LUIS ALVAREZ, el pintor que vivió en la calle Mulay Ismail de LARACHE

Carlos Nieto me envía un enlace, y me ha hablado de su tío Luis Álvarez, muy ligado a Larache, como toda su familia, un artista al que he descubierto ahora y que me parece extraordinario. Según me cuenta Carlos, su tío Luis vivió en la casa solitaria del Balcón del Atlántico que mencionamos Carlos Tessainer y yo en nuestro escrito sobre la calle Mulay Ismail.

También me dice Carlos Nieto, que Luis Alvarez trabajó en la sucursal del Banco Central en Larache, y luego en Tánger.

En el Paseo de Villeuve-lès-Avignon, pequeña localidad cerca de Avignon donde vivió muchos años, hay una placa en su honor con uno de sus cuadros como fondo, en la que se puede leer:

LUIS ALVAREZ
Artista pintor (1929-1997)

Nació en Arcila (ex Marruecos español) en 1929, vivió en Larache y Tánger hasta 1951 que llegó a París. Estudió en la Escuela del Louvre y elaboró decorados para películas de la Paramount. En 1955 llegó a Villeneuve-lès-Avignon, donde trabajó creando decorados para el Festival de Avignon y de Villeneuve-lès-Avignon.

Sigue diciéndome Carlos Nieto que rápidamente fue reconocido por el grupo local de artistas, obteniendo varios galardones:
El Primer premio de pintura de Villeneuve-lès-Avignon en 1961, el Primer premio de pintura de las Chorégies d’ Orange en 1962 y la Medalla de Oro de la exposición de Montsauve en Sauveterre.

Expuso sucesivamente en el Palacio de los Papas de Avignon, Estrasburgo, Niza, Marsella, París, Tolosa y, por fin, en el Castillo de Lascours en Laudun, donde una sala lleva su nombre.

Muy inspirado por los paisajes gardonienses, se instaló en 1982 en el pueblo de Masmolène, cerca de Uzès, donde realizó numerosos cuadros de esta región, de la cual se había enamorado.

Allí descansa en paz desde 1997.

He hecho una selección aleatoria de algunas de sus obras. Creo que son representativas de su trabajo, y aunque profano en la materia, voy a ser un tanto audaz a la hora de comentarlas. Pero estoy seguro de estar ante un creador con mayúsculas. 

Lo primero que me sorprende es lo ecléctico del estilo, la unidad sin embargo en el fondo. Me fijo en sus retratos, y distingo rápidamente la influencia de la pintura española, no de una escuela en concreto, sino de los artistas más innovadores y que han dejado su huella en Luis Alvarez. Hablo de El Greco, hablo de Goya y hablo de Picasso y Dalí.

Estiliza las figuras, como El Greco, las hace delgadas, huesudas, con un aire melancólico o triste, su toque personal sin duda  en los retratos que realiza. A la vez, la presencia picassiana y la sombra de Dalí.

Aquí es más evidente aún esa influencia picassiana, de la época azul quizá. Es evidente que Luis Alvarez se deja llevar por un mundo romántico que se instala en la composición más audaz del cuerpo, grecoriana evidentemente pero en vez de tragedia es la soledad y la añoranza la que emboza a sus personajes.

 Goya. También él habita el mundo de Luis Alvarez. Lo encuentro en retratos como éste, pero sobre todo en algunos paisajes, y en la manera de usar la paleta en ciertos momentos.  Lo revela el siguiente cuadro:

 Y este otro:

La escena velada de <Día de campo> adquiere un toque de ensueño, de ese romanticismo evidente del que hablaba antes. Obra que parece rescatada del siglo XIX.

Incluso en los retratos más goyescos, la estilizacón del cuerpo se impregna de la misma melancolía y se hacen más humanos. En <Señora con mantilla> es evidente la elegancia del trazo y de la composición, la seguridad de su intención.

También en los trazos menos <limpios> se deja seducir conscientemente por los colores de la paleta de El Greco y por la pintura del  maestro Goya y de los pintores del diecinueve, sin ocultar ese romántico que Luis Alvarez lleva dentro y que regurgita de inmediato. El retrato anterior, <Andaluza>, es el compendio de cuanto digo.

En este otro, titulado <Flora>,  Luis Alvarez, como en su otra obra «Tangerina» se decanta por una tímida explosión de color, muy controlada, y el alargamiento de las figuras se suaviza, como si hubiera estallado un instante de gozo o de alegría. Es más relajado, detallista, diría que está pintado en un momento de exultante equilibrio personal.

Este me parece una pequeña joya dentro de su producción de retratos. En <Dama con chal> el quilibrio es absoluto. Digamos que muestra su genio, el cénit de su creación. No merece más comentarios, sólo su contemplación.

Al igual que este otro que cuelgo a continuación:

De nuevo la estilización extrema en <Retrato de mujer>. pero los tonos y la presencia permanante de ese aire melancólico la convierte en una obra impresionante. Delicada, audaz a un tiempo. Primorosa, impregna los sentidos de un algo mágico. Como hace cuando aborda los desnudos.

Los desnudos, como éste, son explícitos, casi siempre fragmentarios. Los usa en composiciones complicadas, vanguardistas, abstractas. No obstante su fragmentación, nos atrapa, logran transmitir la sensualidad y el deseo, sin represión alguna. En otras ocasiones, pasan a ser un elemento casi inhumano, una especie de paisaje cubista.

Como decía, su vanguardismo puede hacer de un cuerpo desnudo una parte de una composición, sin que su presencia nos atraiga carnalmente. Es simple flujo de imágenes, combinacion de elementos, construcción de estructuras pictóricas. El vanguardismo de Luis Alvarez es preciosista, casi musical. La siguiente obra resulta ser el paradigma:

Título: <Paisaje y desnudo>. Paisaje, con Goya y los románticos, y Dalí y el cubismo, colores grecorianos, el desnudo humano fragmentado, su melancolía perenne, la perfecta composición, una sinfonía perfecta. Luis Alvarez componiendo música pintada.

Por supuesto, inevitable que Luis Alvarez, consumado retratista, influenciado por el vanguardismo y el cubismo, trabaje el retrato como una obra en sí misma abstracta, inhumana y diseccionada. El cuadro anterior muestra el resultado, y hace otra joya.

Ecléctico, sí. Nueva disección del cuerpo hmano, esta vez una cabeza, en una composición surrealista, ¿no vemos a Dalí asomar por alguna parte? Luis Alvarez es pintura española pura. Su dominio de las diferentes técnicas se suman a su visión plural del arte. Y es que, como he venido diciendo, en Luis Alvarez habitan mundos diversos: la espiritualidad de El Greco, el cubismo y ciertas etapas de Picasso, el universo de Dalí, la sombra oscura y difuminada de Goya. 

Cierro con <Cuatro damas>, una especie de eclosión de retratos, de fragmentaciones, de cubismo y de vanguardismo, de estilización, de surrealismo y de romanticismo. Cierro con otro impresionante cuadro de Luis Alvarez.

Sergio Barce, diciembre de 2012

Más información e imágenes de sus cuadros en el siguiente enlace:

https://www.facebook.com/ArtistaPintor?ref=hl#!/ArtistaPintor