“Vivir sin cuentos de hadas es más difícil, por eso es tan difícil vivir en el siglo XX; sólo <existimos>; no vivimos, nadie vive ya; pero es bonito <existir> en el siglo XX; seguir; ¿hacia <dónde>? Yo lo sé, no he salido de ningún cuento de hadas ni entraré en ningún cuento de hadas, eso es ya un progreso y es ya una diferencia entre antes y hoy.”
Librito curioso plagado de anécdotas, que Thomas Bernhard dejó listo para ser editado poco antes de su muerte en 1989. En él, a modo de pequeños relatos, describe lo sucedido en varios de los actos a los que acudió para recoger algún galardón, o de los que ocurrieron mientras formó parte de algún jurado, y también contiene varios de sus discursos de aceptación de algunos premios.
Fragmento del capítulo dedicado a la <Entrega del Premio del Círculo Cultural de la Asociación Federal de la Industria Alemana>, que fue concedido en 1967 a la escritora Elisabeth Borchers y al propio Thomas Bernhard: “…Pero nos habíamos reído tanto la víspera, pensé, la señora Borchers y yo, que sólo por eso valía la pena. ¡Y además ahora los ocho mil marcos! ¡Pronto habrá pasado todo el encanto y tendremos el cheque en la mano!, pensé. Naturalmente, también una orquesta de música de cámara había tomado asiento, ya no recuerdo qué tocó. Y entonces llegó también, como recuerdo, de forma totalmente sorprendente, el momento decisivo. El presidente Von Bohlen und Halbach subió al estrado y leyó en una hoja lo siguiente: <¡…y así entrego el premio de 1967 de la Asociación Federal de la Industria Alemana a la señora Bernhard y al señor Borchers!> Mi vecina se estremeció, lo noté. Tuvo un segundo de pánico. Le apreté la mano y le dije que pensara sólo en el cheque, se tratara del señor Borchers y la señora Bernhard o del señor Bernhard y la señora Borchers, como era en realidad, daba igual. La señora Borchers y yo subimos al estrado del ayuntamiento de Ratisbona, en donde nadie más que los interesados y quizá el señor De la Roi y el señor Bender se habían dado cuenta del error del señor Von Bohlen und Halbach, y recogimos cada uno un cheque de ocho mil marcos.
(…) Hace un año recibí un, así llamado, volumen conmemorativo de la Cámara de Cultura de la Asociación Federal de la Industria Alemana, el, así llamado, <Jahresring> (Círculo Anual), en el que se menciona con orgullo a todos sus galardonados. Sólo faltaba mi nombre. ¿Me habría borrado de la lista de honor el doctor De la Roi, un señor, como recuerdo, muy amable, a causa de mi vida posterior, de la que no me arrepiento en nada?…”
Es sagaz, punzante, irónico y mordaz, no deja títere con cabeza, es despiadado con los intelectuales aburguesados que ocupaban los altos cargos de la Academia de Lengua y Poesía alemana o de los que presidían jurados literarios o efectuaban las entregas de premios. Rebelde, a contracorriente, su literatura y su pensamiento desprecia permanentemente a la sociedad que le tocó vivir, y en este libro recopilatorio lo siguió haciendo con un humor lacerante.
Sergio Barce, marzo 2011
(Los fragmentos reproducidos los he tomado de “Mis premios” (Meine preise, 2009) editado por Alianza Literaria, con traducción del alemán de Miguel Sáenz)
Thomas Bernhard, dramaturgo y novelista austriaco, nació en Heerlen (Países Bajos) en 1931. Siempre pesimista sobre la época que le tocó vivir, mantuvo una relación contradictoria con su país, Austria, que se manifestó incluso en su testamento en el que dejó dicho que, tras su muerte y mientras estuviesen en vigor sus derechos de autor (setenta años) no se publicara nada de su obra ni se representara en Austria. Es autor de títulos como “Tala”, Helada”, “La partida de caza”, “El carpintero y otros relatos”, “Las apariencias engañan” o “El italiano”.