Cielo amarillo (Yellow sky, 1948) de William A. Wellman
–Gregory Peck: Así que ya tenéis otro jefe… –Richard Widmark: Lo que importa es el oro. Quien sea el jefe es secundario. –G.P.: No es secundario. –R.W.: ¿Por qué? –G.P.: Porque el jefe soy yo. –Otro: Éste es un país libre. Lo hemos sometido a votación. –G.P.: En efecto, este es un país libre. Por eso yo no admito esa votación.
Una noche en Casablanca (A night in Casablanca, 1946) de Archie Mayo
–Oiga, ¿qué es esto? La botella está vacía. -Sí, es que es champán seco.
Uno de los nuestros (Good fellas, 1990) de Martin Scorsese
–Ray Liotta: Para nosotros vivir de otra manera era impensable, la gente honrada que se mataba en trabajos de mierda por unos sueldos de miseria, que iba a trabajar en metro cada día y pagaba sus facturas estaba muerta, eran unos gilipollas, no tenían agallas. Si nosotros queríamos algo lo cogiamos y si alguien se quejaba dos veces le dábamos tal paliza que jamás volvía a quejarse, era una simple rutina; ni siquiera lo pensábamos.
Heat (1995) de Michael Mann
–Diane Venora a Al Pacino: Vives entre restos de personas muertas. Siempre filtrando detritos, reconociendo el terreno, buscando huellas de paso, el olor de tu presa, persiguiéndola hasta atraparla. Eso es lo único con lo que estás comprometido. El resto es la confusión que dejas a tu paso. Lo que no entiendo es por qué no puedo romper contigo.
Lock, Stock and two smoking barrels (1998) de Guy Ritchie
─ Si me ocultas algo, te mato. Si me mientes o creo que me mientes, te mato. Si te olvidas de algo, te mato. De hecho lo tienes muy jodido para seguir vivo, Nick. ¿Entiendes todo lo que te he dicho? ─ (Nick asiente nervioso) ─ Bien, porque si no…. te mato….