León Cohen Mesonero también se apunta a este desbordante caudal de cuentos y relatos que los autores larachenses no dejan de crear y de componer, y después de varios cuentos, libros y alguna que otra narración bastante emotiva, ahora me hace llegar esta otra que encierra muchas cosas, especialmente los recuerdos que León guarda de Larache, recuerdos que a buen seguro son compartidos por muchos, recuerdos que tampoco dudo que harán remover alguna que otra memoria adormilada, especialmente de la generación de su autor y de alguna anterior, y también posterior, porque no sólo son imágenes difusas del pasado, son lo que su título describe: el espíritu de un pueblo, y el espíritu se perpetúa generación tras generación.
Sergio Barce, julio 2012
“La infancia y la adolescencia configuran nuestro yo más profundo y nos convierten para siempre en lo que somos y seremos.”
León Cohen, 2006
El espíritu de mi pueblo
El espíritu de mi pueblo es la luz cegadora de sus calles en verano, las hojas muertas en la Avenida de las Palmeras en otoño, en los alrededores de los bares Perico y Canaletas…
El espíritu de mi pueblo es la bravura del mar contra la Barra, las luces de los barcos en el horizonte de nuestro mar infinito en las noches de verano, los paseos al atardecer por el Balcón del Atlántico o hacia los Viveros…
El espíritu de mi pueblo son los juegos infantiles, el palitroque, me las castro, las guerrillas, los huitis, el vicio y las bolas (sepli nacle, piola)…
El espíritu de mi pueblo son sus gentes y sus fiestas, una determinada alegría de vivir que se revelaba en sus gymkanas, sus verbenas, la noche de San Juan, las bodas musulmanas nocturnas, los gnawas, los bailes en la Unión Española, los guateques, el Purím en el Casino Israelita, los baños en la Otra Banda, los espectáculos en el Teatro España, el fútbol en Santa Bárbara, el Zoco Chico al caer la noche (benditos sábalos recién pescados)…
El espíritu de mi pueblo son los domingos por la mañana: los limpiabotas del callejón de Rosendo y del Pozo, las lecturas en la Unión Española, la sesión continua en el Cine Ideal…
El espíritu de mi pueblo son sus bares: El Central, el Selva, el Cocodrilo, el Mauri, el Cuatro Caminos, la Marquesina…
El espíritu de mi pueblo son sus topónimos: El Hotel España, La Zamorana, Claudio Berjón, Panadería Alarios, Garaje Martínez, Garaje Recober, Libreria Damián, las tiendas de Ultramarinos de Antonio Español y de Carmelo Rosendo, Almacenes Pulido, Farmacia Amselem, Zapatería Bata, Imprenta Cremades, Ferretería El Yunque, Pasteleria Ayuso, Mi Sastre, La Bandera Española, Casa Martínez, Farmacia Albarracín, Cine Ideal, Cine Coliseo, Cine Avenida, Casa Ros, el glorioso Chabab (Facundo, Buchaib, Said, Riahi, Montero, Emilín), Zapatería Companys, El Chivato, Emquíes, Kassem, la Compañía Lukus, la Fábrica de Harina, Las Navas, Cuatro Caminos, La Cuesta del Aguardiente, La Escañuela, la Guagua…
El espíritu de aquel pueblo es mucho más, es aquello que nos habita y nos acompaña a todos los que un día fuimos parte de él. Es aquello que una mañana al despertar o una tarde cualquiera al doblar una esquina, resurge y renace en todos y cada uno de los que al abandonarlo, nos llevamos un trozo pequeño del alma de aquel pueblo.
León Cohen Mesonero
Aprovecho para colgar la portada del libro ZARZAMORA Y OTROS RELATOS publicado por la Editorial Hebraica, en la que hay varios cuentos de mis dos amigos y escritores larachenses León Cohen y José Edery.
9 respuestas
Yo,ademas de todo eso,tambien hago mencion,al pasear por la avenida,en las noches de verano,del olor embriagador de la madreselva,y la dama de noche,es un olor inconfundible,y maravilloso.
Los grillos.¿Alguno se acuerda del canto de los grillos,paseando por esa avenida,en las noches mas calurosas?
Y de La Valenciana.¿Os acordais de La Valenciana?¡¡Cuantos viajes habremos hecho de Larache a Ceuta y de Ceuta a Larache.
¡De los tocinos de cielo de la pasteleria Ayuso!
De los higos chumbos que nos tomabamos cuando ibamos a la otra banda,mientras bajabamos por la calle Real.
De la barberia de Jacobito,que estaba en el pasaje del Pozo!
Del Pozo,donde mi abuelo tenia todos los recuerdos del mundo de los toros,
cabezas rabos y orejas,fotografias por montones que se habia hecho con todos los toreros famosos de la epoca,carteles de corridas de toros de tardes inolvidables,que se iba a ver sin dudarlo a cualquier plaza.
De Diodoro,fotografo,que estaba entre el teatro España y el hotel,enfrente del Central.
Del te moruno,inigualable! De los pinchitos del chiminia del zoco chico ¡que ricos!.
De los carros cargados de chucherias que estaban en el pasaje del cine Ideal
donde cargabamos de cosas,pero sobre todo de pipas,se iluminaban con un candil,que no se de que lo alimentaban,pero si recuerdo que olian fatal
Estoy segura que muchos de vosotros recordareis todas estas cosas,lo mismo que yo,y que otros muchos no sabeis ni lo de que estoy hablando,tened en cuenta,que me estoy remontando,hasta el año de mi marcha de Larache ,que fue en el año 1957.
Leon,lo mismo que tu me has hecho recordar,todos los nombres,de personas ,
de establecimientos,y de lugares,al ir leyendolos,he cerrado los ojos,y todo ha ido desfilando en mi memoria,entre los jirones del olvido,pero ha sido,bonito y me ha gustado mucho.
Me gustaria que mis recuerdos tambien hayan traido a los tuyos algo que quizas hubieras olvidado,y te haya agradado volver a recordar
Hermoso León, como todos tus escritos…
El espíritu de mi pueblo son los recuerdos, los paisajes, los aromas y olores, los colores, la luz y la penumbra…es todo lo que nos lleva nuestra mente y corazón a el….
No dejo de felicitar a Sergio por hacernos cada semana la vida un poco mas agradable de lo que es…dar a conocer tantos relatos hermosos, tantas fotos preciosas es en verdad maravilloso….
Mis cariños para ti León.
Eres lo que es Bueno y Lindo De Larache , mi querida Paisana Raquel , fuerte abrazo . Desde el fin del Mundo Alain
Recuerdo a Diodoro que ttambién tenía discos de Paul Anka en el escaparate, amiga Adela y a Federico el del hotel España. Y de ese recuerdo, escribí este pequeño retalilo:
Federico, el del Hotel España
Federico era un tipo alto, erguido y muy elegante, con estilo, al que yo siempre imagino viniendo de comprar tabaco para reincorporarse al Hotel. Era también el marido de la “Portuguesa”, de una portuguesa que en realidad era belga. Vaya usted a saber, era como el «marido de la peluquera». Para mí, con aquella edad y aquella sensibilidad, era un tipo apuesto que me resultaba antipático y es que era un adulto aparentemente muy serio y yo odiaba a los adultos.
Algunas mañanas nos cruzábamos con él cerca del hotel y él se detenía a conversar un rato con mi padre, era el encuentro de dos seductores. Se tenían aprecio y se notaba. La portuguesa o sea la belga, para mí, con catorce o quince años, con el despertar del sexo, era una tía mayor que estaba muy buena. Aunque con el pasar de los años, la recuerdo como a una mujer atractiva que despedía sensualidad. Era mi tipo, como lo fue en su momento Elsa Martinelli o Carol Baker o Kim Novak, mujeres con «presencia física», como las que pinta Rubens.
Federico era tío carnal de mi hoy amiga, Daniela Federica, e ignoro si padre adoptivo, de mi recién llegado (1958??) amigo Pepito, además de jefe del padre de mi íntimo amigo Jaime Serfaty. Fue no cabe duda, un distinguido Larachense de siempre.
Si hacemos caso a las creencias hinduístas, recordar y aprender serían la misma cosa. Todo lo que sabemos lo adquirimos en otras vidas y regresamos – una y otra vez – hasta completar el ciclo. Sólo aprendemos lo desconocido, los cabos que dejamos sueltos y es el olfato el que más directamente nos conecta con la memoria, esa «fragancia» que despiden las cosas que mejor quedaron grabadas.
Así pues, relatos como éste, León Cohen, y otros que integran este magnífico blog, me provocan constantemente un agradable y feliz despertar.
Recordemos también al bazar de Juanito «El Indio», o a la tienda de tejidos de Jacob Toledano, o al barrio del «Relojero». Son tantos recuerdos entrañables , que nos faltaría espacio para nombrarlos.
Leon ,cierto,la estampa que has pintado de Federico.
Yo siempre le recuerdo,perfectamente peinado,y con una americana de sport,
azul marino.Impecable en todo.
Y no olvidaros,de la musica,que acompañaba,durante las horas del paseo por la calle chinguiti.habia un altavoz ,justo enfrente del Teatro España,y otro creo recordar,a mitad de la calle,casi cerca del cime Ideal.
Recordando todo esto «parece»como si fuesemos un poquito mas jovenes otra vez…..¡Ojala!
Que nuestro Larache es único e irremplazable, por todos sus encantos, por su forma de vida tranquila y amable, por la bonita convivencia que había entre todas las culturas existentes en ella, y lo principal por que es mi pueblo, nuestro pueblo, querido y añorado en muchas ocasiones. Un abrazo Álex
Todos los comentarios son muy interesantes y coinciden con mis recuerdos -He podido visitar el agosto pasado mi casa en el barrio de Las Navas frente al Grrupo E. y sigue idéntica-