“El rey” es un cuento recogido en el precioso libro
CUENTOS POPULARES DEL RIF
de Zoubida Boughaba Maleem
editado por Miraguano Ediciones en 2003
El libro está muy cuidadosamente editado y la autora ha recopilado cuentos populares contados oralmente por mujeres cuentacuentos.
El que os presento está relatado por Karima Alganmi, una chica analfabeta, nacida en Nador y que ha pasado prácticamente toda su vida en un aduar; aprendió a narrar escuchando los cuentos de su abuela, de su madre y de sus tías. Y éste, en concreto, me pareció de una humilde simplicidad y, sin embargo, muy hermoso. Sergio Barce, Noviembre 2010
EL REY
Hubo una vez un rey que dio un bando que decía:
-Que todos asistan a la reunión que tendrá lugar esta tarde. Tengo que comunicar algo importante.
Todos fueron a la reunión, menos uno. El rey, que lo echó en falta, preguntó a la guardia:
-¿Por qué Hammú no ha venido?
Uno de los guardias contestó:
-No lo sé, mi señor.
Dijo el rey:
-Quiero que vayas a su casa y preguntes por qué no ha venido.
El guardia fue a casa de Hammú, llamó a la puerta y le abrió una de sus hijas.
Preguntó el guardia:
-¿Dónde está tu padre?
Contestó la niña:
-Ha ido a echar agua sobre el agua.
Volvió a preguntar el guardia:
-¿Y tu madre?
-Ha ido a coger el alma del alma.
-¿Y tu hermano?
-Ha ido al zoco de la ruina.
El guardia volvió donde estaba el rey y le contó todo, y ni el uno ni el otro entendieron qué había querido decir la hija. Así que el rey ordenó:
-Ve a buscar a Hammú y tráemelo inmediatamente a palacio. Quiero que me explique lo que significa todo esto.
Cuando el guardia lo trajo a palacio, el rey preguntó a Hammú:
-¿Qué significa lo que dijo tu hija?
-Bueno, “agua sobre agua” es regar melones, “coger el alma de un alma” es asistir a un parto, e “ir al zoco de la ruina” es no hacer nada, andar por ahí perdiendo el tiempo.
Al rey le gustó tanto aquel juego de palabras que decidió casarse con la muchacha. Pero a ella no le gustaba tanto la idea.
-No, no puedo casarme con él.
-Pero, ¿estás loca? No puedes rechazar al rey, ¿no ves que nos puede cortar la cabeza a todos?
Y dijo la hija:
-Entonces, aceptaré sólo si me construye un palacio dentro del suyo.
El padre contestó:
-Hija, creo que eso será mucho pedir.
-Pues si no lo hace, no me casaré con él.
Temblando de miedo, con la boca seca y tartamudeando, Hammú contó al rey lo que pedía su hija, y el rey, con tal de casarse con ella, accedió a la petición y le construyó un palacio dentro del suyo.
Un día en que ella estaba asomada al balcón de palacio, vio a dos hombres. Uno iba en burra y otro en yegua. Resultó que les sorprendió la noche y tuvieron que dormir donde pudieron en el monte, y esa misma noche los animales parieron. A la mañana siguiente, uno de ellos, que estaba medio dormido, cogió a la burrilla recién nacida y la dejó al lado de la yegua, y luego a la potrilla recién nacida y la puso al lado de la burra. Y cuando se despertaron del todo, hasta ellos mismos creyeron que eran las verdaderas crías de cada hembra, no se imaginaron que podían estar cambiadas. Pero las crías crecieron y los hombres vieron que la cría de la burra era mucho más grande que la madre y que la cría de la yegua no crecía. Para buscar respuesta a este misterio, acudieron al rey, a ver si él lo explicaba.
Contestó el rey sin mucho interés:
-No me vengáis con tonterías; si ha pasado así, es que es así.
Así que los hombres se fueron muy preocupados porque no habían podido resolver el dilema. Pero entonces se encontraron con la reina, y ella les pidió que se lo expusieran todo.
-Bueno, pues volved y decidle al rey que habéis visto un pez que salía del agua y se ponía a comer trigo, a ver si así os hace más caso –les aconsejó ella.
Así lo hicieron, y el rey les contestó:
-¿Trigo?
Exclamó el rey:
-¿Cómo que un pez comiendo trigo? Pero, ¿os habéis vuelto locos o qué?
Uno de los hombres preguntó:
-¿Y por qué eso no, pero sí que una yegua dé a luz a una burrilla?
El rey replicó muy enfadado:
-¿Cómo te atreves a contestar así? ¿Quién os ha enseñado a hablar de esa forma?
-Su mujer, majestad.
El rey, muy enfadado, fue a pedirle explicaciones a su mujer.
-Quiero que te lleves todo lo que te guste del palacio y te vayas de aquí. ¿Es que quieres reinar mejor que yo?
Contestó la mujer:
-Bueno, si eso es lo que quieres, me iré. Sí, mañana mismo me iré.
El rey todas las noches antes de acostarse tomaba té. Pero esta vez el té fue acompañado de somníferos que le había añadido la reina. Cayó profundamente dormido y ella lo metió en un baúl, llamó a un guardián y le dijo que lo que quería llevarse era el baúl.
El guardián preguntó muy sorprendido:
-El rey le ha ofrecido llevarse todo lo que guste, ¿y elige este baúl?
Cuando el rey se despertó al día siguiente le dio un sobresalto, y preguntó:
-¿Dónde estoy?
La reina contestó:
-En mi casa. Me dijiste que me llevara lo que más me gustaba de palacio y así lo hice, me he traído lo que más me gustaba: tú.
El rey, al ver la valentía de su mujer, le ofreció reinar durante el resto de su vida, y volvieron nuevamente al palacio.
4 respuestas
precioso cuento!!!! me ha encantadooooooooooooo …muchas gracias x compartirlo sergio…un placer como siempre, entrar en tu web!!!!
Gracias Sergio, qué sorpresa me ha encantado leer este cuento y me alegro de que hayas disfrutado de mi recopilación.
Saludos,
Zoubida
Querida Zoubida: La sorpresa es mía al verte entrar en el blog. No puedes imaginar mi alegría. Espero que sigamos en contacto, y enhorabuena por ese libro tan hermoso que hiciste.
«Y después de andar por aquí y por allí, me puse el calzado y se me rompió»
Besos
sergio
genial…me siento orgullosa de ti zoubi