Con ocasión de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (llamada también Exposición Universal), inaugurada el 9 de mayo de 1929 y clausurada el 21 de junio de 1930, y que fue la primera Exposición Internacional para dar muestra del hermanamiento entre los países de la Península Ibérica con América, se editó un libro catálogo: el Libro de Oro Ibero Americano. Catálogo Oficial.
En este impresionante catálogo hay páginas dedicadas a Larache, Alcazarquivir y Arcila, que son las que traigo a mi blog. Y como aparece la ciudad del Lucus, Mariano Bertuchi me lo ha hecho llegar como siempre hace cada vez que encuentra algo de mi querida Larache.
Cabe recordar que la impresionante Plaza de España de Larache fue consecuencia directa de esta Exposición de Sevilla, ya que tanto el diseño como el tipo de cerámica y motivos utilizados en la plaza eran réplica de la de Sevilla, construida ex profeso para ese evento. Mientras que en sus bancos aparecen representadas todas las provincias de España en paños de azulejos, así como los bustos de españoles ilustres en sus muros, en la de Larache aparecían (lástima utilizar el tiempo verbal pasado) pasajes de El Quijote.
La reseña en el catálogo es un breve esbozo de historia de Larache, de la que me ha llamado la atención esa mención a la isla de Genra, que luego fue tierra firme; el que en esa época se estuviera montando un museo en Larache con los restos arqueológicos encontrados en Lixus (se indica en el catálogo que ya había más de 2.000 objetos) que obviamente nadie sabe desde hace tiempo dónde estarán; la descripción del Vivero y del Campo de Experimentación para agricultores y ganaderos o los detalles que se cuentan de la yeguada de Smidel-Má.
En fin, que me ha parecido un documento tan curioso como relevante para subrayar una vez más que Larache siempre ha sido un lugar privilegiado y excepcional.
Aquella plaza de Larache desapareció, y no puedo dejar pasar la ocasión para acusar una vez más a los autores de ese atentado cultural contra la ciudad que, por capricho, por desidia, por pura incultura, decidieron que no tenía ningún valor, ni arquitectónico ni histórico, y, sin embargo, ahí están los archivos para demostrarles todo lo contrario.
Sergio Barce, octubre 2014
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2 respuestas
Interesante documento. Gracias Sergio.
Me gustaría comentaros que la azulejería que «había» en la antigua Plaza de España de Larache, procedía efectivamente de la utilizada en su homónima de Sevilla, de la que se hizo un aparte para ella. Y que fue traida a Larache por el contratista de obras Don Francisco ROMÁN, propietario de la droguería «La América», situada frente a los «Almacenes Balaguer».
A Francisco ROMÁN, también le debemos los larachenses la existencia en nuesro pueblo de los leones de mármol que custodian la entrada del Jardín de las Hespérides. Fueron decomisados en la aduana del puerto de Larache a un barco de nacionalidad italiana. Su cargamento fue subastado y «nuestros» famosos leones fueron adquiridos por el señor ROMÁN, que posteriormente los vendió a la municipalidad de Larache.
CARLOS