Creo que es la cuarta vez que veo la película, y en cada ocasión me parece mejor. “El secreto de sus ojos” (2009) de Juan José Campanella cuenta el asesinato terrible de una chica, un crimen de una crueldad intolerable, y cómo ese hecho se convierte en casi una obsesión para el protagonista, Benjamín Espósito, un Ricardo Darín fantástico, funcionario que, tras jubilarse, se plantea escribir un libro sobre el caso que jamás ha podido olvidar. Su decisión le hace regresar al juzgado en el que desempeñaba su trabajo, donde aún continúa la Secretaria judicial de la que, siempre en silencio, estuvo enamorado (estuvieron enamorados). Y como consecuencia de esta misma decisión, se irá mostrando al espectador qué fue lo que sucedió durante la investigación que efectuó Espósito junto a su mejor amigo, mientras que, a la vez, se va desvelando al propio protagonista, en un perfecto juego de saltos en el tiempo, qué se esconde tras la sordidez de aquel crimen.
El guión es de una sutileza encomiable. Hay humor, hay drama, hay misterio, hay romanticismo. Ya digo que Ricardo Darín está soberbio, pero Soledad Villamil está inconmensurable, con esa mirada que lo dice todo y lo oculta todo, que te habla sin mover los labios, que te obliga a rendirte a ella. Y está Guillermo Francella, que es Pablo Sandoval, el amigo del protagonista, un personaje rico, increíble, lleno de matices, con un humor desternillante (cuando descuelga el teléfono del juzgado para contestar las llamadas diciendo que es el Banco de Semen o cualquier otra cosa con tal de no atender a quien llama es delirante), pero también es el amigo leal, capaz de sacrificarse por quien tanto ha hecho por él.
No es un film con concesiones. Cuando debe ser dramático, lo es; cuando la trama requiere un fino toque de humor, lo concede (la escena de Darín y Francella invadiendo la casa de la madre del supuesto asesino en busca de pistas es redonda; o cuando el juez Lacalle –el actor Mario Alarcón también lo borda- da la reprimenda a Darín/Espósito por ese hecho, es humor con mayúsculas); pero cuando ha de ser romántico, es un film muy romántico (las miradas entre Ricardo Darín y Soledad Villamil traspasan la pantalla, echan chispas, nos inundan) sin caer en lo fácil (hay detalles elegantes como la puerta del despacho de la secretaria, siempre a punto de cerrarse esperando esa declaración que no llega…), o la historia de Ricardo Morales, el marido viudo de la víctima al que da vida sobriamente Pablo Rago, trágica y romántica, tierna y desgarrada; y, finalmente, cuando ha de ser una película de intriga borda la perfección (los pasos que llevan a Espósito hasta Isidoro Gómez, el sospechoso al que descubre de una manera casual mirando fotografías de la víctima, son de una precisión hitchcockniana).
Ya conocía al director Juan José Campanella de otras películas magníficas: “…Y llegó el amor” (1997), “El mismo amor, la misma lluvia” (1999), “El hijo de la novia” (2001) o «Luna de Avellaneda» (2004) (los recomiendo todos), films que ya contenían algunos de los elementos que Campanella desarrolla en “El secreto de sus ojos”. (Entre película y película, Campanella rueda episodios de las serie “Ley & Orden” o “House”, curioso).
Me parece de un virtuosismo increíble la escena en la que Espósito y Sandoval descubren a Gómez en el estadio de fútbol, y cómo Campanella ha filmado la persecución de éste; me quedé atónito por su sencillez pero por la complejidad del travelling. Mi hijo Pablo me lo comentó hace días, le había llamado la atención esa misma escena, y me comentó que hacía mucho que no veía una película tan maravillosa. Campanella construye una historia compleja, bien armada, sin ninguna fisura, llena de planos inolvidables, de diálogos inteligentes y bien trabajados, con una dirección de actores ejemplar, y una sabia utilización de la estupenda banda sonora de Federico Jusid y Emilio Kauderer.
La película obtuvo el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa en 2010, un justo reconocimiento. Además del Goya a la Mejor Película Hispanoamericana y curiosamente el Goya a la Mejor Actriz Revelación a Soledad Villamil, que es una estrella en Argentina desde hace bastante tiempo…
Mi hijo Pablo tiene razón, Juan José Campanella ha bordado su carrera con esta película y se ha puesto el listón muy alto. Me encantaron sus anteriores films, pero “El secreto de sus ojos” es de las que uno se guarda para saborearlas una y otra vez. Cine del bueno.
Sergio Barce, abril 2011
5 respuestas
Sin lugar a dudas el mejor trabajo de este gran director, las dos veces que la he visto me ha parecido magistral, es una película que llega al alma, que conmueve y las interpretaciones como tú dices inmejorables, tiene de todo.
Oscar y Goyas bien otorgados en esta ocasión
Itzi, seguro que te ocurrió lo mismo, al volver a verla encuentras nuevos matices, eso es lo que la hace más grande. Es fantástica.
besos
tiene otra muy buena de un niño que tiene una enfermedad mental y lo tienen que ingresar en un psiquiatrico, se llama el niño que grito puta.
No te la pierdas si no la has visto.
No la he visto. Ya me has despertado la curiosidad, lo haré.
Gracias, Mayte
Acabo de verla esta noche… por fin la conseguí! La puerta que más me gustó fue la que al final se cerró.
Es grande, por momentos divertida, maravillosa. Volveré a disfrutarla, volveré a esas secuencias y a esas miradas calladas.