Inquietudes <Trouble in mind, 1986> de Alan Rudolph es una de las películas de cine independiente que más me han cautivado. Desde que la viera por vez primera a finales de los ochenta, ha estado presente en mi videoteca, y la he visionado en varias ocasiones.
Cuenta la historia de Hawk, al que da vida Kris Kristofferson, un policía que sale de la cárcel tras cumplir condena por el asesinato de un mafioso, y que se refugia en el Bar de Wanda, interpretada por Geneviéve Bujold. El local es precisamente eso, un refugio de hombres solitarios, todos enamorados de Wanda, que recibe cada día largas cartas de amor. Coincidiendo con la vuelta de Hawk, que tuvo una relación con Wanda en el pasado, llega también una pareja joven y descarriada formada por Coop <Keith Carradine> y Georgia <Lori Singer> con su bebé Spike.
El alocado Coop, obsesionado por conseguir dinero a cualquier precio, se alía a un ladrón de poca monta que le hace creer que darán grandes golpes. Su aparente escalada va en paralelo a su propia degradación –divertidísimo cómo su aspecto físico va variando a medida que avanza el film-, y con ello su distanciamiento de Georgia. Bajo la atenta mirada de Wanda, cuya experiencia vital le hace predecir lo que va a suceder, Hawk se enamora poco a poco de Georgia, y comprende que su futuro sólo está en ella y en Spike. Cuando Coop y su socio se deciden a embarcarse en un negocio de contrabando con el gángster Hilly Blue, que es interpretado por Divine –famoso por sus films con el polémico y escandaloso John Waters-, Georgia le pide a Hawk que ayude a Coop para que no le ocurra nada. Hawk accede con la condición de que si lo hace ella tendrá que marcharse finalmente con él y dejar a Coop… Georgia acepta. Pero no todo ocurre cómo ellos habrían querido, y el final, poético, romántico a marcha martillo, es toda una declaración sobre los sueños rotos, sobre la imposibilidad de alcanzar una felicidad que se roza con la punta de los dedos…
Kris Kristofferson compone un personaje complejo y atormentado, quizá su mejor papel como actor, lleno de cicatrices emocionales, un hombre desengañado que, sin embargo, es capaz de sacrificarlo todo por la mujer que ama.
Kris Kristofferson <Hawk>, dice en una escena del film: Si mirásemos a la boca de una mujer más que a sus ojos, nos engañarían mucho menos.
En contraposición a él, Keith Carradine es todo lo contrario: la inconsistencia, la inmadurez, el perdedor nato, que no es capaz de ver la felicidad aunque la tenga ya en sus manos. Carradine venía de interpretar un papel inolvidable en Elígeme <Choose me, 1985> también de Alan Rudolph.
Y Lori Singer, como Georgia, es la perfecta chica que irradia inocencia y futuro que sólo aspira a que su bebé crezca con un padre que les ofrezca a ambas seguridad; conocer de pronto a Hawk le abre los ojos, y descubre que sus esperanzas están junto a alguien como él y no con el inestable e infiel Coop. El personaje de Wanda, claro, es fundamental como telón de fondo en esta historia, y la actriz Geneviéve Bujold le dota de un áurea irresistible, y, como a los parroquianos de su café, nos enamora. Alan Rudolph consigue una mezcla inteligente de drama, comedia, film negro y cine romántico, y crea un clima único, con una fotografía granulada, de tonos fríos, sacando de los actores lo mejor de ellos. La banda sonora es igualmente inolvidable, especialmente el tema central, la canción <Trouble in mind> que interpreta Marianne Faithfull. Marianne Faithfull comenzó su carrera en 1964 interpretando la canción As tears go by, escrita por Keith Richards y Mick Jagger, con quien comenzó a salir. Grabó varios discos y, pese al éxito de algunos de los temas, su ruptura con Jagger la empujó a las drogas. Años después regresó a la música y fue la primera persona en utilizar la palabra fuck (follar) en una película, la cinta I´ll never forget what´s Isname, en España titulada Georgina (¿); después ha intervenido en otros films como actriz, y cantó The memory remains con el grupo Metallica.
Lo más curioso de su biografía es que entre sus antepasados se encuentra el escritor Leopold von Sacher-Masoch, cuyo apellido inspiró la palabra masoquismo.
Como cantante, posiblemente el tema que interpreta en Inquietudes, Trouble in mind, sea una de sus creaciones más sugerentes, sin duda, una canción imborrable, con su voz partida, triste y nostálgica. Inquitudes, Trouble in mind, un film excelente y curioso que va unido íntimamente a una canción extraordinaria. Sergio Barce, enero 2012