lo mucho que me duele que te hayas ido sin poder verte una ultima vez. Estaba leyendo la carta tan hermosa que te a escrito tu amigo Sergio Barce y nada de lo que yo diga o haga estará a su altura, pero mi corazón roto sabe cuanto llegue a apreciarte y a quererte. Si es verdad que existe un cielo tu estas en el y algún día nos volveremos a encontrar. Nunca te olvidare…
Precioso, Ana Belén. Y muy emocionante.
Gracias,
sergio
Yo no te conozco, pero si conocía a Pablo. Fui la maquilladora de «Imaginario» y gracias a la película, pude conocer a tan sencilla y maravillosa persona que era. Recuerdo un día rodando la peli, coincidimos en el mismo coche, yo estaba pasando un momento no muy bueno y me desahogué con él. Cuando salí del coche, tenía otro ánimo. Él había conseguido con sus palabras, sinceras y llenas de cariño levantarme el ánimo. Y curiosamente a penas nos conociamos. Así era Pablo, cariñoso, amable, generoso y muchas más. Feliz viaje Pablo. Un saludo Sergio
Gloria, en tan corto escrito has hecho un retrato exacto de Pablo: cariñoso, amable, generoso y mucho más. Mucho más.
Un beso,
sergio
Yo también tuve la suerte de conocer a Pablo, fue mi profesor de lengua y literatura durante mis dos años de bachillerato. Ahora estoy en la universidad y profesores he tenido muchos, él será sin duda el mejor, parece que fue ayer cuando en los exámenes me ayudaba a saber los «se» en la sintaxis, si hubiera suspendido a él le habría dolido más que a mí. Él era así. Aún siento los abrazos y besos que tú mencionas, siempre me los daba cuando iba a verlo al dejar el instituto, y recuerdo como ir a verle acarreaba tener tiempo, puesto que siempre nos quedábamos hablando un buen rato ya que el quería saber de mí,como me iban los estudios, la vida… no se conformaba con verme.
Y también recuerdo la última vez que le ví, yo iba conduciendo y me paré en un paso de cebra por que él iba a cruzar, me vió y me lanzó una de sus sonrisas efusivas que tanto le caracterizaban. Ahora lo pienso y creo que debería haber parado el coche y saludarlo, pero la vida es así, nunca se sabe nada.
Me quedo con todos los recuerdos, con las clases de lengua en las que me sentía como una de sus preferidas, con los ratos en la biblioteca en los que me intentaba inculcar la lectura aunque a mí no me interesara demasiado. Me quedo con sus palabras, las que entendía y las que no, porque a veces me perdía un poco ante tanto saber, y es que con 17 o 18 años no daba para mucho más, pero ahí estaba él, para enseñarme.
Pablo, te quiero, estés donde estés. Y Lola, no sé si leerás esto, pero… yo sé que eres fuerte, y que la vida te tiene muchas cosas buenas preparadas.
Gracias profe, por participar en crear la persona que soy-.
Sergio, he vuelto a releer la carta, no tengo el gusto de conocerte, pero no estaría tranquila sino te agradezco estas palabras que tanto me han hecho sentir…
Un fuerte abrazo, como los que Pablo daba.
Muchísimas gracias, Carmen.
Gracias Pablo por tus abrazos. Gracias Sergio por tu agradable visita, disfrutamos mucho de vuestra complicidad en aquel bonito encuentro entre escritores Jofran y Sergo.
Supongo que eres José Manuel. Acabas de hacer que se me salten las lágrimas al recordarme ese día inolvidable. Pero te agradezco que me lleves de regreso hasta aquellos instantes.
Sé que Jofran también lo está pasando mal, como vosotros. Esto es un mal trago.
Como diría Pablo: las gracias siempre a vosotros.
Un abrazo,
sergio
Hermosa tu carta, Sergio, una persona así, como describes a Pablo, es imposible de olvidar. Quiero -al menos intento- hacer las cosas hoy como si fuese la última vez que las hago, que las digo, que las escribo… por eso si hoy he de pronunciar un mensaje lleno de amor quiero hacerlo hacia todos los que me rodean, hacia aquellos que se sienten tristes por la marcha de Pablo.
De todo corazón, un fuerte abrazo.
Y para mi otra maravillosa profesora. Lola, se que nada de lo que haga o diga ara que el dolor que hoy sientes sea menor pero quiero que sepas que lo siento con todo mi corazón.
Sergio no tengo el gusto de conocerte pero ayer me tocaste el corazón en la distancia y las lágrimas brotaron mientras leía esta preciosa carta a Pablo. Soy una actriz madrileña que ha tenido la suerte de participar en un cortometraje que dirigió Pablo y produjo César Martínez ‘Gato por Goya’. Tan sólo he coincidido un par de veces más con Pablo después del rodaje del corto. La última fue en Madrid en la presentación de la película documental de César ‘Apuntes de realidad’. Me encantó volver a verle y charlar sobre lo que estábamos haciendo pero, lo que más me gustó, fueron los muchos abrazos que nos dimos al vernos y al despedirnos. Y es que, como les dije a Charo y César al enterarme de la triste noticia, Pablo desde el primer momento me transmitió, cariño, bondad, humildad, generosidad. Adoro que le gustase tanto los abrazos. Son curativos y tan necesarios… Y también que fuera del tipo de persona que no le avergüenza gritar ‘Te quiero’ públicamente. Me alegra que le contestases en aquella ocasión 🙂 Seguro que le hizo muy feliz escucharlo aunque ya lo supiera.
Tenía el deseo de compartir más momentos con él y conocerle mejor. Estar cerca de alguien así es un regalo. Me quedo con su bonito recuerdo
Os acompaño en el sentimiento a todos los que le queréis
Sergio, recibe pues como pequeño homenaje a Pablo un fuerte abrazo y mis mejores deseos
Y a ti, lindo Pablo, te mando un abrazo largo y cálido. Ya ves lo mucho que se te quiere
Gracias por ser
Hasta siempre
Pilar, qué puedo decirte además de agradecerte estas palabras tan llenas de afecto y cariño. Sí, como muy bien aventuras, debió de hacerle feliz que le respondiera aunque ya lo supiese. Como tú, la suerte ha sido que nos lo encontráramos en nuestro camino.
Quizá un día, camino de Oz, vuelvas a verle.
Un beso,
sergio
Me ha emocionado muchísimo esta carta de despedida, eso es verdadera amistad, ha hecho además que suelte algunas lágrimas.
Nunca he sido alumno de Pablo pero si había hablado varias veces con el e incluso estuvo en algunas clases de guardia y era un hombre excepcional y muy simpático, su mujer Lola fue mi profesora de Lengua durante 2 años y recuerdo que siempre teníamos broncas por tonterías, pero siempre le admiré mucho, me quedé un poco extrañado al enterarme de que este gran hombre se había ido, un gran palo para su familia, amigos y conocidos.
Un fuerte abrazo a su familia y Pablo descansa en paz.
Querido Sergio, muchas gracias por esta preciosa carta. Perdona si no te escribo mucho más. Ando muy emocionado tras leerlo. El pasado sábado 27 de abril, el último del Festival de aquí de Málaga, Pablo también me llamó a gritos, me dio un abrazo de los suyos y un beso en la mejilla. Luego me presentó otra vez más a César Martínez y estuvimos hablando de cine. Es de las personas más cariñosas que conozco. Permítenme que como tú escriba en presente. Aunque no te conozco, un abrazo enorme
Querido Cristóbal: ya compartimos algo excepcional.
Y por supuesto hay que hablar en presente.
Te agradezco mucho este comentario tuyo.
Otro abrazo para ti,
sergio
cuando comencé a leer la carta..describiendo a la perfección como es pablo.. dude…pero algo muy dentro de mi me decia que esto no podia estar pasando..que esto no puede ser..se me encogio el corazon….mis recuerdos con pablo ..son muy bonitos..siempre hablando..preguntandome de mi pais (chile) de los politicos …de mil cosas…estuve con el cuando escribio imaginario… echandole un mano en casa con los niños y lola…siempre fui una mas en casa…era como la mia…y cada vez que veia una bici..me acordaba de el..con su bici negra ..que me encantaba..de su pluma de tinta y de mil detalles que lo hacien unico….siempre pense : pablo es como de otro mundo..con sus anotaciones y el cine ..que era algo que amaba… yo le decia..pablo alguna vez tendras que hacer una peli de mi…se echaba a reir ….mil detalles que lo hacian especial…desde lo mas profundo de mi ser…siento su perdida…como amigo, ejemplo de padre y excelente compañero para lola….uno no sabe que decir en estos casos…solo esperar que todos los que sentimos su perdida…tengamos fuerza
Llevo días leyendo esta carta, (que más bien la llamaría una obra de arte), desde que se publicó y leo los comentarios, no me atrevía a comentar, porque por desgracia no lo conocía a él personalmente, pero creo que no me hizo falta, vosotros me estáis demostrando como era verdaderamente. Pero hoy al ver de nuevo esta obra y más comentarios ya no podía contenerme más y decidí dar el paso y escribiros lo que pensaba. Esta bonita carta, emociona tanto que lo que más es ese final de esa despedida: ¡Y yo a ti, Pablo! ¡Y yo a ti!
Es increíble como todos los fanáticos y profesionales como tu Sergio y Pablo y muchos más, a la escritura, cine, o similar escriban tan bien y atraigan al lector de una manera tan peculiar. Ojalá yo, desde hace poco fanática a la lectura pueda escribir tan bien en un futuro. Que se me vengan a la cabeza esas palabras que sólo le salen a las personas cultas y personas con talento. BRAVO!
Yo soy una alumna que hace unos añitos dejé ese gran instituto. No tuve el privilegio de que Pablo me diera clase, pero me llevé de allí uno, el más importante para mi, que su mujer Lola me enseñara Lengua Y literatura en 4º eso. Eso no lo cambio por nada. Era una profesora por la cual no tengo ninguna queja, al contrario, agradecerle tantos buenos ratos que ella sabe que teníamos. Se te pasaba la hora de clase en nada, y lo peor de todo, que no quería que se acabara. Creo que con ningún profesor/a me había pasado.
Ahora mismo es el momento de enviarle la máxima fuerza posible, por poca que parezca. El tiempo es la mejor medicina en estos casos, muchas veces ni eso pero llegará el momento de pasar página. ¡Mucho Ánimo!
Otra cosa que quería comentar, es lo cierto en lo que decís, de esos abrazos y saludos que daba Pablo, una pequeña anécdota y acabo: a una antigua amiga mía, en mi último año allí, todas las mañanas recibía dos besos de Pablo, y a muchos compañeros un abrazo, pero el caso de mi amiga era todos los días, yo me quedaba atónita, era un cariño que recibía diario que me daba envidia, sinceramente. Jamás había visto una cosa igual entre alumno y profesor. Ahí se demostró toda la buena persona que era, también lo saludaba cuando me lo encontraba por mi barrio en la hora del recreo si me pillaba de vuelta del instituto actual o en la ida.
Un abrazo o dos besos a ti Pablo, nunca te los dí, sólo el saludo, pero ahora tengo el momento de dártelos. Gracias por darme esa oportunidad. Y otro a Lola, quisiera verte pronto.
Sinceramente esta mención a una persona tan grandr como fue Pablo me ha conmovido bastante … Bravo x ti Sergio por poder sacar todo tu cariño hacia él en un momento tan duro. Yo lo he tenido como profesor y lo saludaba todos los días aunque ya no estuviera en sus clases. Un Saludo!
Soy Pablo Cervantes, el compositor de la música de «Imaginario». Hoy he sabido del fallecimiento de Pablo. Lo lamento profundamente, fue un placer trabajar con él.
Querido Pablo: Puedo imaginar tu estupefacción. Ya han pasado varias semanas, y aún sigo sin creérmelo.
Tal y como lo conocí, sé que trabajar con él debió de ser estupendo.
Un abrazo
sergio
Hola. Mi nombre es Manuel. Soy un antiguo compañero de facultad de Pablo. Estuve muy unido a él y a otro compañero llamado Nono, durante aquellos ya lejanos años de la carrera. Estudiábamos muchos exámenes en el garaje de su casa en Pedregalejo; también preparamos juntos las oposiciones en la academia Ipao de Granada y compartimos muchas experiencias. Hoy, buscando por curiosidad algún rastro suyo en internet he entrado en la wikipedia y he leído la fecha de su fallecimiento. No sabía nada y llevo todo el día pensado en ello. Sé que cumplió su sueño y, aparte de profesor de Lengua, gremio al que también pertenezco, llegó a ser director de cine. Era muy obstinado y al final alcanzó lo que se propuso. Perder a alguien de mi generación, que estudió conmigo y que fue mi amigo, me ha impactado; así que quiero aprovechar este blog para expresar mis condolencias a su familia y al mundo del cine. Todos los mensajes que he leído coinciden en una cosa: que más allá de lo que hiciera en el mundo del cine o de la docencia, fue un buen hombre. Y eso es lo más importante. Descanse en paz.
Gracias, Manuel. Creo que ninguno lo podemos olvidar.
Un abrazo
Pablo y Lola se cruzaron en mi camino hace ya varios años. Compartí con ellos hermosos momentos incluidos nacimientos, corto de Ángel, cambios de casa..
Por eso no puedo describir como me sentí ayer cuando viendo los Goya vi su nombre entre los fallecidos este año.
Creo que la última vez que lo vi fué a finales del 2007.Iba con su bici y su maleta cruzada por la Fuente de Colores de Teatinos. Creo que venía de dar unas clases y estuvimos hablando un rato de su vida, de Lola, de los niños.
Siento no haber sabido de su fallecimiento antes y de no haberme podido despedirme de él y poder estar al lado de Lola.
Gracias por haber formado parte de mi vida.
Gracias Sergio por tus bellas palabras, ha sido como volver a verlo otra vez.
Gracias a ti, Nuria.
La verdad es que ayer, cuando vi en la pantalla su imagen y su nombre, me emocioné muchísimo. Mi hijo estaba en la gala, y me mandó un mensaje al segundo de que apareciera, y solo me ponía: Papá. ¡Qué bonito! Todos le queríamos.
Un beso
Tuve a Pablo como profesor de Lengua en COU. Nuestra relación fue difícil, porque por aquel entonces yo lidiaba con mi adolescencia y porque él no estaba para mis tonterías de niño chico.
Poco antes de terminar el curso, y porque le insistimos muchísimo, nos puso su corto «Ángel». Al terminar se hizo un gran silencio y sólo un amigo y yo aplaudimos. Nos miró con rabia. Pensaba que nos estábamos mofando, que los aplausos eran de compromiso o, peor, que lo hacíamos para subrayar más el silencio del resto de clase.
Cuando saqué un 10 en selectividad me felicitó y me dijo que sería un placer no volver a verme. Aproveché el momento de honestidad para decirle que, pensara lo que pensara, su corto me había gustado. Me miró con una sonrisa de medio lado, me dio la mano, y sellamos las paz.
Ojalá me hubiera enseñado su corto el primer día de clase. Ojalá yo hubiera sido menos imbécil.
Pero lo que has escrito, te honra. Y Pablo debe de saberlo, seguro.
Gracias por este hermoso texto que me ha emocionado profundamente.