«LARACHE, A TRAVÉS DEL TIEMPO», UN RELATO DE DRISS SAHRAOUI, CON IMÁGENES DEL VIDEO DE AZIZ BOUHDOUD

 Hoy nos embarcamos en uno de esos encantadores recorridos que hace Driss Sahraoui por Larache. Desde hacía un tiempo, se resistía a enviar algo nuevo, pero lo ha hecho al fin para nuestro gozo y disfrute, y ahora reproduzco sus palabras en esta primera entrega de un viaje nostálgico y sentimental por algunas de las calles más conocidas de Larache… He tenido la suerte de que esta misma semana me llegara, a través de mi amigo Pedro Domínguez, un precioso video de otro paisano: Aziz Bouhdoud, y que, además, repasa la misma plaza de España que Driss recrea con sus palabras; estas son las cosas enigmáticas del azar… Distintos amigos confluyendo en un mismo punto, sin que nadie lo haya previsto.

Os invito a este paseo por el tiempo, a este recorrido sentimental por Larache con los recuerdos de Driss Sahraoui y con las imágenes montadas por Aziz Bouhdoud. Un placer.

Sergio Barce, enero 2014

LARACHE,  A TRAVES DEL TIEMPO

(Primera parte) 

Larache, a través del tiempo, ha ido formándose, cambiándose  y mejorándose en urbanización, estructura e infraestructura hasta llegar a su máximo esplendor. Por eso, cada generación ha vivido su época. Lo que nunca ha cambiado es la fraternidad, la concordia, la paz, el respecto mutuo y esa entrega para asistir al vecino y al prójimo en todas las circunstancias.

Cada comunidad vivía sus costumbres y tradiciones con toda libertad y respeto por las demás, estas vivencias eran compartidas En este sentido Larache era ejemplar y ejemplarizante. La romería de Lala Menana El Mesbahia, la fiesta del Mailud, el Aid el Fitr, que pone punto final al mes de ramadán, la fiesta de El Adha, consistente en el sacrificio de un borrego, y otras para los musulmanes; Ros Haschana, que marca el comienzo del año, la Fiesta de las cabañas, el Purim o fiesta de la alegría y muchas otras fiestas para los hebreos. Las Navidades, la Semana Santa, el día de Todos los Santos, y otras, para los cristianos. Además de otras fiestas que eran comunes y se celebraban conjuntamente, como el primero de Mayo, que se celebraba en los Viveros y a la que asistían todos los habitantes de Larache sin distinción…

Otras comunidades, existentes entonces en esta ciudad, también celebraban sus fiestas, como la comunidad india. 

Hablando de cambios en la fisonomía de la ciudad, nos encontramos en la Plaza de España, hoy Plaza de la Libertad. Esta plaza no es como la conocieron todas las generaciones. Este lugar era un llano grandísimo que solo se llenaba los jueves, día del zoco, al que acudía la gente para hacer sus compras. Esta contaba, sí, con la Puerta de la Medina, que se cerraba por las tardes, quedando los habitantes encerrados hasta el día siguiente por la mañana, cuando se abría dicha puerta dando a las afueras de la medina, llamándose este lugar Zoco del Gemís, donde se podía comprar de todo: ganado de toda clase, cereales, olivas, aceite, en fin de todo. Donde están las arquerías, había un muro de seguridad, para proteger la ciudad y los habitantes de la medina, una vez la puerta cerrada. A partir de este lugar se construyó lo que era el garaje de la Valenciana, la farmacia Amselem, los hermanos Pulido, la estación de autobuses (la Valenciana), Antonio <el Indio> que vendía perfumes… Y las arquerías llegaban hasta el final. 

La primera planta de la Junta Municipal se construyó después llegando hasta el café la Estrella Verde, teniendo detrás la Eskala y el barrio Larrucea, y, enfrente, en la otra esquina, el Casino Español, dirigido por el simpático y amigo de todo el mundo, CURRO, del que me acuerdo mucho; era amigo mío, al igual que todos sus hermanos. Esta parte de las arquerías era muy activa y ha ido cambiando de comercios y comerciantes. Por aquí han pasado: el Bar Puerto Rico, la célebre churrería, Tejidos La Favorita, Mercería Benquesus, La Vencedora, Calzados Bata, de Gabay, la Puerta del Sol de Bensabat, Toledano e Hijo, el concesionario de los primeros coches de marca inglesa MINI-AUSTIN, el Salón de Billar y, finalmente, el Café la Estrella.

La primera construcción de la Plaza de España consistía  en el  trazado y la forma que la hemos conocido todos, pero por dentro ha ido cambiándose de aspecto y decorado, constantemente. Desembocaban en la misma las siete calles adyacentes: la calle Chinguiti, Duquesa de Guisa,  la avenida de España, hoy Avenida Mohamed V, la calle 17 de Julio, hoy Mohamed Zerktuni, la Avenida Primo de Rivera, hoy Muley Ismael, la calle del Casino Español y la calle que conduce a la Larrucea. Las arquerías a un lado y la Plaza en su forma circunferencial enfrente, con jardines y asientos para descansar, árboles, palmeras, plantas tropicales y exóticas y, en el centro, una plazoleta, a la que se accedía mediante la subida de tres escalones, teniendo, en el centro, un estanque con peces de color rodeado de bancos, construidos en firme, todo alicatado con lujosos azulejos sobre los cuales se podían apreciar figuras de los grandes de la  literatura española, como Cervantes, Pelayo  y otros. Esta clase de azulejos con figuras literarias las he visto, si no me acuerdo mal, en las afueras de  la Maestranza de Sevilla.

VÍDEO DE AZIZ BOUHDOUD:

«Larache, plaza de España»

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Esta plazoleta ha ido cambiándose con el tiempo de azulejos pero nunca de la forma, hasta que últimamente ha desaparecido. Lo que es la plaza en su conjunto ha sido siempre igual. Últimamente se ha procedido a hacer unos grandes trabajos en la misma, parecía el preludio de una gran transformación. Finalmente ha vuelto a ser la misma de antes en su forma, pero no en la decoración paisajista de antaño.

Lo que se ha transformado es la circulación automovilística. Los coches ahora, al entrar por la Avenida de España, por ejemplo, y coger su derecha para dar la vuelta  al redondel de la plaza de España, que es lo más natural del mundo, ahora tienen que hacerlo por la izquierda, por lo que la parte izquierda de la misma se convirtió en dos sentidos. Esto desde luego no lo entiendo ni lo entiende nadie (no lo entiende ni la mare que me parió), Desde luego hay que estar vivo para ver cosas raras en este mundo.

Al otro lado de la Plaza de España, se encontraba el Casino Militar. Este lugar, cuya arquitectura era sencilla y alegre, donde se han celebrado tantas fiestas y veladas, desgraciadamente ha desaparecido, construyéndose en su lugar un edificio de varias alturas, que ha roto con la armonía del alrededor y tapando esa vista al mar, que apreciábamos desde el Café Central. Otro atropello…

El Balcón del Atlántico sigue de pie, contra viento y marea; conserva su forma inicial y va languideciendo porque el cuidado es inexistente y el abandono es total. En este llamado Balcón del Atlántico se han vivido muchas tardes y noches de  fiestas y alegrías, de los cuales se acuerdan todas las generaciones. Era el lugar de los encuentros, de las confesiones y del bien estar acompañados de sus padres, de su pareja,  de amigos y amigas, del que todos guardamos un recuerdo  de infancia y juventud inolvidables según su generación. Nos asomamos desde el Balcón al mar, en cuya costa había una playa con muchas rocas desde las cuales nos tirábamos para bañarnos, estas rocas rodeadas de agua formaban un paisaje precioso a la hora de romperse ahí las olas. A esta playa la llamábamos Ain Chakka. Con el tiempo han querido eliminar totalmente estas rocas, para formar  una verdadera playa, y empezaron a dinamitar estas rocas, los  trabajos fueron tan desorganizados y mal preparados que supuso un peligro para los habitantes de la zona, por lo que han tenido que parar esta aventura, abandonando este lugar a su suerte. Actualmente se encuentra en un estado calamitoso, de difícil salvación, desde luego volver al estado en que lo conocimos no volverá nunca. Solo cabe un milagro.        (Continuará…) 

                                                 Por Driss Sahraoui