Qué extraño llamarse Federico (Che strano chiamarsi Federico, 2013) es la última película que rodó el gran director italiano Ettore Scola, que acaba de fallecer a los 84 años. Qué extraño llamarse Federico es una de las más bellas películas que, cosas de la ironía, he visto en estas semanas, y así lo dije en una entrevista a la radio de Vilafranca del Penedés cuando me pidieron que recomendara algún film que me hubiese gustado últimamente. Es un homenaje a Federico Fellini, con el que Scola mantuvo una estrecha amistad, amistad que, entre otras cosas, nos cuenta en esta cinta. Y también es un hermoso homenaje al cine italiano. Vuelvo a recomendarla: quien no la haya visto, debe hacerlo, si es un amante del cine.
Con esta sugerente imagen de Fellini mirando al mar, plácidamente, arranca la película. Habría que añadir que no sólo el largometraje en sí es bello, lo es también su título: Qué extraño llamarse Federico. Suena como un poema, sugerente y nostálgico.
Ettore Scola ha escrito guiones preciosos y divertidos, tanto para sus propias películas como para otros directores, porque era capaz del más arrebatado lirismo y de las ocurrencias más delirantes. Entre los dramas o películas más serias, me quedo con dos títulos: primero, ese melodrama arrebatador e inolvidable que ofreció a Marcello Mastroianni y Sofía Loren quizá el trabajo más completo que nos regalaron de cuantas películas protagonizaron juntos, y me refiero a Una jornada particular (Una giornata particolare, 1977), y después, esa otra película, entre drama y comedia, pero con ramalazos tan románticos como es Una mujer y tres hombres -horrible título en castellano para la que en italiano se llama: C´eravamo tanto amati, 1974; es decir, Nos habíamos querido tanto.
Y entre las comedias que rodara, quizá El demonio de los celos (Dramma della gelosia -tutti i particolari in cronaca-, 1970). Siempre con actores y actrices irrepetibles e inolvidables: la Loren, Mastroianni, Vittorio Gassman, Fanny Ardant, Monica Vitti, Laura Antonelli, Stefania Sandrelli, Jean-Louis Trintignant, Nino Manfredi… Incluso su fallido intento por hacer una gran comedia con dos actores deslumbrantes en Macarroni (Maccheroni, 1985) como fueron Marcello Mastroianni y Jack Lemmon, merece la pena, porque en todas sus cintas destilaba el inmenso placer que le producía el rodar y crear, su amor por hacer cine, su anhelo por hacernos soñar…
Qué mal empezó el 2016. Esta noche veré de nuevo La familia en su honor.
Un abrazo Sergio, y enhorabuena por ese éxito de público en Vilafranca del Penedés. Te mereces lo mejor.
Pues también qué casualidad que ya tuviera yo entradas para ir a ver «Una giornata particolare» este próximo sábado. Se trata de la versión teatral en catalán con Clara Segura y Pablo Derqui. Ví la película hace muchos años y guardo un bellíssimo recuerdo, está por ver si estos protagonistas, a los que la vida les cambiará para siempre, son capaces de dejarme tan bello recuerdo.
Ayer leía la noticia de su muerte y pensé… se nos va uno de los mejores…
Un beso
3 respuestas
Qué mal empezó el 2016. Esta noche veré de nuevo La familia en su honor.
Un abrazo Sergio, y enhorabuena por ese éxito de público en Vilafranca del Penedés. Te mereces lo mejor.
Gracias, Pedro.
La película que mencionas tampoco está nada mal, es magnífica. Es que Scola era un maestro.
Un abrazo muy fuerte
Pues también qué casualidad que ya tuviera yo entradas para ir a ver «Una giornata particolare» este próximo sábado. Se trata de la versión teatral en catalán con Clara Segura y Pablo Derqui. Ví la película hace muchos años y guardo un bellíssimo recuerdo, está por ver si estos protagonistas, a los que la vida les cambiará para siempre, son capaces de dejarme tan bello recuerdo.
Ayer leía la noticia de su muerte y pensé… se nos va uno de los mejores…
Un beso