Aunque este pequeño escrito de León Cohen ni habla de Larache, ni de cine, ni de literatura, es su personal homenaje al mítico jugador portugués recientemente fallecido. Me ha pedido hacerlo público a través de mi blog, y eso es razón suficiente para darle este espacio. Así que, para quienes son tan apasionados como León al deporte rey, seguramente disfrutarán con sus palabras y con su adiós al mejor jugador de fútbol portugués de la historia.
Sergio Barce, enero 2014
Inolvidable Eusebio
Adiós a Eusebio, el futbolista que me hizo llorar desconsoladamente una noche de 1961 cuando mi Barsa, aquel Barsa de Kubala, Kocsis y Czibor, perdió la final de la Eurocopa de manera incomprensible. Yo tenía catorce años. Estaba interno en Zoco-el-Arba y por aquel entonces era un forofo culé, un incondicional del mítico Kubala, como mi inolvidable compañero Pepe Jimenez lo era del Madrid: Tesis y antítesis. Aquella noche supe por la radio que el Benfica tenía un jugador desconocido llamado Eusebio. Más tarde me convertiría en su admirador. Sobre todo, después de verlo en el Mundial de Londres por la tele. Era 1966, yo vivía en Tánger y era costumbre que casi todos los jóvenes amantes y practicantes del fútbol nos reuniéramos en determinados cafetines “morunos” (hoy serían teterías populares) para seguir los partidos que transmitía RTVE. De aquel mundial recuerdo infinidad de imágenes, algunas irrepetibles y entrañables, como cuando Eusebio tiró una falta casi desde el medio campo y la repelió el travesaño de la portería del mítico Brasil.
PELÉ Y EUSEBIO
Recuerdo cómo Pelé aplaudía a Eusebio, un gesto encomiable que Eusebio le devolvería más tarde, cuando recriminó a un compañero suyo por lesionar al ídolo mundial. Tampoco puedo olvidar la tripleta mágica de Portugal: Eusebio, Torres y Simoes. Eusebio fue considerado el mejor jugador de aquel mundial frente a un inmenso Bobby Charlton, para mí el mejor centrocampista de la historia. Eusebio quedará en la pequeña historia del deporte como uno de los más grandes futbolistas y como un rey del “fairplay”.
Un comentario
¡Qué buenas las fotos Sergio!.