Hagamos un paréntesis en este mundo caótico y cainita en el que nos ha tocado vivir y dejémonos mecer por la música y por las palabras de Joana Márquez, que se ha venido destapando últimamente como una narradora excepcional. Me ha enviado un nuevo texto, para mi sorpresa dedicado al paisaje de su música, y me parece armonioso, melódico, sonoro. Creo que es una delicia para los sentidos. Te mece, te lleva, te hace bailar (muy lentamente). Te deja un regusto amable, es incluso recomendable para tratar estados de ansiedad. Así que Joana Márquez, a mi entender, puede considerarse una creadora larachense en su más amplio sentido, yo creo que es una excelente narradora, y por eso la animo constantemente a que siga escribiendo.
Le sugerí a Joana que su narración, como texto melódico que es, debe ser leído obviamente con acompañamiento musical en el sentido más literal (creo que se disfruta mejor), y le pedí que me propusiera el tema que deseaba adosar a su relato. Me envió dos melodías, una compuesta por John Williams y otra por Maurice Jarre, dos grandes. He decidido yo (que para eso el blog es mío), y me he decantado, por supuesto, por el tema de Jarre, que es, claro, «Lara» de la película Doctor Zhivago.
Pero siendo osado, incluso me atrevo a sugerir como música de fondo de esta balada que es «El paisaje de mi música» una pieza compuesta por Shigeru Umebayashi para la película «In the mood for love» de Wong Kar-Wai, de manera que mientras leéis este texto, por favor, poned de fondo uno de los temas musicales que os proponemos (preferiblemente el de Lara, que para eso es el elegido por Joana). Venga, a leer meciendo los pies…
Sergio Barce, marzo 2013
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=issQMeNinIQ]
EL PAISAJE DE MI MUSICA
Música sin palabras, sólo música, melodías… para que vuele la mente, para que pueda soñar y amar en la distancia, en el recuerdo, en el silencio…
Para llorar sin que las lágrimas asomen a los ojos y para que sonría el alma por tanta belleza…
Para abrazar con todo el cuerpo la brisa que se lleva esas notas, para enredar unos cabellos en esas cuerdas de violines capaces de dar vida a una partitura dormida y callada…
Para danzar envuelta en la melodía que un piano lanzó al viento para que yo la recogiese y la adorase.
Atraviesas mi corazón, me hieres, en mi cuerpo experimento una tras otra sensaciones fuertes, dolorosas, suaves, grandes y profundas… a veces inexplicablemente hermosas…
Me apartas del mundo, me llevas lejos, me dejo arrastrar por ti y me hallo sola, contigo bajo un cielo nuevo…
Me haces vibrar y luego me serenas nuevamente… eres insustituible, invades mi alma y me doy a ti.
Eres a menudo para mí ese paisaje que necesitan mis sentidos.
Aunque hoy no puedan ver mis ojos las maravillas de una ciudad a orillas del río Moldava con los puentes que lo atraviesan, una Praga llena de historia que me sobrecogió sintiéndome muy pequeña ante su grandeza, aunque no tenga ante mi ventanal aquel paisaje nevado de la selva negra alemana con sus frondosos bosques de pinos completamente vestidos de blanco bajo un cielo azul que rayaba la perfección y la insolente luz del sol que parecía quisiera con todas sus fuerzas derretir aquel manto, aunque ya no sea pasajera de aquel tren expreso atravesando tierras del sur desde donde presencié cómo las montañas se tragaban el sol, para ir dejando sitio a las estrellas y a la luna que irían alumbrando la noche quieta y oscura, aunque las olas de mi querido mar no dejen su sal impregnada en mi cuerpo y en mi cara, sacudiendo todo mi ser con su frescor, aunque ni tan siquiera pueda apreciar la fragilidad de las amapolas bordeando los caminos y salpicando los campos de trigo como banderas ondeando bajo el viento… no he de preocuparme si tú estás siempre conmigo, si tú eres el paisaje que me rodea y me acaricia.
Porque en cualquier momento tú eres capaz de trasladarme al más hermoso de los parajes haciéndome temblar de gozo, sintiéndome parte del cuadro más espectacular con toda la gama de colorido que pueda presentar el horizonte desde que irrumpen en el firmamento las primeras claras del día hasta que comienza a anochecer.
Ni hombre ni mujer, ni pasión que florece, languidece y muere, llegas mucho más allá porque eres inalcanzable.
Joana Márquez
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=2VnG3oRPdlo]
4 respuestas
Querida Joana:
¡¡Cómo sabes crear instantes de emoción delicada que conmueven!
Acertadísima la banda sonora elegida por Sergio para acompañar tan bellas palabras.
Un abtrazo para los dos
Alicia
Maravillosa música y maravilloso relato, sigue dando vida, Joana. Gracias
Un abrazo
Carlota
Alicia, enormemente feliz de que lo hayas sentido así.
Un sincero abrazo para tí
Gracias a ti, Carlota, por esas palabras tuyas que tanto animan a seguir.
Un fuerte abrazo