EL EXTRANJERO (L´etranger) (1942) de Albert Camus
No voy a descubrir ni esta novela ni a Camus, pero sí quiero dejar constancia de algunas obras que me parecen irrepetibles y necesarias, como lo es «El extranjero», y recomendarlas. Nada como releer los clásicos que me fascinaron en mi adolescencia.
“El extranjero” me parece ahora más fresca, como si rezumara una vitalidad actual, como si hubiese sido escrita quizá en medio de esa locura que anunciaba la proximidad de la guerra de Irak, la impersonalidad de esta sociedad aislada… los ciclos se repiten, posiblemente. Es la manifestación máxima del existencialismo, ese dejarse llevar por el destino inapelable de Meursault, su exasperante apatía, su falta de sentimientos, lo inevitable de lo que ha de suceder y que nadie puede hacer cambiar. Una obra maravillosa en la rabia que despierta su lectura.
Sergio Barce, Diciembre 2010
“El ardor del sol me llegaba hasta las mejillas y sentí las gotas de sudor amontonárseme en las cejas. Era el mismo sol del día en que había enterrado a mamá y, como entonces, sobre todo me dolían la frente y todas las venas juntas bajo la piel. Impelido por este ardor que no podía soportar más, hice un movimiento hacia adelante. Sabía que era estúpido, que no iba a librarme del sol desplazándome un paso. Pero di un paso, un solo paso hacia adelante. Y esta vez, sin levantarse, el árabe sacó el cuchillo y me lo mostró bajo el sol. La luz se inyectó en el acero y era como una larga hoja centelleante que me alcanzara en la frente. En el mismo instante el sudor amontonado en las cejas corrió de golpe sobre mis párpados y los recubrió con un velo tibio y espeso. Tenía los ojos ciegos detrás de esta cortina de lágrimas y de sal. No sentía más que los címbalos del sol sobre la frente e, indiscutiblemente, la refulgente lámina surgida del cuchillo, siempre delante de mí. La espada ardiente me roía las cejas y me penetraba en los ojos doloridos. Entonces todo vaciló. El mar cargó un soplo espeso y ardiente. Me pareció que el cielo se abría en toda su extensión para dejar que lloviera fuego.
Todo mi ser se distendió y crispé la mano sobre el revólver. El gatillo cedió, toqué el vientre pulido de la culata y allí, con el ruido seco y ensordecedor, todo comenzó. Sacudí el sudor y el sol. Comprendí que había destruido el equilibrio del día, el silencio excepcional de una playa en la que había sido feliz. Entonces, tiré aún cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que las balas se hundían sin que se notara. Y era como cuatro breves golpes que daba en la puerta de la desgracia”
(Fragmento de “El extranjero”)
3 respuestas
«En lo más profundo del invierno finalmente comprendí que en mi interior habitaba un verano invencible» (Albert Camus)
Esta es la frase que me llevó de la mano a Camus. Es cierto que eso ocurrió hace mucho tiempo, así que está siendo el momento de volver a Camus otra vez.
Qué gran libro y qué gran traducción hizo Valente.
Un abrazo, Sergio!
Así es Juan. Espero seguir acertando en los próximos títulos que comente. Y, por supuesto, se agradecería cualquier consejo sobre otros títulos o autores.
un abrazo
sergio