Ayer hizo un año que mi madre falleció. Parece que han pasado apenas unas semanas. El día de hoy ha sido extraño, he tratado de actuar como si mi cumpleaños fuera un cumpleaños más y he disfrutando leyendo los correos que me muestran tanto afecto como cariño y también hablando con quienes me han llamado, gente muy querida. El mejor momento del día lo he pasado cenando con dos personas que amo profundamente y que me hacen más feliz de lo que imaginan.
Pero el día se ha hecho extraño al final. Se han mezclado muchas cosas. Como si algo se hubiera quebrado, algo que no puedo dominar. Tal vez hoy no he estado a la altura.
Aunque pensaba que podría soslayar el recuerdo, creo que no ha sido posible. Y pensando en aquel 14 de agosto del pasado año, ayer por la mañana escribí algo que no sé si era lo que quería escribir. Ni siquiera sé, en realidad, si debiera publicarlo en mi blog. Pero, por otro lado, no conozco otra manera para hacer que ella siga entre nosotros.
No sé si te he contado alguna vez que llegué tarde.
Mis hermanas me llamaron, fingiendo una tranquilidad que en realidad no sentían, encubriendo la verdad. Me dijeron que no tardara, que ella quería verme. Cuando llegué, me senté en la cama, a su lado. Tenía ese rostro plácido y amable de siempre, pese a la devastación que la había arrasado sin piedad. Muy delgada, más pálida. La acaricié, le pregunté si se encontraba bien, qué era lo que quería decirme. Había notado al instante su piel fría, su insensibilidad como una capa de ausencia. Me acerqué, y me di cuenta de que no respiraba. La sensación de agarrotamiento se apoderó de mi angustia.
La escudriñé como si pudiera encontrar un rescoldo de su pasado o un eco de su voz pronunciando mi nombre. Sólo nos rodeaba el bronco silencio del instante. Le pedí perdón por llegar tarde. Le pedí perdón por no haber podido decirle adiós. Y, al besarla, sentí que, justo en el lugar en el que posaba mis labios, su frente se arrugaba como un leve temblor en la plácida superficie del agua.
Alguien entró a la habitación, y me aclaró que cuando me habían llamado ella ya no estaba allí. Eso me consoló de alguna manera, pero en mi interior he continuado paladeando el sabor acidulado de haber llegado tarde. Volví a pasar una mano por su rostro, que ya no era el rostro que yo veía. Porque para mí, ella continuaba sonriéndome, girada levemente para poder mirarme por encima del hombro, con sus labios recién pintados, casi joven otra vez, y al poco movía la cabeza y se quedaba muy quieta, asomada a su ventana, frente a su hermoso balcón del Atlántico, y estaba esplendorosa, y estaba viva. Y creo que incluso la oí reír.
Como sabes, la vida es difícil y sobre todo cuando perdimos el padre y/o la madre. No hay excepción en la muerte, somos blancos, negros, judíos, cristianos, musulmanes……es lo mismo. Nuestra arma para calmar la alma es la paciencia.
Qué hermosa era, Sergio!
No puedo evitar llorar después de leerte y no dudes que sí, que tenías que publicar tus palabras a Maruja, a tu maravillosa madre. Porque eres el hijo, pero, además, eres el escritor y esa es la única forma, la mejor que posees para encontrar esa paz interior, para también hacerla feliz a ella pues hubiera sido su mayor deseo, que le escribieras como sólo tú sabes hacerlo.
Ayer noche escribiendo los dos comentarios que te envié pensaba profundamente en ella y me decía cómo ha volado el tiempo… un año sin ella…
Qué hermoso es que estés rodeado de quienes amas en este día que hubiera tenido que ser feliz por tu cumpleaños, pero donde la tristeza ha podido más.
Un cariñoso abrazo para tu padre.
Mi sentimiento es intensamente sincero, con todo mi amor.
Cuando muere un ser querido, máxime si es la madre, es como algo irreal, ,todo se lentifica, todo en nuestro interior se hace sordo al mundo que sigue en movimiento, siguen los semáforos con su monótono ritmo, pero el nuestro está alterado, la gente va o viene a donde le convenga, pero nosotros no sabemos donde ir. Cuando murió mi madre a los tres días de haber vuelto de verla, no lo podía creer , no podía volver a ir y deje que ese peso se cargara en mi mochila de culpas, está ahí, pero en mi yo interno pienso que en alguno de mis viajes me la encontraré, no en un balcón contemplando el atlántico, sino sentada en el salón y que cuando entre en la casa, que no se habrá vendido ni nada y me mirará como si nos hubiéramos visto ayer y como saludo me dirá: ¿Te preparo un té? Tu papá está al llegar.
Por eso te entiendo tan bien lo que dices de tu madre, es un aniversario, yo llevo 22 años de recuerdos, te acompaño en el sentimiento Sergio. Un abrazo.
Hola Sergio: Te he dejado un comentario, pero nunca se si se publica, nunca aprenderé como funcionan estas cosas, pone comentario pendiente de moderación… en fin… te lo pongo aquí, porque quiero que sepas lo que siento, un inmenso dolor por tu dolor, porque te considero parte de mi familia, y lo que te ocurre me duele como si me pasara a mi…. sabes que es cierto… porque te quiero amigo, a ti, a todo lo que tenga que ver con tu vida….
Mi querido amigo, al leerte, y darme cuenta de que efectivamente hace un año se fue tu madre, se me ha desgarrado el corazón y el alma…. no puede ser de otra manera, quién como yo, tenemos la suerte de conocerte, sabemos… se lo importante que es para ti tu madre, digo es, porque Sergio nunca se fue, sigue contigo y lo hará siempre.. No llegaste tarde, nunca lo has hecho, no te culpes.. piensa lo mucho que le diste en vida, tantas alegrías, volver siempre a Larache, rescatar de tu memoria tantos recuerdos, plasmarlos en tus libros, en tus novelas…. ahora no sólo eres mejor persona, y un ser humano extraordinario, eres un gran escritor… y como buen escritor has escrito lo que sale de tu alma para convertirse en amor escrito… que trasciende a todo, está escrito y hemos podido leerlo… ella es inmortal… tu madre Maruja Gallardo está contigo siempre cielo…
Mª del Carmen Rodríguez Mañas Telf.-Fax:951.923.859- Móvil: 630.404.333 E-mail: caroma983@hotmail.com
Que Bella mujer ! Que Dios guarde su alma en la Gloria y en Paz descanse…es Muy triste perder a una madre ..No pude evitar las lagrimas al leerte. Que Dios te de fuerzas y paciencia querido Sergio..te envio un abrazo con mucho carino.
Nurita
Querido Sergio: cuando se nos va un ser querido, cuando se va para siempre una madre y, más como la tuya, es muy difícil estar «a la altura». Además ¿qué es estar a la altura, cuando uno se siente invadido de nostalgia y dolor, rememorando lo ocurrido?
Y en un aniversario todavía reciente como el que ayer se cumplió, percibes con fuerza la orfandad, pues acabas por darte cuenta de que nuestro verdadero «cordón umbilical», ya no está donde siempre queremos que permanezca: ¡ A NUESTRO LADO !
Te comprendo como no te imaginas, pues no hace aún tres meses, hizo un año en que mi madre también se fue…
Sergio ¡tú no llegaste tarde! No te circunscribas a ese momento de tu llegada, cuando ella ya no estaba… La triste realidad, es que desde hacía meses, la muerte era quien fue llegando demasiado pronto.
Con mi recuerdo emocionado a Maru, que cuando tenía cinco años me daba onzas de chocolate porque yo la «ayudaba» a distraerte cuando eras un bebé cercano a cumplir un año y «más malo que un rayo», recibe un gran abrazo de quien ella llamaba y siempre llamó
CARLITOS
Qué te voy a decir que tú no sepas, Carlitos. Ta sabes cómo te quería ella, y el afecto de mi padre, y también mi cariño.
Gracias por todo, y ya sabes a lo que me refiero.
No me vas a creer si te digo que ayer mismo he recordado a tu madre sin saber exactamente la fecha de su fallecimiento, algo parecido a un sentimiento de compasión compartido con la familia Gallardo, sobre todo que su ceniza esta muy cerca de nosotros, cada vez que damos un paseo por el balcón atlántico, sabemos que en el aqua azul que vemos hay alguien que admiramos. «la Sra Majura Gallardo». Un abrazo muy fuerte desde Larache.
Gracias por tu correo, tan personal, recordando a tu madre.-.Te agradezco también me tengas entre tus amigos en estos momentos tan íntimos para ti y los tuyos.
18 respuestas
Apreciado Sergio,
Como sabes, la vida es difícil y sobre todo cuando perdimos el padre y/o la madre. No hay excepción en la muerte, somos blancos, negros, judíos, cristianos, musulmanes……es lo mismo. Nuestra arma para calmar la alma es la paciencia.
Tienes razón, Mustapha. Así es. Chukran. Un abrazo.
Qué hermosa era, Sergio!
No puedo evitar llorar después de leerte y no dudes que sí, que tenías que publicar tus palabras a Maruja, a tu maravillosa madre. Porque eres el hijo, pero, además, eres el escritor y esa es la única forma, la mejor que posees para encontrar esa paz interior, para también hacerla feliz a ella pues hubiera sido su mayor deseo, que le escribieras como sólo tú sabes hacerlo.
Ayer noche escribiendo los dos comentarios que te envié pensaba profundamente en ella y me decía cómo ha volado el tiempo… un año sin ella…
Qué hermoso es que estés rodeado de quienes amas en este día que hubiera tenido que ser feliz por tu cumpleaños, pero donde la tristeza ha podido más.
Un cariñoso abrazo para tu padre.
Mi sentimiento es intensamente sincero, con todo mi amor.
Lo sé, Joana, sé todo lo que me dices, y te agradezco que siempre estés ahí.
Un beso muy muy fuerte
Cuando muere un ser querido, máxime si es la madre, es como algo irreal, ,todo se lentifica, todo en nuestro interior se hace sordo al mundo que sigue en movimiento, siguen los semáforos con su monótono ritmo, pero el nuestro está alterado, la gente va o viene a donde le convenga, pero nosotros no sabemos donde ir. Cuando murió mi madre a los tres días de haber vuelto de verla, no lo podía creer , no podía volver a ir y deje que ese peso se cargara en mi mochila de culpas, está ahí, pero en mi yo interno pienso que en alguno de mis viajes me la encontraré, no en un balcón contemplando el atlántico, sino sentada en el salón y que cuando entre en la casa, que no se habrá vendido ni nada y me mirará como si nos hubiéramos visto ayer y como saludo me dirá: ¿Te preparo un té? Tu papá está al llegar.
Por eso te entiendo tan bien lo que dices de tu madre, es un aniversario, yo llevo 22 años de recuerdos, te acompaño en el sentimiento Sergio. Un abrazo.
Muy entrañable tus palabras. Gracias, José Luis. Un fuerte abrazo
No he podio contener las lágrimas.
Un gran abrazo con todo mi cariño.
Seguro que no puede estar más orgullosa.
Ernesto, cada día me alegro más de habernos reencontrado.
Un abrazo también para ti con todo mi cariño.
Hola Sergio: Te he dejado un comentario, pero nunca se si se publica, nunca aprenderé como funcionan estas cosas, pone comentario pendiente de moderación… en fin… te lo pongo aquí, porque quiero que sepas lo que siento, un inmenso dolor por tu dolor, porque te considero parte de mi familia, y lo que te ocurre me duele como si me pasara a mi…. sabes que es cierto… porque te quiero amigo, a ti, a todo lo que tenga que ver con tu vida….
Mi querido amigo, al leerte, y darme cuenta de que efectivamente hace un año se fue tu madre, se me ha desgarrado el corazón y el alma…. no puede ser de otra manera, quién como yo, tenemos la suerte de conocerte, sabemos… se lo importante que es para ti tu madre, digo es, porque Sergio nunca se fue, sigue contigo y lo hará siempre.. No llegaste tarde, nunca lo has hecho, no te culpes.. piensa lo mucho que le diste en vida, tantas alegrías, volver siempre a Larache, rescatar de tu memoria tantos recuerdos, plasmarlos en tus libros, en tus novelas…. ahora no sólo eres mejor persona, y un ser humano extraordinario, eres un gran escritor… y como buen escritor has escrito lo que sale de tu alma para convertirse en amor escrito… que trasciende a todo, está escrito y hemos podido leerlo… ella es inmortal… tu madre Maruja Gallardo está contigo siempre cielo…
Mª del Carmen Rodríguez Mañas Telf.-Fax:951.923.859- Móvil: 630.404.333 E-mail: caroma983@hotmail.com
Date: Sat, 15 Aug 2015 01:21:03 +0000 To: caroma983@hotmail.com
Muchas gracias, Carmen. De verdad. Preciosas tus palabras, que me han llegado muy hondo. Eres un cielo. Un beso
Que Bella mujer ! Que Dios guarde su alma en la Gloria y en Paz descanse…es Muy triste perder a una madre ..No pude evitar las lagrimas al leerte. Que Dios te de fuerzas y paciencia querido Sergio..te envio un abrazo con mucho carino.
Nurita
Gracias, Nurita. Besos
Querido Sergio: cuando se nos va un ser querido, cuando se va para siempre una madre y, más como la tuya, es muy difícil estar «a la altura». Además ¿qué es estar a la altura, cuando uno se siente invadido de nostalgia y dolor, rememorando lo ocurrido?
Y en un aniversario todavía reciente como el que ayer se cumplió, percibes con fuerza la orfandad, pues acabas por darte cuenta de que nuestro verdadero «cordón umbilical», ya no está donde siempre queremos que permanezca: ¡ A NUESTRO LADO !
Te comprendo como no te imaginas, pues no hace aún tres meses, hizo un año en que mi madre también se fue…
Sergio ¡tú no llegaste tarde! No te circunscribas a ese momento de tu llegada, cuando ella ya no estaba… La triste realidad, es que desde hacía meses, la muerte era quien fue llegando demasiado pronto.
Con mi recuerdo emocionado a Maru, que cuando tenía cinco años me daba onzas de chocolate porque yo la «ayudaba» a distraerte cuando eras un bebé cercano a cumplir un año y «más malo que un rayo», recibe un gran abrazo de quien ella llamaba y siempre llamó
CARLITOS
Qué te voy a decir que tú no sepas, Carlitos. Ta sabes cómo te quería ella, y el afecto de mi padre, y también mi cariño.
Gracias por todo, y ya sabes a lo que me refiero.
No me vas a creer si te digo que ayer mismo he recordado a tu madre sin saber exactamente la fecha de su fallecimiento, algo parecido a un sentimiento de compasión compartido con la familia Gallardo, sobre todo que su ceniza esta muy cerca de nosotros, cada vez que damos un paseo por el balcón atlántico, sabemos que en el aqua azul que vemos hay alguien que admiramos. «la Sra Majura Gallardo». Un abrazo muy fuerte desde Larache.
Querido Abdellatif: me has emocionado. Chukran bezaef!!! Un abrazo
Gracias por tu correo, tan personal, recordando a tu madre.-.Te agradezco también me tengas entre tus amigos en estos momentos tan íntimos para ti y los tuyos.
Recibe un abrazo
María Rosa y Paco Trujillo
Gracias a vosotros. Un abrazo muy fuerte