Ahora que nos atraviesa el dolor por la catástrofe acaecida en el Atlas marroquí a causa del terremoto, reproduzco este poema de mi amigo poeta Salvador López Becerra, poema que se incluye en Libro de los instantes (CEDMA, Málaga – 2022), que Salvador ha tenido la gentileza de regalarme, como homenaje a esas gentes humildes que tanto sufren y que tanto luchan por salir adelante.
«El infinito cabe en una hoja de papel (Lu-Chi)
En el corazón del Atlas -acariciada por lo perfecto- se revela una casa de piedra. Las chimeneas están encendidas y el humo en su libre vuelo dibuja -zigzagueante y en leve futilidad- graciosas y trenzadas nubecillas plateadas… ¡Oh esbozos, caprichos, contentos que en el espacio infinito dibuja el soplo del austro!
Llega el mediodía y suena el ángelus de Caccini. En el zaguán, bajo el emparrado cubierto de luminosidad, tres rostros -el de un hombre y dos niños- contemplan un eclipse y el fulgor de la luz en la antesala de la tarde; sonríen sin esfuerzo, son felices.»
Un comentario
Un grande.