En 2009, Ediciones Alfabia publicó un pequeño volumen titulado PALABRAS, POEMAS Y RECUERDOS DE LEONARD COHEN, de Alberto Manzano. Es un cuidado libro en el que, en pocas páginas, se incluyen una entrevista realizada al músico en 2007, canciones y poemas, y recuerdos y fotografías. Es como una delicatessen para quienes admiramos a este cantante reciente Premio Príncipe de Asturias.
Sergio Barce, agosto 2011
Uno de los poemas que contiene el libro es FUEGO (Fire):
FUEGO
Quemé la casa del amor
Formó un perfecto círculo
En el que vi piedras y malas hierbas
Más allá nada en absoluto
Ciertas criaturas del aire
Asustadas de la noche
Vinieron a ver el mundo de nuevo
Y perecieron en la luz
Ahora navego de cielo en cielo
Y toda la oscuridad canta
Contra la barca que me he hecho
Con alas mutiladas
FIRE
I burnt the house of love tonight
It made a perfect ring
In which I saw some weeds and stone
Beyond not anything
Certain creatures of the air
Frightened by the night
They came to see the world again
And they perished in the light
So now I sail from sky to sky
And all the blackness sings
Against the boat that I´ve made
Of mutilated wings
2 respuestas
Esa voz honda que más que cantar te habla… me ha gustado la canción, tantas promesas incumplidas… pero si me lo pidieras haría cualquier cosa…
He vuelto a recordar su Pequeño Vals Vienés de hace tantos años! Me hacía soñar… es encantador y siempre lo admiré.
Sergio es precioso el poema que nos muestras.
Este año también le concedieron el Premio «Glenn Gould», que muchos califican como el «Premio Nobel de las Artes», por ser durante cuatro décadas «uno de los más influyentes compositores de nuestro tiempo».
Antes de entrar en un monasterio budista, en el que paso cinco años escribió:
«Vivimos en un mundo que no es perfectible, un mundo
que siempre te deja con la sensación de algo no hecho,
algo que falta, algo que lastima, algo que enoja. La primera realidad es que hay una herida y hay sufrimiento,
una profunda sensación de insatisfacción con la vida. Y
la herida no cierra. Lo que existe es el consuelo de que no
hay salida, el consuelo de que esto es con lo que tienes
que vivir. En lugar del consuelo de poder curar la herida,
de encontrar el tipo adecuado de atención médica o el tipo adecuado de religión, tienes la sabiduría de saber que
no hay salida. Éste es el predicamento humano y el único
consuelo consiste en aceptarlo. Ésta es nuestra situación
y el único consuelo consiste en aceptar completamente esa
realidad. No importa lo que hagas, las pasiones llegan y
se van, y te queman y te secan. Si no es tu amante, son tus
hijos, si no son tus hijos, es tu trabajo, si no es tu trabajo,
es envejecer, si no es envejecer, es enfermarse. Es un predicamento que no tiene solución. No hay escape. La aceptación, la resignación, el asumirlo son mentiras. La herida no va a cerrar, la realidad es el sufrimiento. Aparecen
toda suerte de drogas nuevas, de maneras distintas de
acercarse al problema, pero nada puede disolver esta sensación de enojo y de insatisfacción que sentimos. Y nadie
puede superar eso.»
una muy buena recomendación.
besos.