Mi entrañable amigo y paisano Mohamed Mrabet, al frente de la Asociación Cultural AL-KHAZABA, ha tenido la brillante idea de restaurar uno de los cañones que, por razones que nunca comprenderé, las autoridades culturales de la ciudad han ido dejando en el olvido, como si fuesen chatarra o restos de basura. Mrabet me ha enviado esta fotografía, en la que se observa el cuidadoso trabajo de restauración que han llevado a cabo, con los escasos medios de la propia asociación. AL-KHAZABA es de las pocas asociaciones larachenses que realizan trabajos en la Medina, y que intentan preservar el patrimonio histórico de Larache; una asociación que ha colaborado en muchas ocasiones con «Larache en el Mundo«.
En mi última novela UNA SIRENA SE AHOGÓ EN LARACHE, cuando el niño protagonista callejea por la Medina, ve en un par de ocasiones a Mohamed Mrabet paseando por allí. No es una escena casual, porque quien camina por el Zoco Chico o por la Medina de Larache, casi inevitablemente, se encontrará con él.
Puede parecer insignificante el hecho de que se hayan esforzado en este trabajo de restauración, pero las pequeñas cosas son las que demuestran a los de arriba que la belleza está en los detalles. En el Jardín de las Hespérides, languidecen otros cañones, testigos mudos del pasado de la ciudad, parte de su historia, y que parecen restos de un naufragio, medio podridos, rotos, sucios… Mohamed Mrabet y Al-Khazaba merecen todo el reconocimiento por tantas actividades, esfuerzos y proyectos. Espero que este cañón sea el primero de una larga serie de trabajos de recuperación del patrimonio de Larache. Shukram, Mohamed, shukram.
Queridos paisanos Mohamed Mrabet y Sergio Barce.
Debo dejar constancia en estas líneas mi agradecimiento como larachense a Mohamed Mrabet, y a la Asociación Al Kasaba que preside, por la restauración de uno de los cañones , que por la perspectiva de la fotografía relaciono con uno de los de la «Torre del Judío». Monumento histórico este que a los de mi generación nos causaba tanto pavor como Aicha Kandicha, por las tenebrosas historias de brujerías y demonios con que le relacionaban.
En mi próximo libro que aparecerá el próximo enero (I.Ch.A.) titulado «Viajando por el Magreb Hispánico» que en unas 600 páginas hago un estudio y descripción histórica desde los tiempos más remotos, con gran contenido de anécdotas, de la evolución e intercambio humano y cultural entre la Península y los tres países magrebíes, hablo de estos famosos cañones. Tanto de sus leyendas como de su utilización por las mujeres larachenses con fines de superstición o curación de específicas patologías y «males de amores».
Reiterando mi reconocimiento, con todo afecto
Doctor José Edery Benchluch .
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Queridos paisanos Mohamed Mrabet y Sergio Barce.
Debo dejar constancia en estas líneas mi agradecimiento como larachense a Mohamed Mrabet, y a la Asociación Al Kasaba que preside, por la restauración de uno de los cañones , que por la perspectiva de la fotografía relaciono con uno de los de la «Torre del Judío». Monumento histórico este que a los de mi generación nos causaba tanto pavor como Aicha Kandicha, por las tenebrosas historias de brujerías y demonios con que le relacionaban.
En mi próximo libro que aparecerá el próximo enero (I.Ch.A.) titulado «Viajando por el Magreb Hispánico» que en unas 600 páginas hago un estudio y descripción histórica desde los tiempos más remotos, con gran contenido de anécdotas, de la evolución e intercambio humano y cultural entre la Península y los tres países magrebíes, hablo de estos famosos cañones. Tanto de sus leyendas como de su utilización por las mujeres larachenses con fines de superstición o curación de específicas patologías y «males de amores».
Reiterando mi reconocimiento, con todo afecto
Doctor José Edery Benchluch .