Hace ya unos años, Abdellatif Limami, catedrático de lengua española en la Universidad Sidi Mohamed Ben Abdellah de Fez publicó <Minoría existencial y minoría nostálgica en Sombras en sepia de Sergio Barce>, posteriormente realizaría otro estudio sobre mi última novela <Una sirena se ahogó en Larache>.
Si el hecho de que alguien de la altura intelectual del profesor Limami (con el que ahora me une una amistad estrecha y sincera) dedicara su tiempo a estudiar mis novelas me parecía sorprendente, no oculto que me hace sentir orgulloso, pero en absoluto vanidoso porque tengo los pies en el suelo. Incluso me hace más humilde.
Hace unas semanas, me enteraba que mi novela Sombras en sepia era de nuevo objeto de análisis. En esta ocasión por parte del filólogo Enrique Lomas López (candidato a doctor en Estudios Literarios por la Universidad de Alicante).
A Enrique lo conocí en las jornadas que se desarrollaron en la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tetuán, y aunque nos tratamos el poco tiempo que estuvimos allí, me pareció una persona excepcional. Lo que no podía imaginar es que tuviera la intención de estudiar mi novela como lo ha hecho.
Y ha sido durante un seminario que se ha desarrollado los días 7 y 8 de Junio pasado en la Univeridad de Alicante bajo el título de «V Seminari Internacional d’Estudis Transversals. La Mediterrània entre dos continents: recepcions i traduccions», organizado por el Grup d’Estudis Transversals, adscrito al Departamento de Filología Catalana.
Se trata de seminarios que se desarrollan cada dos años y siempre tienen que ver con la cultura del Mediterráneo occidental en diversas disciplinas (arte, literatura, pintura, cine) y en diferentes lenguas (catalán, francés y español). El primero que se organizó (enero de 2007) fue sobre el mar como motivo literario, el segundo (diciembre de 2007) fue sobre la mujer como sujeto del arte, el tercero (junio de 2009) fue sobre el exilio y el cuarto (mayo 2011) sobre África y el Mediterráneo.
El punto de partida de este quinto seminario, como continuación de los organizados en años anteriores, se centra en el estudio artístico y cultural del Mediterráneo occidental desde mediados del siglo XX. En concreto, para esta convocatoria, el interés reside en la recepción y en la traducción textual, cultural, política y sociológica de las tradiciones africanas en el continente europeo y viceversa.
Así pues, este seminario ha abordado, por un lado la traducción y la recepción de literatura, música, cine y otras artes y, por otro, la traducción y la recepción de la teoría literaria, del discurso político y sociológico entre los continentes que rodean el Mediterráneo occidental. El objetivo final era prefigurar un análisis de temáticas, estilos, formas (en lo que respecta al discurso artístico) y teorías sobre estas mismas manifestaciones culturales que ayudan a configurar y a comprender las redes de intercambios que se establecen entre ambos continentes desde parámetros multiculturales e interdisciplinarios.
La intervención de Enrique Lomas llevaba por título <La literatura entre las dos orillas: El Marruecos de Sergio Barce en Sombras en sepia>. Ha tenido la deferencia de enviarme el texto de su conferencia y, de nuevo, me parece sorprendente leer sobre mi propia obra y, sobre todo, descubrir lo que, a veces, de manera inconsciente, he transmitido con mi historia. Como me ocurriera con Limami, Enrique Lomas me desvela aspectos de mi novela que viven larvados bajo su superficie (por supuesto que los puntos esenciales y la intencionalidad de la historia están ahí conscientemente, pero siempre hay algo más, y ese algo más es el que me fascina al descubrirlo a través de la mirada de otro).
Hasta que Enrique Lomas no publique su trabajo, me está vetado el poder reproducirlo en su totalidad en mi blog, pero sí puedo adelantar uno de sus párrafos, cuando Enrique analiza el hibridismo identitario y la búsqueda del pasado de Abel Egea, el protagonista de Sombras en sepia. Escribe acertadamente Enrique Lomas que…
“…el reencuentro con la identidad perdida provoca en Abel una crisis ya que el Marruecos que el protagonista encuentra en su viaje no es el que dejó atrás. El hogar, símbolo de lo más íntimo y personal, ya no existe: «Le costó unos minutos de desconcierto el asimilar que la casa ya sólo era una sombra del pasado» (2006: 42). Tampoco la ciudad de Larache, ahora transformada en Al-Araish:
El antiguo Casino ya no estaba en su solar, había desaparecido. Eso lo despistó al principio. Bajó hasta el mirador y se quedó paralizado cuando se dio de bruces con el Castillo de San Antonio. Se había imaginado verlo ahí, chulesco, erguido con sus robustos muros desafiando al mar, como el paladín que siempre había sido, defensor romántico de la ciudad frente a los ataques de Poseidón. Pero no era así. En su lugar, se encontró con un viejo guerrero malherido, sus paredes erosionadas por la rapiña insensata del olvido, sus pies roídos y las almenas degolladas; abajo, se amontonaban las piedras caídas junto a las paredes derrumbadas. Entre los vanos deformes, colgaban paupérrimos vestidos descoloridos, las banderas apátridas de los miserables que habitaban en su interior. El orgulloso castillo sólo era el refugio gratuito de los desheredados y de los ladronzuelos. (2006: 40-41)
Pero el pasado es pasajero. Como dijo Heráclito (tomando la versión de Platón), «no se puede entrar dos veces en el mismo río». El pasado no existe y la identidad perdida tampoco. Al menos sin que ésta se pueda asumir como tal, por separado, sin hibridizarse con la identidad asumida. Así se lo hace saber Samir, larachense que acoge a Abel para ayudarle a buscar a Nadja:
Sabes muy bien que tratabas de dar con las huellas que dejaste un día atrás, ésas que nunca has querido buscar, ésas que repudiaste en contra de tus sentimientos más íntimos y verdaderos. El pasado nunca regresa, pero está siempre ahí, aunque creamos que ya es parte de la nada. (2006: 51)
Esta identidad perdida intenta asumirse con el reencuentro, intenta reconciliarse con el protagonista: «Ana… laraishini… —iba buscando las palabras con la reticencia que provoca la duda y la inseguridad—. Smiti Abel» (2006: 46). ¿Duda e inseguridad lingüística? ¿O más bien duda e inseguridad sobre la identidad que el protagonista intenta expresar? Una identidad que, por otro lado, siempre se pone en tela de juicio: «Si dices que eres de aquí, ¿por qué renunciaste a tu tierra?» (2006: 51)”.
20 respuestas
Interesantísima la formación de Enrique Lomas, que además investiga la literatura magrebí… que utiliza las lenguas que me son tan cercanas y que ame la lengua catalana, preciosa por cierto, como él también siente.
No podía ser de otra manera, Sergio, que una persona así haya encontrado en tu literatura el sujeto de su ultimo estudio. Sombras en sepia -como tus demás novelas- merecen toda la atención y análisis porque nos cuentan mucho pero nos hacen reflexionar
mucho más buscando siempre nuestras raíces, nuestra verdad.
Esperando, pronto, poder leer el trabajo «al completo»
Un beso
Joana, sabía que lo de Enrique te gustaría porque os une el idioma, no me ha fallado la intuición.
Un beso muy grande,
sergio
ESTIMADO SERGIO
FELICITACIONES, ESO ME DA MAS AFAN DE LEER TUS NOVELAS.
UN ABRAZO Y EN HORA BUENA Y MAZAL TOV!!!!!
BELLA
Muchas gracias, Bella
Te lo mereces,»Sergiño». Enhorabuena.
Para cuando la próxima ?
Mi querida Luisiña: La próxima ya se está maquetando en la editorial, así que es cuestión de días…
Un beso
Muy interesantes los estudios transversales del departamento de Filología catalana de la Universidad de Alacant y, personalmente, aún más el discurso del futuro doctor Lomas.
Por mi parte, aún no he tenido la oportunidad de leer tu libro «Sombras en sepia» Sergio, cosa que haré durante este verano y, espero, acceder posteriormente al texto integro de Enrique Lomas en este tu maravilloso blog.
Encuentro lógico el interés hacia tu obra por parte de estos dos expertos, Sergio. Obra que, como la de Amin Maalouf, nos hace pensar en nuestro interior en relación con el contexto familiar, social y cultural donde nacimos, nos criamos y desarrollamos, en resumen «nuetra(s) identidad(es)».
un afectuoso saludo,
José Miguel
Querido Jose Miguel: Espero que cuando la leas, me des tu opinión…
Un abrazo muy fuerte
sergio
Te felicito Sergio por tus trabajos que donde vayan, producen admiracion y simpatia. Sin que tu lo sepas, te estas convirtiendo en un magnate de la Literatura. UN ABRAZOP
Jajaja Driss, ¡ya me gustaría ser un magnate de la literatura! Me has hecho sonreír, gracias jay.
sergio
Muchísimas gracias, Sergio, por tus comentarios. Para mí, tu obra fue todo un descubrimiento, una prueba (más) de que en esta vida, todo es híbrido, todos estamos formados por identidades múltiples (justamente como bien indica José Miguel sobre Maalouf).
Esperamos tu siguiente obra, que estoy convencido de que nos enseñará mucho sobre nosotros mismos, como ya lo han hecho las anteriores. Y espero también que más pronto que tarde esté publicado el libro con mi pequeña aportación, junto con la del resto de participantes en el Seminario, para poder compartir mi reflexión con todos.
Un fuerte abrazo
Querido Enrique: no sé si he sido capaz de expresar tanto mi gratitud por tu trabajo sobre mi novela como mi orgullo por haber despertado tu interés con la novela. Es todo un honor para mí. Y me siento afortunado por haberte conocido.
Por supuesto que cuando publiques el libro, cuentas con el blog para difundirlo, y me sentiré dichoso de que todos puedan leer tus reflexiones que tanto me han descubierto.
Un abrazo,
sergio
Esa fue la primera novela tuya que lei,me emociono tanto…., acabo de terminar la de la sirena, que tan cariñosamente me dedicaste, fue mi compañera de viaje a Londres, eres un CRAK. uN FUERTE ABRAZO
Ya sabes que te tengo mucho cariño, Carmen. Gracias por ser una lectora tan fiel.
Un beso
sergio
felicitaciones jay tu mereces mas y mereces estar entre los mejores para los que te queremos ya lo eres, un gran saludo
Muchas gracias, Abdelhaleq, de corazón.
Un abrazo jay
sergio
Hasta ahora, creo tener todas tus novelas, y esta es una de las mas bonitas, la que me toco el corazón: Una Sirena se Ahogo en Larache….espero una segunda parte.
Un abrazo y como siempre felicitaciones.
Muchísimas gracias, Raquel. No se me había ocurrido la segunda parte, pero no eres la primera que me lo dice.
Quizá no sea mala idea saber qué le ocurre a Tami después de esa historia…
Un beso,
sergio
Enhorabuena Sergio, felicidades, es un orgullo tener un «paisa» tan celebre como tú. La novela me emocionó, sobre todo leer mi nombre en ella y nombres tan conocidos y queridos.
CONTINÚA SERGIO. Todo nustro apoyo y admiración.
Muchas gracias, Carlota. Me alegra muchísimo que la novela te emocionara de esa manera.
Un beso,
sergio