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«REFLEXIONES», POR DRISS SAHRAOUI

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Driss Sahraoui suele deleitarnos con sus relatos sobre Larache, y aunque, que yo sepa, nunca ha publicado un libro, la verdad es que bien podría hacerlo. Driss me envía en esta ocasión un texto que nada tiene que ver con todo lo anteriormente colgado en este blog de lo escrito por él, y aunque los párrafos en los que rememora lo que fue Larache son los que más me seducen, reconozco que estas reflexiones están llenas de una humanidad que bien merecen ser leídas. Y aquí las traigo.

Sergio Barce, Febrero 2014

REFLEXIONES

Dios ha creado este mundo para el bienestar de la humanidad. Ha creado los cielos y la tierra con sus inmensas riquezas superficiales y subterráneas, los mares y océanos con todo su contenido en riqueza de distintas especies marinas, la luna y el sol, el día y la noche, el cuerpo humano que los científicos y médicos de hoy en día califican de la máquina más perfecta. Y aquí paro.

DRISS SAHRAOUI
DRISS SAHRAOUI

No puedo continuar a enumerar esta creación, porque es infinita, bendito sea Dios. Esta grandiosa obra ha sido realizada para la satisfacción y el bien de esta Humanidad. Al mismo tiempo, ha sido dotada de un código y unas leyes divinas destinadas al hombre para que pueda regir y regirse. Y también para vivir en armonía y concordia con sus semejantes

A nosotros de niños nos han inculcado amar las flores, las plantas, los árboles, los animales y la naturaleza. Me acuerdo, todos los años íbamos -los alumnos de todas las escuelas existentes en Larache-  a la Hípica o a los Viveros, en un día llamado Fiesta del Árbol, o día del árbol, para que cada uno plantara su arbolito. Entonces el clima, la atmósfera, la estratosfera y hasta las entrañas de la tierra eran limpios y sanos, y sin embargo se trabajaba para su conservación en el futuro. Me acuerdo cuando íbamos a alguna huerta de amigos o familiares, cogíamos la fruta del mismo árbol y directamente a la boca. Hoy, primero hay que lavarlas con mucha agua, y hasta con lejía antes de comérselas, porque están llenas de azufre y otros insecticidas. El pan se hacía con harina de trigo puro. Me acuerdo de niño, cuando venia por las tardes de la escuela que coincidía con el pan recién llegado del horno. Cortaba un gran trozo, todavía caliente, lo empapaba con aceite de oliva, le echaba un puñadito de azúcar y a jugar al fútbol durante tres horas, en tiempos de verano. Esto demuestra lo sano que vivíamos, durante ese tiempo. El aceite que existía entonces era el de oliva pura, envasado en latas de cinco y diez litros, entonces el plástico no existía. La marca que imperaba era «La Giralda», de Sevilla. Con este aceite hacíamos nuestro puchero, guisábamos, y freíamos el pescado, los huevos o los biftecs. Hoy, hay quien dice que este aceite solo es bueno crudo o para las ensaladas… Esto demuestra que nuestra constitución física en esos tiempos era más sana y sólida que la de hoy en día.

cartel 1911-1930

Por otro lado, la convivencia era la trazada por el Señor. La amistad era sincera, la vecindad ejemplar y el comportamiento del hombre estaba lleno de valores, cívicos y humanos. No se conocía la hipocresía, la envidia ni la traición. Esperábamos que esta humanidad fuera aún mejor a lo largo de los siglos. Pero fue todo lo contrario. El hombre creyéndose mayor de edad y queriendo emanciparse, frente a Dios, establece sus propias reglas. La humanidad sigue proclamando a los cuatro vientos, todos los códigos individuales del espíritu. El tríptico: Legalidad, Fraternidad e Igualdad, los derechos humanos, los derechos del hombre, los derechos de la mujer, los derechos del niño. Todo esto suena a tambor callejero, con mucho ruido y poca música. Como si todos estos derechos no existieran en las directrices divinas, que basta solo con aplicarlas. A lo largo de los siglos, el hombre y la humanidad, se han ido apartando de las leyes divinas y ahí empieza sus errores, cayendo en el egoísmo, la envidia, la traición, la vanidad, la soberbia y el orgullo. La soberbia le ha llevado  al hombre a continuas guerras y enfrentamientos, hay guerras que han durado siglos. Sin que éste aprendiese la lección, porque las guerras y los pleitos no se ganan nunca. Escuchemos lo que dijo Pirro al preguntarle por una de sus victorias: “Con otra victoria como esta, estoy perdido.” Ganó la batalla, pero perdió todos sus elefantes y parte de sus hombres. Pero el ser humano no escarmienta ni aprende la lección. El hombre se cree soberano pero se olvida de la soberanía del prójimo, y como todas las soberanías tienen sus fronteras de allí que las guerras son continúas. Cuentan que un escritor inglés del siglo XVII decía en un libro que se leía en las escuelas de Gran Bretaña lo siguiente: La guerra trae la ruina. La ruina conduce al orden y a la economía. La economía lleva a la riqueza. La riqueza al orgullo, y el orgullo a la guerra. Como se ve, este ciclo empieza por la guerra y termina en la guerra. Yo añadiría, que si el orgullo conduce a la guerra, esta es siempre el sepulcro del orgullo y de la riqueza.

Mohamed Zerktouni

Pero a esta humanidad hay que verla también desde otro ángulo. El hombre se acostumbró al bienestar, al Ego, a la vida fácil y al todo vale para preservar esta vida y estos privilegios. De ahí, la pérdida de los valores, humanos y cívicos en el hombre,  la destrucción masiva de las selvas, de los bosques, en fin acabar con toda la riqueza forestal; así como la contaminación de las aguas –mares y ríos-. Y para convencernos nos hablan del cambio climático. ¿Pero quién es el responsable de este cambio? Desde luego la herencia que le vamos,  o mejor dicho, que le van a dejar a las generaciones venideras no es nada halagüeña. Pero ellos dirán lo de aquel rey francés: Aprés moi le diluge (Después de mi que venga el diluvio).

En el terreno político, desde hace tiempo se esta hablando de la reforma de las Naciones Unidas (ONU). Después de  casi setenta años, algunos, se han dado cuenta de que esta institución cuenta con infinidad de lagunas jurídicas e institucionales, por lo que difícilmente cumple con los fines para los cuales ha sido creada, quedando un instrumento en manos de los más fuertes para hacer doblegar a los demás. Es más, que los grandes ni siquiera están obligados a cumplir con sus propias resoluciones. Esta obligación queda reservada para los débiles De esta reforma, si es que llega: ¿saldrá una verdadera ONU?. Por lo pronto, los grandes no tienen prisa ni gran interés, porque están muy cómodos con esta situación creada a la medida.   Aquí me viene a la memoria una de las obras del Emperador Claudio Flavio Juliano, titulada <Los Césares>, y que por su importancia e interés, me voy a permitir reproducir uno de sus párrafos en el que se sostiene un certamen ante los dioses. “Van desfilando por el tribunal los diversos Césares, alegando cada cual sus hechos, para conseguir la palma de la primacía. Los grandes de la antigüedad haciendo uso de las palabras ante Clepsidra por turno, desgranan el rosario de sus servicios. Pero lo más importante de este certamen, son las contestaciones que sucesivamente, Alejandro, César, Octavio y Marco Aurelio dan a las preguntas de Hermes, interrogante en nombre del Olympio, revelando el fondo de sus pretensiones. Alejandro contesta: Yo tiraba a vencerlos todos. César: ser el primero entre los hombres de mi época, no siendo ni pareciendo segundo a nadie. Octavio: administrar bien el Imperio; y el Emperador filósofo Marco Aurelio: Imitar a los Dioses. ¿Cómo? le pregunta, ahora Sileno. Pues en contentarme con muy poco y hacer todo el bien posible. Los cuatro son colosos de la Humanidad, pero el más  próximo a la victoria del señorío, sobre si mismo, del hombre integro, es sin duda Marco Aurelio. Marco se dominó primero a sí mismo y ese dominio domesticó los impulsos de la bestia humana”.

marcoaurelio

¿Pero cuántos Marco Aurelio necesita este mundo actual para que la integridad y la cordura cundan y salven a esta Humanidad que está a la deriva? Que hagan de la concordia su lema fundamental, que hagan de la paz su objetivo primordial, que hagan del respeto a la Naturaleza una causa común para todos. No perdamos la esperanza porque el milagro, puede producirse en cualquier momento, quiera Dios que el año entrante, nos traiga esa paz espiritual, esa tranquilidad en todo el mundo y que la humanidad haya aprendido la lección, trazada en las directrices divinas, y que todos seamos un Marco Aurelio. Dichosos aquellos que tienen paciencia……..

Por Driss Sahraoui

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15 respuestas

  1. Unas maravillosas ideas, plasmadas con una gran realidad, pero como nuestro amigo y nosotros entendemos, es una bella utopía de difícil acuerdo entre esos maravillosos políticos, encumbrados haciendo y deshaciendo , eso si (siempre por el bien del pueblo) yo pregunto siempre que pueblo, en fin ojalá se cumpla alguno de los pensamientos de nuestro paisano, buen escritor como bien indica Sergio, un abrazo Alex

  2. No se puede decir más y más claro, Debería ser tu escrito de necesaria e imprescindible lectura en colegios para los jóvenes que poseerán el futuro….Felicidades Driss!!!

  3. Que sabias sus palabras ,Sr Driss.
    Me gusta mucho leer sus comentarios.
    No deje de escribir y permitir que podamos leer sus pensamientos tan claros
    Como le dije la vez anterior:Graciad Sr Driss.
    Reme

  4. Sr. Driss Sahraoui:
    Gracias por regalarnos sus bellas reflexiones adornadas por sus no menos bellas palabras. No cabe la menor duda que el mundo que tan maravillosamente describe es una utopía, pero qué grato sería vivir en él, compartiendo amor, amistad…, repartiendo bellos deseos de felicidad y disfrutando de una sociedad justa, equitativa y noble.
    Muchísimas gracias Sr. Driss Sahraoui.

  5. Es cierto todo lo que dice el señor Sahraoui.Es cierto que antes se vivia como el dice,pero
    todo ha cambiado ¡tanto!que es como si viviesemos en otro planeta.
    La ambicion ha desbordado el mundo.Hay parrafos que me recuerdan una poesia que yo escribi hara un par de años y que hablo de las mismas cosas,como las guerras ,la soberbia,la avaricia etc etc.
    Pero tambien es verdad que en el mundo todavia queda gente buena y que ama a su projimo,por ejemplo, usted mismo y desde luego Sergio.
    Un abrazo

  6. Todo cuanto nos permite compartir Driss Sahroui es imprescindible leerlo, todos los textos suyos que he leído son sinceros, maravillosos y llenos de esperanza…. Me permito decir… El color verde del césped bajo mis pies me tranquiliza, me transmite esperanza y también la paciencia que necesito para recorrer el camino que yo elegí. En mis sueños vive la esperanza porque sin sueños no existo… Y ese camino que es de tierra, donde crecen los frutos que nos alimentan, la tierra donde se edifican las casas donde vivimos, el suelo de nuestros antepasados y de las generaciones venideras. La tierra del mundo al que pertenecemos y que deja en mi su huella para que no olvide su color y hasta el fin de mis días la proteja y la respete. Son pensamientos a los que usted, Driss Sahroui, me llevó de su mano. Qué lamentable situación de declive estamos viviendo! Por eso que, leerle, siempre nos llena el alma. Un beso

    1. JOANA: Gracias por leerme y estar siempre ahi, y tambien por tu precioso comentario . Gracias tambien a nuestro paisano SERGIO,que nos tiene abierta esta linea de comunicacion, sin ello esto no hubiera sido posible. UN ABRAZO MUY LARACHENSE.

  7. Estimado Sr. Sahraoui:
    He leído con verdadero interés su trabajo que pone de manifiesto la sabiduría del hombre que ha pasado por la vida conociendo el corazón humano. Asimismo, la cordialidad de su persona, su naracción amenísima colmada de entusiasmo y de doctas notas que hacen pensar en contínuas lecturas, y la profunda y amplia comprensión para las distintas ideas de los demás.
    Yo también pienso que la soberbia, la ambición y la envidia son malas consejeras.
    Un afectuoso saludo.
    Alicia González Díaz.

  8. Si contamos con personas del calibre y la humanidad que usted posee y transmitimos a nuestros hijos sus enseñanzas y valores,permitame decirle que sera la mejor herencia que podamos dejarles.

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