El Dr. José Edery, de quien voy desgranando poco a poco su formidable libro «Viajando por el Magreb Hispánico», me ha enviado un artículo sobre los judíos de la ciudad de Xauen o Chauen, y siendo como es otra de sus pequeñas joyas, profusamente documentada y llena de anécdotas y datos curiosos, merece la pena su lectura.
Sergio Barce, agosto 2012
En estos últimos años en que los oriundos de Marruecos suelen evocar, charlar y sobre todo escribir de sus ciudades natales o donde pasaron su juventud durante el Protectorado Español de Marruecos, nadie menciona amigos, compañeros o ciudadanos judíos de la ciudad de Chauen. Llevo años recibiendo la magnífica y ampliamente descriptiva revista “Xauen”, de los Antiguos Residentes y Amigos de Xauen que elabora y edita el incansable y entusiasta xauni, chauení o shifshauni Domingo Outón Leiva, y en ninguna página o artículo se ha aludido nunca a los judíos de su ciudad. Lo mismo que en otros boletines o periódicos de asociaciones de antiguos residentes en Marruecos.
Recientemente dos destacados sefardíes de Tetuán residentes en Madrid, y de ancestros de Chauen, me comentaron su pesar porque en un artículo del periódico de La Medina dedicado a dicha ciudad ni siquiera “se gole el gnés y las frashas de los shudiós shauenís”. Efectivamente en el interesante artículo del conocido escritor y cronista Ignacio Alcaraz Cánovas titulado “Xauen. Un retazo del albaicín granadino” de mayo de 2012, no se mencionan a los judíos de Chauen, aunque quizás no estaba indicado en el contexto del extenso artículo. Comentario en general que compartían varios amigos oriundos de Tetuán y de Larache con los que comentamos la ausencia informativa del judaísmo entre los xauníes nasranis en boletines, revistas o periódicos de las asociaciones relacionadas con Marruecos.
¿Sería porque a lo mejor no hubo judíos en Chauen? ¿O porque pudiera ser que fuesen una minoría irrelevante? ¿O porque no existiesen relaciones entre los ciudadanos europeos y los marroquíes semejantes a las magníficas que existieron en Tánger, Tetuán, Larache, Arcila, Alcazarquivir, por ejemplo? Lo más probable es que los escritores, por su edad, no habrían coincidido con sus conciudadanos judíos, o tuvieran muy poca relación o conocimientos de ellos, excepto en excepcionales casos.
Vamos a darle un pequeño repaso histórico a la ciudad de “Los Cuernos” cuya denominación procede según la leyenda del verbo shuf “mira” y de la voz rifeña arabizada ashauen “cuernos”, para comprobar la existencia de una importante población judía hasta la década de los años cuarenta en que comenzó su emigración a Tetuán, Ceuta, Venezuela e Israel. Lugares de destino donde han conservado junto a sus descendientes las costumbres y recuerdos de su querida e inolvidable Chauen.
Chauen fue fundada, como recordamos la mayoría de los “antiguos del Protectorado”, en 1471 por el sherif de la cercana cofradía del sagrado monte de Yebel Alam (en Beni Arous), Mulay Alí ben Rachid quien construyó una fortaleza para atacar y defenderse de los portugueses que ocupaban Ceuta y Ksar Seguer (Alcazarseguer) en la costa del Estrecho. La leyenda cuenda que construyó una ciudad de estilo andaluz para que su amada no añorase su tierra natal. Alrededor de la fortaleza sobre el antiguo poblado bereber, se instaló una pequeña población de origen rifeño.
Ocurrió una década antes que el alcalde de la ciudad granadina de Piñar (paisano del periodista piñero Tico Medina) Sidi Al Mandari, reconstruyese y repoblase la ciudad de Tetuán con musulmanes y judíos granadinos; quienes recibieron ayuda de sus paisanos de Chauen. De esta ciudad era Saida al Hurra, una joven belleza andaluza con quien se casó Al Mandari y que gobernó Tetuán a la muerte de su anciano esposo. Pero ambas ciudades no comenzaron a crecer y desarrollasen hasta dos décadas después, al ser poblada por los judíos españoles sefarditas expulsados en 1492 por los reyes Católicos y por los españoles musulmanes refugiados del Reino de Granada. Durante los siglos XVI y XVII la población musulmana aumentó en las dos urbes con la llegada desde Andalucía de los españoles moriscos, principalmente tras la masiva expulsión ordenada por Felipe III en el año de 1609.
La ciudad de Chapen, desde entonces, por el recuerdo sobre todo de las antedichas persecuciones, fue prohibida a los cristianos, y solo algunos atrevidos viajeros o aventureros de esta confesión se atrevieron durante estos siglos a visitarla de incógnito y brevemente. Entre ello el francés Padre Charles Foucault, recientemente beatificado, que visitó la ciudad (al igual que gran parte de Marruecos hacia 1883) disfrazado de rabino y acompañado siempre por un judío marroquí. Describe una maravillosa ciudad en la que convivían armoniosamente musulmanes y judíos, formando estos un tercio de sus habitantes. Los diferentes gentilicios de la ciudad me los aclaró mi amigo tetuaní el prestigioso historiador Mohamed Ibn Azzuz. Los españoles la denominaron Xauen, cuyo gentilicio es xauni o xauení; posteriormente se afrancesó la denominación con una “ché”, Chapen, siendo su gentilicio chauni o chauení, pero utilizándose también el gentilicio árabe de sheshauni derivado de su nombre Sheshaouen como figura actualmente en el país.
En 1920 las tropas españolas que el 8 de junio de 1911 habían desembarcado por primera vez en las playas de Larache, entraron en Chauen; pero la tuvieron que abandonar cuatro años después. Mes de noviembre de 1924: de gran impronta en la memoria de los chauníes, ya que ante el avance de las tropas rifeñas de Abdelkrim, “cuatro grupos” compuestos por fuerzas regulares, marroquíes fieles a España, civiles españoles y “judíos de la ciudad”, que totalizaban una columna de unas 10.000 personas abandonaban Chauen. Siendo protegida la retaguardia eficazmente por el teniente coronel Francisco Franco y sus legionarios hasta llegar a Tetuán, por cuyo motivo fue ascendido a coronel. El lector puede apreciar que los judíos de la columna era una de las cuatro partes mencionadas en los documentos de campaña, por lo que se puede deducir que su número era importante pues de lo contrario no se indicaría. La mayoría permanecieron en Tetuán donde se instalaron y muchos de ellos regresaron a Chauen cuando en agosto de 1926 fue ocupada de nuevo por España, tras la derrota y entrega voluntaria de Abdelkrim a las autoridades francesas tres meses antes.
Durante estos años, las autoridades y la prensa española describen y escriben sobre la población “hebrea” de la ciudad, que conservaba como idioma propio el castellano judeo-español o jaquetía, desde su expulsión de la Península. Entre 1927 y 1930 Chauen vio incrementada su población con la llegada de una gran cantidad de judíos procedentes de poblados rifeños, probablemente por la seguridad y prosperidad que se había instaurado en la ciudad. Fue a raíz de esta inmigración cuado se extendió por la ciudad la costumbre de estos judíos de pintar las casas en azul, color tradicional religioso en ellos; mientras que el de los musulmanes es el verde, el color preferido por el Profeta y color de su manto, turbante y de las banderas que utilizó en la conquista de La Meca. Color en que estaban pintadas las casas de Chauen antes de esta última llegada migratoria judía alrededor de 1930. En los años posteriores llegaron también muchas familias (Benzaquen, Benadiba, Belilty, Benamu, Carciente, etc.) de Cuatro Torres de Alcalá (otras se dirigieron a Melilla o Ceuta), pequeña urbe de población mayoritaria judía situada en la costa rifeña frente al Peñón de Vélez de la Gomera. Y desde Chauen en años posteriores tanto estos “torrealcalareños” como la mayoría de la población judía de Chauen comenzaron un progresivo desplazamiento a la cercana Tetuán donde tenían numerosos familiares, paisanos y amigos; y en menor número a Ceuta y Melilla.
El mellah o barrio judío de Chauen, construido al mismo tiempo que el de Tetuán por los megorashim o “expulsados”, se instaló primeramente extramuros junto al río Demani, hasta que más adelante se trasladó al interior de la ciudad en los límites del barrio Seflia, con una puerta llamada Bab el Mellah que la unía al barrio de Sueka. Precisamente en este barrio se ubicaba el más importante fondak de la ciudad llamado “Fondak del Yhudi” (“del judío”) en relación a su propietario. En 1924 según los anuarios de la época, de las cerca de dos mil casas que constituían la ciudad, casi todas de piso terrizo y con tejado, algo más de doscientas eran de judíos.
Me contaba Rebí Isaac Benadiba natural de Cuatro Torres de Alcalá, y que fue durante décadas el Rabino Principal de Ceuta, que hasta la época del Alzamiento Nacional había por lo menos tres sinagogas en Chauen, y una de ellas había sido la primera edificación de la ciudad con el suelo enlosado. Recordaba al chauení don Isaac Carciente, oficiante en la sinagoga principal de la ciudad, su especial musicalidad y tono en meldar (rezar) los Tehilim (Los Salmos de David), quien había emigrado a Caracas. Gracias a este destacado xauení, como escribió su hijo Abraham Carciente desde Venezuela, en la sinagoga de “Tiferet Isarel” de la capital bolivariana se continúa con la costumbre y misma entonación melódica de meldar tehilim que utilizaban en Chauen y como meldaban también los oriundos de Tetuán.
Antes de la gran emigración de la década de los cuarenta, la población judía de Chauen estaba compuesta mayoritariamente de comerciantes, siendo minoría los agricultores, aunque sí propietarios de campos de labranza, molinos de harina y de aceite, cuyos productos se vendían principalmente en Tetuán, Alcazarquivir y Uazzan. Casi monopolizaban las tenerías o dar debbag que era la industria principal de la ciudad, así como el comercio de telas y el oficio de albardero. Pero en lo que eran reputados artesanos a nivel territorial era como plateros confeccionando magníficas joyas para la clientela bereber, especialmente para las mujeres rifeñas. Estaban ubicados en el barrio de Souika situado en la zona baja de la medina y cercano al Mellah; barrios por los que solía pasear Franco describiendo admirablemente a sus habitantes (entre los que tuvo varios amigos judíos) en su libro “Diario de una Bandera”.
Con la instalación definitiva de los españoles, los judíos fueron transformando su actividad comercial en tiendas de bazares, coloniales y ultramarinos. Todavía se recuerda entre los oriundos xauníes el “Bazar Ciudad de Sevilla” de don Isaac y don Moisés Sananes en la antigua calle Medaka, o las tiendas de ultramarinos de don Menahem Chocron en la que fue calle de Alfonso XIII, o de don Isaac Chocron. Y las mujeres solían recordar las tiendas de tejidos de don Menahem Bendayan, de don Abraham Carciente, de don David Serruya, de don Salomón Benzaquen, etc… así como en general de las diversas y numerosas familias Sananes, Bendahan, Dery, Benaim, Chocron y Bendayan.
El judío chauení tenía fama de trabajador, honrado, serio en los negocios y religioso. En las ciudades del norte se les conocía por la característica generalizada bereber de entonces de “hombres de palabra y cabeza dura”. Y cuando se fueron instalando en Tetuán, se consideraban tanto socialmente como en el terreno religioso superiores a sus correligionarios tetuaníes. Solían utilizar la expresión: “Los chaueníes (pronunciaban shishaounis) somos aparte”. Y de ese origen se vanagloriaba mi amigo tetuaní Fortunato Chocron Sananes (ZL) cuyo abuelo materno oriundo de Chauen y que era carpintero, creó su conocida empresa en Tetuán de materiales de construcción y sanitarios “Almacenes Sananes” en la calle Alcázar de Toledo. Solía vender fiado, si era necesario por supuesto, a sus paisanos xaueníes sin distinción de creencia, y también a los que venían a comprar desde la ciudad de su ancestro materno. Utilizando habitualmente, pues se consideraba como un verdadero chauení, la expresión muy usual entre estos: “Es mi hermano” o “Es de mi hermano” cuando se refería a una propiedad.
Hace unas semanas, con ocasión de haber cumplido cien años (“mejorados cumpla 126”) y con una envidiable lucidez mental y memoria, me comentaba don José Benaim Hachuel, conocido empresario de Tetuán (propietario de la fábrica de “Galletas Duci”) residente en Madrid y de abuelos chauníes, que había leído del escritor granadino Guillermo Gozalbes Busto, antiguo director de la Biblioteca Española de Tetuán, un tratado sobre los cementerios judíos de Tetuán y Chauen. Por lo que se había acordado del camposanto de esta ciudad. Se caracterizaba esta mehará o ruda judía, situada en la carretera que conduce a Uazzan, que la mayoría de sus tumbas antiguas, al igual que las del “cementerio de Castilla” de Tetuán, eran grandes bloques de piedra sin tallar apenas que databan de la época desde la expulsión de la Península. Aunque lo que resalta actualmente es el centenar de tumbas más modernas, bien alineadas aunque en estado de total abandono, al igual que el entorno.
Madrid, agosto 2012 – Dr. José Edery Benchluch
El Dr. José Edery Benchluch, cirujano urólogo natural de Larache,, antiguo presidente de la Beneficencia Española en Marruecos, antiguo médico adscrito al Hospital Español de Tánger y a la Embajada de España en Marruecos, ex Secretario General de la Bené Berít en España, y ex director médico en el Ministerio de Asuntos Exteriores, es actualmente presidente de la Asociación Cultural de Amigos en Marruecos (ACAM).
10 respuestas
QUERIDO PEPE Y PAISANO ENTRANABLE
UNA VEZ MAS ME ENRIQUECE DE CULTURA TU RECIENTE RELATO SOBRE SCHAUEN.
QUE DIOS TE DE VIDA LARGA Y SALUD PARA QUE SIGAS DELEITANDONOS CON TUS PRECIOSOS E HISTORICOS ESCRITOS.
UN FUERTE ABRAZO
BELLA
Querido Pepe Como siempre leo tus articulos con interes.Enhorabuena por recordar estos temas olvidados.Franco hablo muchas veces de los judios de Xauen y parece que tuvo buenos amigos entre ellos. Un abrazo
Son realmente fabulosos los textos del Dr. José Edery Benchluch!!
Ahora, tras leer su artículo sobre la ciudad de Xauen, he recordado la primera (y única) vez que la visité en el año 1990… unas imágenes hermosas aunque con el tiempo se hayan ido desdibujando pero lo que sí permaneció en el subconsciente fue el maravilloso tono azul de sus casas, que, según nos cuenta usted, fueron los judíos rifeños que las pintaron así por ser su color tradicional religioso.
¡Cuánto aprendo leyéndolo…! Es una forma de hacernos felices… enriquecernos de todo cuanto -personas como usted- deciden compartir con los demás. Gracias de corazón.
B.H MI FAMILIA ERAN DE CHAUEN .POR PARTE DE MI PAPA ISAAC BENAIM Z-L Y MI SUEGRO SAMUEL CHOCRON .Z.L LA FAMILIA CARCIENTE .TIOS Y PRIMOS DE MI ESPOSO SHALOM CHOCRON ,LA FAMILIA MUY UNIDAS .QUE NOS REUNIAMOS EN TODAS LAS OCACIONES GRACIAS POR RECORDAR .MERCEDES BENAIM CHOCRON
No sabía a qué se debía el color azul de la bella y encantadora Xauen.
Gracias
SR. DR. JOSE EDERY BENCHLUCH ,
HE LEIDO SU REPORTAJE SOBRE CHAOUEN Y HE PODIDO APRENDER ALGO MAS DE MI PAIS NATAL QUE NO CONOCIA . ESTA TODO ESCRITO Y DETALLADO DE UNA MANERA IMPRESIONANTE . YO ME DEDICO A FORMAR EL ARBOL GENEOLOGICO DE MI FAMILIA Y UNA RAMA PERTENECE A LOS DE ISSO , QUE SEGURAMENTE NACIERON EN CHAOUEN . SE TRATA DE LA FAMILIA DEL RABBINO YAACOV ISSO Y COMO LO LLAMABAN EN ESOS TIEMPOS «EL COLORADO» .
SALUDOS CORDIALES Y VIDA LARGA .
SHALOM COHEN – ISRAEL
Hola, vivo actualmente en la juderia de Xaouen y estoy muy interesado en saber más sobre su historia. Me gustaría saber donde estaban ubicadas las sinagogas. Toda información será bienvenida. Desde ya muchas gracias. Abraham Szmukler
Unos datos bastante fiables. Me ha gustado mucho leerlo y conocer mejor la historia de Xashuen.
He leído mucho sobre la perla azul de Chaouen pero tu post me ha sorprendido mucho gracias por este post informativo y por este Blog.
Gracias a ti por leer este blog. Un saludo