UNA NOCHE EN MOZAMBIQUE (Dans la nuit Mozambique) (2007) de Laurent Gaudé
El director de cine Pablo Cantos me recomendó este libro, y francamente he de reconocer que me ha sorprendido. Con una prosa sencilla y sobria, Laurent Gaudé narra cuatro historias muy diferentes, tanto en su temática como en la época en la que se desarrollan. En todas ellas, sin embargo, hay un punto de conexión: la presencia de la muerte.
Sorprende la crudeza de la trama y las escenas descritas en el primero de ellos, “Sangre negrera”, que nos transporta a un ambiente de pesadilla para mostrar los demonios que pueblan la vida de un tratante de esclavos. Llegamos a respirar el ambiente de ese pueblo encolerizado y enloquecido, e incluso olemos el miedo que se apodera de perseguidores y de perseguidos.
“El negro pareció comprender mis palabras. De pronto se puso en pie y nos contempló con los ojos muy abiertos. Nos dominaba desde su estatura. Y acto seguido, sin articular palabra, echó a correr, saltó la muralla y se arrojó al vacío. No nos dio tiempo a reaccionar. Solamente pudimos seguirlo con los ojos y oír el horrible ruido del cuerpo al desmembrarse al otro lado de las murallas. Pensé que acababa de perder un buen saco de monedas de oro…”
“Gramercy Park Hotel”, por el contrario, es más pausado, más tranquilo y sereno, y Gaudé se hace más nostálgico. Cuenta los últimos días de un poeta, ya anciano, que regresa al hotel donde muchos años antes estuvo con la mujer que amó pero a la que no supo hacer feliz. La ausencia de ella, tras morir, y la cercanía de su propia muerte le sirve para desmenuzar las contradicciones de su corazón. Y consigue conmovernos.
“Te encontré en el rellano de la escalera, tumbada en el suelo. Te habías quedado dormida. Te desperté. Pensé que te habías dejado las llaves en casa. Me sonreíste con tristeza y me dijiste que dentro no había nadie, que habías permanecido fuera porque no querías entrar en un apartamento vacío.”
El tercer cuento, “El coronel Barbaque”, es más un relato de aventuras que, por momentos, recuerda a “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad. Alegato de la libertad de los pueblos y denuncia de la opresión colonialista, es quizá el menos cercano. El último que cierra este libro, y que le da título, “Una noche en Mozambique”, nos brinda la oportunidad de congraciarnos con los momentos vividos cuando hemos tenido la oportunidad de reunirnos para hablar por el mero placer de hacerlo. Sin duda, es el más hermoso, por sencillo, por humano, por cálido. Me gusta su final abierto, inacabado, porque sólo puede serlo así, y me gusta también por la bella resolución al descubrirnos qué es lo que ha quedado de esos viejos amigos que se reunían de tarde en tarde para contarse historias. El libro merece la pena sólo por llegar a ese punto, emocionante, cautivador.
“-Echo de menos Mozambique.
-Yo también –contestó el dueño del restaurante.
Ninguno de los dos había estado en aquel país, y sin embargo no había nada más cierto para ellos que la nostalgia que acababan de expresar.”
(“Una noche en Mozambique” ha sido editado por Editorial Salamandra, en 2010)
Laurente Gaudé (París, 1972).Autor teatral, como novelista ha obtenido el Premio Goncourt des Lycéens en 2002 por “El legado del rey Tsongor” (La mort du roi Tsongor), y en 2004 obtuvo el Premio Goncourt y el premio Jean Giono por “El sol de los Scorta” (Le soleil des Scorta). Otros libros suyos son “Eldorado” (2006) y “La puerta de los infiernos” (La port des enfers) (2008).