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ELI WALLACH, UN ACTOR

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VIDAS REBELDES - 1961 - FRANK TAYLOR, HENRY MILLER, ELI WALLACH, JOHN HUSTON, CLARK GABLE, MARILYN MONROE Y MONTGOMERY CLIFT
VIDAS REBELDES – 1961 – FRANK TAYLOR, HENRY MILLER, ELI WALLACH, JOHN HUSTON, CLARK GABLE, MARILYN MONROE Y MONTGOMERY CLIFT

El pasado 24 de junio, falleció el actor Eli Wallach. Tenía ya 98 años, pero seguía en la brecha. Admirable.
Mi primer recuerdo de Eli Wallach se confunde entre dos de sus trabajos más memorables: su personaje de Caldera, en Los 7 magníficos (The magnificent seven, 1960) de John Sturges , y el de Tuco en El bueno, el feo y el malo (Il buono, il brutto, il cattivo, 1966) de Sergio Leone. Dos villanos, pero muy diferentes.
Su papel en el primero de estos films, es el de un malhechor con todas las de la ley: malencarado, vil, despiadado y cruel… No es un papel demasiado largo, pero siempre está presente en toda la cinta. Todos hablan de Caldera, todos temen a Caldera. Por esa misma razón, pasa a ser misteriosamente uno de los protagonistas. Y su papel lo borda, y se hace inolvidable. Pero, claro, enfrente tiene a los buenos: Yul Brynner, Steve McQueen, James Coburn, Charles Bronson… así, hasta siete magníficos, y, claro, nada podía hacer ante estos pistoleros que vienen a defender a unos pobres campesinos. El destino de Caldera estaba escrito.

ELI WALLACH como Tuco, el Feo
ELI WALLACH como Tuco, el Feo

Años después, otro western lo trae a primer plano. Es el Feo. Y aunque Clint Eastwood era la auténtica estrella, Eli Wallach le robó la película. Literalmente. Porque, años después, Sergio Leone confesaría que, a medida que avanzaba el rodaje, el personaje de Tuco (ahora un “malo” desaliñado, pícaro, simpático, un truhán que cae bien) se fue haciendo dueño de la pantalla y creció hasta transformarse en el auténtico protagonista de la película.
Inolvidables muchas escenas del film, pero hay una, con la música de Ennio Morricone de fondo, que es antológica: cegado por su avaricia y por la codicia, Tuco corre desesperadamente entre las tumbas de los soldados muertos en busca de la perteneciente al soldado en la que, presumiblemente, se encuentran las monedas de oro que buscan… Tuco es un personaje del Oeste pero barnizado de ese toque italiano de la commedia dell´arte, y por eso se convierte en alguien entrañable, pese a ser un fugitivo. Probablemente era un papel escrito para él.

Pero Eli Wallach, hombre de teatro, actor del “método” del Actor´s Studio, pero muy a su estilo, ha hecho otros papeles que recuerdo con nitidez, entre ellos dos en sendas obras maestras del cine: fue Silva en Baby doll (1956) de Elia Kazan, y Guido en Vidas rebeldes (The misfits, 1961) de John Huston. Hay algo que une estos papeles, no sé si el sexo latente que hay en las dos historias, pero es indudable que Eli Wallach destaca en las dos películas. En la primera, Carroll Baker lo atormenta con sus poses de niña pequeña, perversa y turbadora. En la segunda, es Marilyn Monroe la que le hace actuar hasta el ridículo por conseguirla. La escena en la que baila con Marilyn es, sencillamente, genial. Los ojos de Wallach brillan, se salen de sus órbitas, arrebatados por esa mujer desesperada y desengañada pero que está llena de candor. Ella lo atrae de una manera irreprimible, y él se da cuenta de que está tan solo y perdido como esa mujer que lo enfebrece. Un film sobre personajes patéticos y derrotados.

BABY DOLL, 1956 - CARROLL BAKER Y ELI WALLACH
BABY DOLL, 1956 – CARROLL BAKER Y ELI WALLACH

Eli Wallach ha pasado por las pantallas en otras películas y series de televisión. Lo recuerdo también en La conquista del Oeste (How the West was won, 1962) de Ford, Hathaway y Marshall, en Lord Jim (1965) de Richard Brooks, en donde interpretaba al inolvidable General, en Cómo robar un millón y… (How to steal a million, 1966) de William Wyler, en una extrañeza llena de desenfadado erotismo como fue la fallida Las aventuras de Gerard (The adventures of Gerard, 1970) de Jerzy Skolimovski, donde encarnaba a Napoleón, hasta llegar a El blanco, el amarillo y el negro (Il bianco, il giallo, il nero, 1974) de Corbucci, que ya representaba el declive del spaghetti-western.
Wallach ha sido, por lo general, un secundario de lujo. Uno de los narizotas o de los feos que mejores papeles han protagonizado en el cine americano: Karl Malden, Jack Klugman, Martin Balsam y él. Pertenecientes a esa gloriosa galería que hacían que los protagonistas, las estrellas, fuesen mejores porque ellos estaban a su lado, galería en la que, junto a los mencionados, estaban Ernest Borgnine, Jack Elam, Rod Steiger, Elisha Cook, Henry Silva, Richard Boone, Lee J. Cobb, Strother Martin… Los herederos de Walter Brennan, John McIntire o Ward Bond.
Eli Wallach es de esos actores que, cuando salía en pantalla, hacía que me sonriera, porque me recordaba esas buenas sesiones de cine doble de mi adolescencia. Hizo por supuesto películas mediocres, algo inevitable, pero consiguió algunos otros buenos papeles en Abismo (The deep, 1977) de Peter Yates, en Movie, movie (1978) del gran Stanley Donen, también en la última película de su amigo Steve McQueen Cazador a sueldo (The hunter, 1980) de Kulik, en Loca (Nuts, 1987) de Martin Ritt, en la penosa tercera parte de El padrino (The Godfather III, 1990) de Coppola, en la que quizá solo Eli Wallach se salva de la quema o en La noche y la ciudad (Night and the city, 1992) de Winkler, junto a De Niro. No es un papel protagonista, ni mucho menos, pero su sola presencia llena la pantalla.
También lo recuerdo en una película, no muy buena, pero que tenía su gracia porque reunía a unos viejos amigos, ya mayores, que cometían una última fechoría: Otra ciudad, otra ley (Tough guys, 1987) de Kanew, en la que solo Wallach podía acompañar a Burt Lancaster y a Kirk Douglas para estar a la altura de estas dos estrellas, en un papel muy simpático y crepuscular.
En los últimos años, hay dos apariciones de Eli Wallach que me encantaron, por razones diversas: una es en Mystic River (2003) de su amigo Clint Eastwood (que sería el encargado de entregarle un merecido Oscar honorifico), una joya del cine, y en la que le hace un bonito homenaje; y la otra es en El escritor (The ghost writer, 2010) de Roman Polanski. Aquí hace de anciano. Según los créditos de la película su papel es el de “old man” (viejo). Aparece en pantalla unos minutos. Cuando lo vi en el cine, se me hizo un nudo en la garganta. Hacía años que no lo veía en una película, y, de pronto, apareció, casi irreconocible, devastado por la edad, como ese old man que interpretaba, y me conmovió.
Eli Wallach ya no rodará más. Uno de los actores de nuestra vida se ha ido, y ya casi no queda ninguno, salvo Espartaco, de los mejores años del cine americano. Los grandes de verdad, como Eli Wallach, se pierden lentamente cabalgando hacia el horizonte.
Sergio Barce, junio 2014

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3 comentarios

  1. Precioso homenaje el que le rindes a este gran actor. Nos refrescas la memoria con esta ruta detallada de las películas en las que participó y brilló. Y aquí late de nuevo otra de tus grandes pasiones… y nos contagias… y amamos ese cine que tanto nos da! Un beso

  2. Me gusta todo lo expuesto; pero me quedé asombrado al ver que has nombrado a Elisha Cook. Uno de los mejores secundarios del Cine; que por desgracia, muy poco reconocido por la mayoría de los Cinéfilos. El mejor de todos en el reparto de la genial Atraco Perfecto (The killing.1956) del genial Stanley Kubrick. Y en el destacado papel que tiene en el gran Western Raíces Profundas (Shane,1952) de George Stevens. Y……….

    1. Y… ¿Y qué me dices de sus papeles en El halcón maltés (The maltese falcon, 1941) de Huston y en El sueño eterno (The big sleep, 1946) de Howard Hawks? ¿En cuántas series de televisión no lo habremos visto? Es uno de los tipos más inquietantes que ha dado el cine, y magnífico intérprete. Yo es que tengo debilidad por los secundarios, sin ellos muchas películas no serían lo que son.
      Un abrazo.

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