Artículo publicado en la Revista TRES ORILLAS
DESDE EL BALCÓN ATLÁNTICO CON MOHAMED SIBARI
de Sergio Barce
Números 15-16, Septiembre 2010
ISSN 1695-2634
Cuando yo era niño, Mohamed Sibari empujaba el cochecito con el que me paseaba por el Balcón del Atlántico. Años antes, hizo en muchas ocasiones de carabina para mis padres cuando eran novios. Se había criado prácticamente con mi abuelo, al que recuerda con fervor. Puede decirse que Sibari forma parte de nuestras historias, que es de nuestra familia. Han transcurrido muchos años desde entonces, y la nostalgia del recuerdo imprime de una luz emocionante aquellos días en Larache.
Esa relación personal hace que me resulte difícil el evitar verme influenciado por ese tiempo feliz e irrepetible y no ser todo lo objetivo que debiera. Pero así son las cosas, y ahora no voy a ocultar que es gozoso escribir de alguien al que se le tiene una especial querencia.
Su producción es variopinta, pero el valor real de sus libros es ese esfuerzo por expresarse en castellano, por crear en otro idioma que no es el suyo. Lo hace arrojándose a pecho descubierto, con los riesgos que eso comporta, pero asumiéndolos. Junto a un pequeño grupo de escritores marroquíes, son la punta de lanza de un movimiento original y único que no se ha repetido en ningún otro país.
En el prólogo a ”El babuchazo (Cuentos)” (2005) decía que Sidi Mohamed Sibari es el narrador oficial de Larache. En efecto, desde que apareció en 1993 su primera novela “El caballo”, ha venido desarrollando una gran actividad literaria que nace de la tradición oral de Marruecos. Cuando nos sumergimos en sus historias, especialmente en los relatos cortos, recuperamos con ellos el estilo del cuentista que se entrega a los oyentes inesperados, al público que se detiene en medio del Zoco para escuchar sus fábulas, y que es capaz de inventar mil historias que disfrazan anécdotas reales conocidas por todos. Mohamed Sibari, como fabulador, como cuentista, sabe urdir la trama de manera que los hechos reales de los que se alimenta, pasen a ser cuentos con moraleja, es decir, cuentos de la mejor tradición oral.
Siempre he creído que Sidi Mohamed Sibari es un viejo zorro que juega con sus lectores para, con la sencillez de su verbo, con la candidez de sus tramas, someterlos a su crítica y a su compromiso moral y ético. Ya lo ha hecho en otros libros, cuando tras una divertida peripecia censura a esos maridos que maltratan a sus mujeres o las utilizan para satisfacer su vanidad, cuando bajo una aparente historia anodina florece su más ácido reproche a quienes utilizan el poder, el dinero o la posición para corromperse y corromper a los demás. Mohamed Sibari es, pues, el auténtico cuentista tradicional marroquí pero que ha sustituido la plaza pública, el mercado o el zoco por la letra escrita. Y de tal empresa, resulta ganador.
Si algo caracteriza a los cuentos de Mohamed Sibari es, por un lado, el fino humor con que juega con sus personajes, y eso los hace más humanos, más creíbles, más cercanos; y, por otra, el inevitable final que les espera a esos protagonistas suyos que han cometido algún acto reprochable: nunca se compadece de ellos, al contrario, les hace pagar, de una u otra manera, sus pecados. Actúa Mohamed Sibari, por consiguiente, como un juez al que no le tiembla la mano a la hora de dictar sentencia. También sigue aquí esa tradición oral marroquí, con esos finales satíricos, unas veces, y moralistas, otros.
Sin embargo, nos sorprendió a todos cuando también supo abrir su interior y nos mostró sus sentimientos más íntimos. Para ello, utilizó los versos. Por segunda vez me pidió que le prologara un libro suyo, y lo hice encantado con “Poemas del Lukus” (2007). Es en esta obra donde se desnuda sin pudor: “Me pregunto”, “Vieja luz” y, por encima de todos, “Sueño” son poemas en los que, al mirarse las entrañas, ha de destilar su pluma y pulir su estilo.
Y “Mi río”, que forma parte de “Poemas del Lukus”, es la declaración de amor a su tierra, la explicación de porqué sigue escribiendo desde su Larache, a donde los recuerdos fluyen y se mezclan y nos llevan de regreso, igual que el movimiento de las aguas que se estrellan contra el acantilado, y que juntos miramos ensimismados desde nuestro Balcón del Atlántico.
Mohamed Sibari es escritor. Autor marroquí, escribe en castellano. Ha publicado novelas, libros de relatos y poesía. Son suyos títulos como El caballo, El babuchazo, Regulares de Larache, Sidi Baba, De Larache al cielo, La rosa de Xauen o Poemas del Lukus.