Este pasado 30 de Junio participé en una mesa redonda en la CASA SEFARAD de Madrid, en torno a la novela “La ciudad del Lucus” del escritor larachense Luis María Cazorla Prieto. El acto se convirtió en sí en una amena charla sobre la propia ciudad de Larache, protagonista indiscutible de su novela, e inspiración tanto para Gabriela Grech, que participó con un Power-point con las fotografías de sus trabajos sobre Larache, como para mí y mis libros sobre nuestra ciudad.
Hizo de perfecto moderador Eduardo Torres Dulce, jurista, ha sido Fiscal Jefe de lo Penal, y reconocido historiador de cine, habitual en el programa de TVE “Qué grande es el cine” que en su día dirigió José Luis Garci. Como digo, Eduardo Torres Dulce hizo una pequeña introducción y dejó primero que Luis Cazorla abriera fuego hablando de su novela, de las vicisitudes que le llevaron a escribirla, y poco a poco Luis Cazorla se vio desgranando tanto la historia que se desarrolló en nuestra ciudad antes de implantarse el protectorado, época en la que se desarrolla la novela, como la historia de su propia familia, desde que se asentaron allí hasta que tuvieron que partir a España.
Luego, tuve la oportunidad de dar mi humilde opinión sobre lo que me había transmitido “La ciudad del Lucus”, lo que me había impresionado la ingente cantidad de datos históricos que contiene, lo minucioso del trabajo de investigación realizado, y lo importante que es conocer los entresijos de aquella parte de nuestra historia. Y glosé el buen hacer de mi amigo y paisano Luis Cazorla como narrador en esta su novela más ambiciosa.
Y, no sé cómo, en cuanto tomó la palabra Gabriela Grech, nos embarcamos en un viaje al pasado, ayudados quizá por las imágenes que se proyectaban de sus fotografías. Los asistentes preguntaban con curiosidad qué lugar era cada estampa que aparecía, qué recuerdos nos traían, y así hablamos durante mucho tiempo de nuestro Larache. Luís, el de sus padres y el de su infancia, Gabriela y yo, que crecimos y estudiamos juntos en los colegios Santa Isabel y luego en las Monjas, nos dejamos llevar por ese impulso del momento, creo que se notó que nos embargaban las ganas por hacerles conocer qué significa Larache para nosotros, cómo nos marcó, cómo nos ha influenciado como personas el hecho de haber convivido con otra cultura, el hecho de que nuestros amigos profesaran las tres religiones.
Eduardo Torres Dulce no disimuló su asombro por tanto entusiasmo, y su sorpresa al comprobar que se pudiera querer tanto a una ciudad como la que estábamos demostrando en esa charla.
Finalmente, cedió la palabra a Sam Bengio, Presidente de la Comunidad Judía de Madrid, que nos habló de su vida en Tánger y en Asilah, de cómo Larache y Asilah competían por ser mejores en todo, una sana competencia, y nos encantó comprobar que sus recuerdos eran muy parecidos a los nuestros, que siempre llevaba marcada esa experiencia de haber vivido en un país que respetó a todos. Fue el complemento perfecto a una mesa llena de pasión.
Pero, cuando terminada la mesa redonda se cedió la palabra a los asistentes, nuestra sorpresa fue mayor al comprobar que teníamos frente a nosotros a muchos larachenses, familia de los Amselem, de los Castillo, de los Gomendio, de los Fereres… Muchos de ellos, sin disimular su orgullo y su emoción, tomaron el micro para recordar a sus familiares y la vida en Larache, de aquellos días que no han podido olvidar. Lo cierto es que fue un acto inesperado por lo emotivo, inesperado por lo intenso, inesperado por lo bien que nos lo pasamos todos en torno a la novela de Luis Cazorla y en torno a Larache, a nuestra ciudad.
Personalmente, además de agradecer a Luis Cazorla el que se acordara de mí para acompañarle, y a Casa Sefarad (en especial a Fernando Martínez-Vara de Rey) el haberme invitado a este evento, fue un placer compartir una vez más una actividad con Gabriela Grech, porque nos une algo más sutil que la amistad, y también conocer a Sam Bengio y a Eduardo Torres Dulce, con quien luego disfruté unos minutos hablando de cine junto a mi hijo Pablo, y, por último, algo absolutamente inesperado: cuando tomábamos una copa en el jardín de la Casa Sefarad, vi que una chica hablaba con Gabriela, la miré y le dije que yo la conocía, que estaba seguro de conocerla, y entonces me respondió: soy Yamila Yacobi; tú, Gabriela y yo, añadió, estábamos en la misma clase hace ya treinta y ocho años… Curiosa la memoria, que me había guardado en un pequeño cajón los rasgos de aquella niña para ahora poder reconocerla pese al tiempo transcurrido. Ha sido realmente extraordinario recuperarla. Y fue la guinda del pastel.
Sergio Barce, julio 2011
9 respuestas
Gracias Sergio por hacer alusión en tu blog, ese momento tan lindo que fué el reencontrarnos, Gabriela tu y yo.
Me encanta como escribes y describes las cosas.
Besos
Estoy sorprendido por la cantidad de actividad que hay en torno a Larache y a los larachenses. No me podía imaginar lo que me estás haciendo descubrir. Gracias Sergio y felicidades. Me ha impresionado la foto de Gabriela, es idéntica al recuerdo que tengo de su madre, Mari Pepa. En cuanto a lo que teníamos pendiente, solo puedo contarte que nuestro Conservatorio ya está terminado, pero que aún no tenemos las llaves. Estamos nerviosos esperando el momento en que firmen la recepción de la obra y podamos organizar la mudanza. Y que animado con tanta actividad que nos muestras y con una inmensa y sana envidia sigo pensando que Larache tendrá su lugar también en este Conservatorio, que además se llamará «Músico Ziryab». ¡Qué bonita coincidencia!
Ernesto Blanco
Ernesto, te tomo la palabra!
un abrazo
Hola Sergio
Gracias por compartir con nosotros todos esos eventos tan lindos y emocionantes y como siempre me haces un gran placer con todo lo que escribes sobre Larache .
Un abrazo – Nurita
Si, debe haber sido muy emocionante. Ya lo es lo crónica. La cariñosa descripción que haces del libro de Luis Maria Cazorla ha despertado en mi una irrefrenable necesidad de leerlo. ¿Me podrias hacer el favor de indicarme la editorial o donde conseguirlo?. Gracias
Querido Tiyani:
Es la Editorial Almuzara.
Se encuentra en cualquier librería.
un saludo,
sergio
Pues muchas gracias por tu pronta respuesta, paisano. Un abrazo
Me ha encantado leer tu comentario sobre ese encuentro … sería un poco,o un mucho más ,como » volver «… Que me hubiera gustado estar ahí …
Me alegro de que lo disfrutarais,que os encontrarais como en aquellos tiempos…que recordarais juntos tantas vivencias …
Gracias por hacernos participe de ello.Gracias y enhorabuena a tí…a todos !
Un abrazo
Qué hermoso tuvo que ser… cuánto daría yo por que mi madre se animara alguna vez a asistir a algunos de estos encuentros pero cada vez le cuesta más desplazarse, tiene menos ánimos, pero siempre guarda como un tesoro esos recuerdos imborrables de Larache.
Yo también lo siento así, me ha marcado profundamente el nacer y vivir allí rodeada de diferentes culturas y religiones. Probablemente sea de lo mejor que me haya podido pasar en la vida.
Sergio, me alegra sinceramente por tí que recuperases aquellos recuerdos de la niñez.