Suele utilizar Auster en algunas de sus novelas la técnica de la matrioska (la muñeca rusa) y el relato va abriéndose igual que una de esta figuras tradicionales: de la mayor a la menor, de la periferia al núcleo, y, como si de un prestidigitador se tratara, va desvelando secreto tras secreto a medida que avanza la trama. En “Leviatán”, Auster no lo hace así exactamente, sino que utiliza el relato concéntrico, mejor dicho, la espiral que gira frente a nosotros para hipnotizarnos y llevarnos de regreso hasta el inicio de la historia.
“…El año pasado, continué, descubrí que alguien había estado suplantando mi personalidad, contestando cartas en mi nombre, entrando en las librerías y firmando libros míos, rondando como una sombra maligna en torno a mi vida. Un libro es un objeto misterioso, dije, y una vez que sale al mundo puede ocurrir cualquier cosa. Puede causar toda clase de males y tú no puedes hacer nada para evitarlo”
El narrador, Peter Aaron, nos cuenta los avatares de Benjamin Sachs, un escritor que se convertirá, por sus ideales, en un terrorista peculiar, y Auster, para retratarlo, crea una galería de personajes imborrables, como María Turner o Lillian Stern. Ese tipo que es capaz de cometer pequeños atentados, con cuidado siempre de no herir a nadie, me recuerda al de ese film extraño pero hermoso de Sidney Lumet que es “Un lugar en ninguna parte (Running on empty, 1988)”. En cualquier caso, la novela va in crescendo, hasta ofrecernos sus mejores páginas en la última parte del libro.
“…Hay un momento en el cual un libro empieza a apoderarse de tu vida, cuando el mundo que has imaginado se vuelve más importante para ti que el mundo real, y apenas se me pasó por la cabeza que estaba sentado en la misma silla en la que Sachs solía sentarse, que estaba escribiendo en la misma mesa en la que él escribía, que estaba respirando el mismo aire que él había respirado”
“Leviatán” es otra de esas novelas de Paul Auster que nos atrapan finalmente para hacernos vivir una historia marcada por el fatalismo, donde el azar y el imprevisible destino juegan una baza fundamental para desencadenar los hechos.
Sergio Barce, enero de 2011
(Los fragmentos de la novela pertenecen a la traducción de Maribel de Juan hecha para la edición de Anagrama, Colección Compactos)
Paul Auster (Newark, New Jersey, USA, 1947). Es autor de las novelas Mr. Vértigo (Mr.Vertigo, 1994), El libro de las ilusiones (The book of illusions, 2002) o The Brooklyn Follies (2005). Fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras de Francia y ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Su última novela es Sunset Park (2010).
Un comentario
Genial, Sergio. Leviatán es una novela impresionante de Auster. Este hombre desarrolla historias dentro de historias, juega con la descripciones y la imaginación del lector… Me parece un escritor vibrante. Cuando viajo, suelo llevarme un libro de bolsillo de Auster, porque sé que no me defraudará. Es una apuesta segura.
Un abrazo